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La producción petrolera de Guyana y EE UU amenazan los precios en el mercado

  Guyana y Estados Unidos con su producción amenazan el mercado global de hidrocarburos. Estados Unidos  con la explotación de exquisitos (fracking) y Guyana con la explotación de yacimientos costa afuera (off shore), colocan al mercado petrolero a las puertas de una sobre oferta, al superar la producción, la demanda mundial, acarreando con ello una […]
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Guyana y Estados Unidos con su producción amenazan el mercado global de hidrocarburos. Estados Unidos  con la explotación de exquisitos (fracking) y Guyana con la explotación de yacimientos costa afuera (off shore), colocan al mercado petrolero a las puertas de una sobre oferta, al superar la producción, la demanda mundial, acarreando con ello una serie de peligros y consecuencias negativas, tanto a nivel geopolítico y ambiental como económico en caso de desplomarse los precios del petróleo y su consecuencial impacto en los países productores; especialmente aquellos que dependen en gran medida de las exportaciones de petróleo, como es el caso de Venezuela, donde 80% de los ingresos por esta vía dependen de la exportación de hidrocarburos, ahora agravada por el retiro de Chevron, con la subsecuente reducción del gasto público con efectos nocivos tanto en el gasto social, aumento del desempleo en los distintos sectores de la economía, una caída en la inversión y el financiamiento de proyectos de desarrollo.

Estos mismos efectos se manifiestan en la volatilidad en los mercados a causa de la excesiva sobre oferta y una inestabilidad geopolítica debido a la competencia entre los productores, las disputas por los precios y la producción, que desestabilizan las relaciones entre productores y consumidores.  Los bajos precios pueden llevar a una reducción de la actividad petrolera, a la quiebra de empresas energéticas, especialmente las más pequeñas y menos eficientes y una significativa pérdida de empleos en el sector. En consecuencia una sobreoferta petrolera representa una amenaza para la estabilidad económica, geopolítica y ambiental, por lo que es crucial que los países productores y consumidores trabajen juntos para gestionar el mercado de manera responsable y promover la transición hacia fuentes de energía más sostenibles.

En este caso existen dos actores responsables de la sobreoferta: Estados Unidos, que ha experimentado un auge en la producción de petróleo durante la última década, principalmente debido a la revolución del fracking (fracturación hidráulica), lo cual ha llevado a que se convierta en uno de los mayores productores de petróleo del mundo. Para agosto del año pasado, según Petroleum Supply Monthly, la AIE estuvo en 13,4 millones de barriles por día (b/d). La revolución del esquisto en Estados Unidos, gracias a técnicas como el fracking, ha permitido un aumento drástico en la producción de petróleo. Esto ha convertido a Estados Unidos en uno de los mayores productores de petróleo del mundo, al aumentar significativamente la oferta global.

El otro productor es Guyana: un actor relativamente nuevo en el mercado petrolero, pero su producción está creciendo rápidamente tras importantes descubrimientos de petróleo en alta mar. Su rápido crecimiento está contribuyendo a la oferta global con potencial de alterar aún más el equilibrio del mercado. La Agencia Internacional de Energía AIE ha expresado que la producción de países como Estados Unidos y Guyana, entre otros, ha contribuido a que la OPEP+, no pueda controlar los precios del crudo, lo cual  puede tener implicaciones para los precios y la dinámica del mercado.

Los recientes descubrimientos y desarrollos petroleros en Guyana han transformado significativamente la economía del país, posicionándolo como un actor emergente en el mercado energético global. Algunos de los factores  claves de esos cambios son: * Descubrimientos significativos, el bloque Stabroek, operado por un consorcio liderado por ExxonMobil, junto con Hess Corporation y CNOOC, ha sido el foco de numerosos descubrimientos de petróleo de alta calidad. El descubrimientos de reservas significativas, lo que ha impulsado la inversión y el desarrollo en el sector. El proyecto Whiptail, es el proyecto más reciente, y es la última pieza para que Guyana aumente su potencial de producción de petróleo. * Aumento de la producción, con múltiples buques flotantes de producción, almacenamiento y descarga (FPSO) operando en alta mar. Se espera que la producción continúe aumentando en los próximos años, lo cual podría convertir a Guyana en uno de los mayores productores de petróleo per cápita del mundo. ExxonMobil y sus socios planean aumentar la capacidad de producción a más de 1,3 millones de barriles por día para finales de 2027. Sin embargo, también existen preocupaciones sobre la gestión de estos ingresos y la necesidad de diversificar la economía para evitar la dependencia excesiva del petróleo. El auge petrolero de Guyana ha generado interés y atención a nivel internacional, pero también ha aumentado las tensiones con Venezuela, debido a la reclamación territorial y el empoderamiento de Guyana por el apoyo de las transnacionales, sus gobiernos y los países del Caricom en pleno 

La aparición de estos nuevos actores junto a los países de la OPEP+, ha generado preocupación sobre una posible sobreoferta en el mercado petrolero; En este contexto, la  Agencia Internacional de Energía (AIE) ha publicado  informes que advierten sobre una posible sobreoferta en 2025, debido a un aumento en la oferta y una posible desaceleración en el crecimiento de la demanda. Por su parte, el Banco Mundial también ha advertido sobre una posible sobreoferta. En resumen, la combinación de un aumento en la producción de petróleo y la incertidumbre sobre la demanda global está generando preocupación sobre una posible sobreoferta en el mercado petrolero.

Una sobreoferta petrolera puede presentar algunos beneficios a corto plazo, pero en general, los riesgos y consecuencias negativas superan ampliamente las ventajas. Los posibles beneficios se pueden producir en precios más bajos para los consumidores y menos costos en algunas industrias; sin embargo, los riesgos superan los beneficios a causa de la inestabilidad económica en los países productores.

Una caída de los precios del petróleo puede tener un impacto devastador en las economías de los países que dependen en gran medida de los ingresos petroleros, conduciendo a una crisis fiscal, recortes en el gasto público y agitación social. Los bajos precios del petróleo pueden hacer que las energías renovables sean menos competitivas, lo que podría frenar la transición hacia una economía más sostenible, lo cual puede tener consecuencias negativas a largo plazo para el medio ambiente y la seguridad energética. 

En el caso venezolano, una sobreoferta petrolera global tiene consecuencias significativas para la economía venezolana. Dada su alta dependencia en los ingresos petroleros, en la cual se entrelazan los efectos positivos como negativos, la economía se enfrenta a una compleja situación política. Sus efectos se manifiestan en: Dificultades para la industria petrolera, considerando las sanciones que pesan sobre ella y los bajos niveles de producción, lo cual hace que la producción sea menos rentable, dificultando la inversión en mantenimiento y expansión de la industria petrolera venezolana. La sobreoferta y la reducción de los ingresos petroleros puede exacerbar la hiperinflación, la escasez de bienes y una recesión económica afectando principalmente al asalariado, al ciudadano de a pie por la falta de ingresos y de divisas, dificultando el acceso a la cesta diaria y familiar de alimentos, medicinas y otros productos básicos, lo cual genera una crisis humanitaria, con el subsecuente aumento de la inmigración, el desempleo y pobreza; pero dijo alguien un día llueve y escampa en una tierra bendecida por el Señor.

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