Apóyanos

El conflicto Irán-Israel y el futuro de la No Proliferación Nuclear

  Una de las razones más importantes -si no la principal- del actual conflicto que se desarrolla en el Medio Oriente tiene que ver con la alerta con del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sobre la inminencia de que Irán logre los niveles suficientes de enriquecimiento de material nuclear para la fabricación de varias […]
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email
GETTY IMAGES

 

Una de las razones más importantes -si no la principal- del actual conflicto que se desarrolla en el Medio Oriente tiene que ver con la alerta con del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sobre la inminencia de que Irán logre los niveles suficientes de enriquecimiento de material nuclear para la fabricación de varias bombas que, aunadas con su alto desarrollo misilístico, le permitieran lograr su objetivo, tantas veces proclamado por sus líderes, de la destrucción del Estado de Israel.

El programa nuclear iraní, siempre declarado por sus gobernantes para uso civil, ha sido objeto de preocupación de la comunidad internacional por sus evidentes intenciones ocultas. Durante mucho tiempo Irán ha continuado con su desarrollo a pesar de los infructuosos intentos, tanto a nivel bilateral como multilateral, para que abra las puertas a las salvaguardas que permitan la inspección de sus plantas nucleares a los equipos técnicos del OIEA en cumplimiento de las obligaciones que le impone ser signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear de 1967.

Durante todo este tiempo, el Estado persa se ha burlado de la comunidad internacional, como un ejemplo de que los autoritarismos no negocian, sino que ganan tiempo. En este caso todo indica que ya esa estrategia dejó de funcionar y que su programa nuclear está a punto de llegar a su fin, esta vez no por negociaciones sino por el uso de la fuerza. Las declaraciones de los gobiernos de Estados Unidos e Israel así lo dejan ver claramente.

Ahora bien, ¿qué efectos tendría el desmantelamiento atómico en ese país en relación con el tema de la No Proliferación Nuclear en el mundo?

Lo primero que hay que decir es que más allá de los efectos indeseables en todo conflicto armado y sus repercusiones muchas veces nocivas en el resto de la comunidad internacional, tendría un efecto positivo con relación a la paz y la seguridad regional y global. El gobierno de Irán debe ser juzgado y condenado por su violación de las normas internacionales, así como por su responsabilidad en actos de violencia fuera de toda legalidad amparados en la amenaza nuclear que ha mantenido hasta hoy.

A nivel mundial, el logro de este objetivo debería incitar al resto de la comunidad internacional a realizar esfuerzos para controlar la proliferación vertical y horizontal del desarrollo de armas nucleares, tanto en número como en sofisticación. Entonces veremos por qué esos asuntos revisten de tanta importancia para la undécima Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear que se llevará a cabo en 2026.

Actualmente, nueve países afirman poseer armas nucleares Este número se ha mantenido estable desde hace años. Los primeros en poseerlas fueron los cinco Estados poseedores originales de armas nucleares: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido. Los cinco son signatarios del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que compromete a los países que no poseen armas nucleares a no construirlas ni obtenerlas, y a los que sí las poseen a "entablar negociaciones de buena fe" con el fin de lograr el desarme nuclear, entre los cuales se encuentran la India, Israel, Pakistán (No firmantes del TNP) y Corea del Norte (se retiró del tratado en 2003).

En una evaluación anual publicada en junio de 2025, el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo estimó que los 9 países contaban con las siguientes reservas de ojivas nucleares militares en enero de ese mismo año: Rusia: 4.309 (de 8.500 estimadas en 2018); Estados Unidos: 3.700 (en 2018 se estimaban 7.700); China: 600 (incremento desde las 250 estimadas en 2018); Francia: 290; Reino Unido: 225 (de 215 estimadas en 2018); India: 180 (incremento estimado de 70 en 7 años); Pakistán: 170 (30 más que el estimado de 2018); Israel: 90; y Corea del Norte: 50 (de 60 estimadas hace 7 años).

Lo anterior, aunado con los propios desarrollos de armas más potentes y misiles hipersónicos y desarrollos armamentísticos en el espacio ultraterrestre, está dejando muy atrás los avances que se produjeron en el marco de las Naciones Unidas relativos al desarme y control de armamentos, especialmente el nuclear en la categoría de armas de destrucción en masa.

Es por ello que la Conferencia de Revisión del TNP representa una oportunidad crucial en la gravedad impuesta por la conflictividad mundial que involucra Estados con poderío atómico. Durante la misma se abordarán los siguientes temas:  los avances desde la última conferencia, abordar los desafíos actuales y buscar áreas para un mayor progreso en los tres pilares del TNP: no proliferación, desarme nuclear y usos pacíficos de la energía nuclear. Se espera que las delegaciones discutan la implementación del tratado, evalúen el cumplimiento de las obligaciones de los estados partes y exploren medidas para fortalecer el TNP.

En esta oportunidad los Estados poseedores tendrán la oportunidad de asumir compromisos más firmes en la materia como limitar sus desarrollos cuantitativos y cualitativos de armas nucleares, así como reafirmar la plenitud y vigencia de las garantías negativas de seguridad para no recurrir ni al uso ni la amenaza de la fuerza nuclear contra los Estados no poseedores de armas nucleares (caso de Rusia y Corea del Norte).

Igualmente, los Estados no nucleares tendrán ante sí la responsabilidad de contribuir con el mayor éxito de la Conferencia de Revisión presentando sus demandas e iniciativas para lograr un mundo más seguro, en particular los países que moralmente tienen un peso mayor como los comprometidos dentro de las Zonas Libres de Armas Nucleares: Latinoamérica en el Tratado de Tlatelolco de 1967, el Pacífico Sur (Tratado de Rarotonga de 1985), el Sureste Asiático (Tratado de Bangkok de 1995), África (Tratado de Pelindaba de 1996) y Asia Central (Tratado de Semipalatinks de 2006).

Esperemos que el resultado del actual conflicto en el Medio Oriente sea un aprendizaje para el mundo y que se sienta que sus eventuales resultados contribuyan a la paz y seguridad internacionales verdadera y permanente.

Relacionadas