¿El mismo régimen que perdió las elecciones del pasado 28 de julio, que desconoció el resultado de las mismas, persiguió y secuestró a los ganadores y organizadores de esas elecciones presidenciales, pretende ahora administrar las elecciones regionales del próximo mes de mayo? Estimado lector, ¿ve usted alguna lógica racional en esta jugada, harakiri o suicidio, de algunos aspirantes a participar en las elecciones regionales de mayo?
Es inmoral participar en las elecciones regionales convocadas por el régimen de terror, cuando al mismo tiempo secuestran a quienes actuaron como miembros de mesas electorales, incluso como testigos, en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. Al mismo inobjetable ganador de esas elecciones, Edmundo Gonzalez Urrutia, el régimen de terror le ha dictado una orden de aprehensión. Como forma de intimidación han secuestrado a su yerno, el abogado Rafael Tudares, cuyo paradero se desconoce desde el pasado 7 de enero. La ganadora de las primarias, María Corina Machado, a quien se le negó arbitrariamente la participación en las elecciones del 28J, hoy continúa en la clandestinidad, víctima de la persecución y el acoso. Conocido es el asedio y amedrentamiento contra la residencia donde vive su madre. El régimen también ha secuestrado a quien fuera candidato presidencial, abogado Enrique Márquez, apoyado por el Partido Comunista de Venezuela, ahora en la oposición. Secuestrado también está el abogado de la agrupación Vente Venezuela, Perkins Rocha.
También están secuestrados los 5 miembros de la agrupación opositora Vente Venezuela a los que el gobierno argentino concedió asilo diplomático, pero el régimen no ha querido otorgar los salvoconductos para que puedan irse del país. Dentro de la sede diplomática los mantienen acosados, sufriendo la falta de agua, de electricidad, de alimentos y medicinas. Hasta hoy son 11 meses de virtual secuestro que viven esos compatriotas que creyeron en las convenciones internacionales que amparan a los asilados dentro de una sede diplomática. Solo que bajo el régimen de terror de Maduro no existen las normas de derecho internacional que puedan afectarle. ¿Cómo participar en unas elecciones en las que la seguridad personal de los eventuales candidatos pudiera, al día siguiente de las mismas, ser víctima de persecución o desaparición forzada? ¿Dónde está la mínima cordura de cualquier candidato que se llame opositor, de participar en unas elecciones administradas por un régimen que castiga cualquier posición disidente?
