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Edmundo no cumplió: ni justicia, ni juramentación, ni República ¿Nos falló como presidente electo?

Las tres principales consecuencias de la falta de un gobierno constitucional en Venezuela El abandono total de las víctimas del golpe de Estado La primera consecuencia es profundamente humana y moral: el abandono de las víctimas. Desde antes, durante y después del 28 de julio, se cometieron crímenes atroces: asesinatos, desapariciones, torturas, violaciones, detenciones arbitrarias. […]
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Las tres principales consecuencias de la falta de un gobierno constitucional en Venezuela

  1. El abandono total de las víctimas del golpe de Estado

La primera consecuencia es profundamente humana y moral: el abandono de las víctimas.
Desde antes, durante y después del 28 de julio, se cometieron crímenes atroces: asesinatos, desapariciones, torturas, violaciones, detenciones arbitrarias. Todos esos hechos debieron haber sido documentados, uno por uno, en un expediente para una Comisión de la Verdad que denunciara que lo ocurrido en Venezuela no fue un simple “fraude electoral”, sino un golpe de Estado militar, judicial, político y comunicacional.

Ese expediente habría sido la llave para llevar a Nicolás Maduro ante instancias internacionales como dictador, no como presidente cuestionado. Habría implicado la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con su régimen, habría activado los mecanismos de la Corte Penal Internacional y habría abierto las puertas de justicia para las víctimas.

Pero eso nunca ocurrió.
Se dejó pasar el momento. Y lo más grave: se permitió que el régimen impusiera su narrativa de que en Venezuela solo hubo “elecciones cuestionadas” y que incluso el propio régimen fue víctima de un “intento de golpe”, basado en mensajes de WhatsApp y publicaciones en redes sociales. Una mentira monstruosa.

La ambigüedad de Edmundo González se limitó a una tibia declaración el 10 de enero, seis meses después de los hechos, sin señalar con nombre y apellidos a los poderes públicos implicados ni a los autores materiales e intelectuales.
No usó el lenguaje jurídico, politológico ni internacionalista que su formación le exige. ¿Fue negligencia… o complicidad?

  1. Maduro sigue controlando riquezas colosales sin sanciones efectivas

La segunda consecuencia es geopolítica y económica:
Debido a esa omisión, los países no han roto relaciones ni activado sanciones efectivas, porque no existe un marco legal claro que etiquete a Maduro como dictador.
¿Y qué ha pasado mientras tanto? Maduro continúa vendiendo petróleo, oro, coltán, gas, y recursos estratégicos.

Venezuela tiene las mayores reservas petroleras del planeta —más de 300 mil millones de barriles— y cifras oficiales hablan de 3.000 toneladas de oro, aunque estimaciones extraoficiales mencionan hasta 20.000 toneladas métricas. Todo eso, bajo el control de una dictadura, y legitimado por la narrativa de una “democracia defectuosa” promovida desde la propia oposición.

  1. Los migrantes venezolanos han quedado desprotegidos

La tercera consecuencia es internacional y afecta directamente a más de 8 millones de migrantes venezolanos:

Al no existir una denuncia oficial del golpe de Estado, ni una Comisión de la Verdad, ni una narrativa coherente desde el liderazgo opositor, los países receptores no pueden catalogar automáticamente a los venezolanos como desplazados por persecución política.

Muchos han sido deportados, tratados como migrantes económicos, porque ni siquiera el propio presidente electo Edmundo González se ha atrevido a calificar a Nicolás Maduro como dictador ni ha hecho esfuerzos institucionales para respaldar esa calificación.

El resultado: una diáspora sin protección legal, sin estatus, sin voz.

La narrativa la escribió el régimen, no la oposición

Mientras Edmundo y su equipo hablaban de “fraude electoral”, el régimen impuso su versión al mundo:
Que lo del 28 de julio fue una elección, que ellos ganaron, y que los disturbios fueron parte de un intento de golpe por parte de extremistas en redes sociales.

La verdad fue otra:
? 26 personas fueron asesinadas.
? Más de 2000 fueron arrestadas.
? 6 murieron bajo custodia del Estado.
? Torturas, violaciones y desapariciones forzadas.

Eso no es fraude.
Eso es un golpe de Estado.

Pero al llamarlo solo “fraude”, Edmundo González les quitó a las víctimas la única herramienta legal para acceder a justicia: la tipificación del crimen como ruptura constitucional y toma del poder por la fuerza.

Hoy, ninguna corte internacional puede abrir un proceso con base en un simple fraude electoral.
Las víctimas quedaron atrapadas en una narrativa débil, inservible.

¿Qué habría pasado si se hubiera denunciado el golpe desde el principio?

Escenario: Denuncia del golpe (julio 2024) Escenario real: Denuncia tibia de fraude (enero 2025)
Maduro señalado internacionalmente como dictador Maduro visto como presidente de facto “cuestionado”
Cortes internacionales activadas con pruebas de crímenes de Estado Ninguna corte ha abierto expediente por golpe
Ruptura de relaciones diplomáticas Relaciones comerciales y diplomáticas activas
Protección legal a migrantes venezolanos Migrantes tratados como económicos
Comisión de la Verdad legitimada por el gobierno electo Sin documentos ni respaldo jurídico
María Corina pudo ser nombrada vicepresidenta Vacío institucional por falta de juramentación

El deber constitucional de Edmundo González y su falta

El constitucionalista Dr. Carlos Ramírez López lo dijo con claridad:

“Edmundo González está en falta constitucional por no haberse juramentado el 10 de enero de 2025 como lo exige el artículo 231 de la Constitución.”

Ese artículo no deja lugar a dudas:

“El candidato elegido tomará posesión del cargo de Presidente de la República el 10 de enero del primer año de su período constitucional.”

No dice “si puede”.
Dice que tomará posesión. Es obligatorio.

Y aunque existía un camino legítimo —el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio— ni siquiera lo intentó.

No hacerlo creó un vacío de poder.
No juramentarse es renunciar tácitamente al mandato del pueblo.

Conclusión: El doble abandono

Maduro nos masacró.
Pero Edmundo nos abandonó.

No cumplir con el mandato constitucional ni ofrecer una narrativa coherente frente al golpe de Estado es una traición al mandato popular y a la sangre derramada.

Por eso, exijo lo siguiente:

  1. La creación urgente de una Comisión de la Verdad.
  2. La juramentación inmediata de Edmundo González como presidente legítimo.
  3. El reconocimiento público de que lo que ocurrió fue un golpe de Estado.
  4. Una iniciativa desde la presidencia de Edmundo de Memoria Histórica que busque la reparación a las víctimas ante tribunales internacionales.

Basta de hipocresía. Basta de silencio. Basta de traición.

@estebanoria

 

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