Funcionarios locales, líderes comunitarios y residentes del departamento del Chocó, al este de Colombia, temen que el ingreso de un tercer grupo armado a la región agrave la crisis humanitaria existente. La semana pasada, las autoridades informaron que el Estado Mayor Central (EMC), grupo disidente de la guerrilla desmovilizada de las FARC, está presente por primera vez en el Chocó.
Según informes, el grupo está trabajando junto con el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), anteriormente conocido como AGC o Clan del Golfo, en su lucha en curso contra la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que ha experimentado un período de intensificación este mes.
Crisis en el Chocó
El secretario del Interior de Chocó, Francisco Vidal, dijo a The Bogotá Post que miembros de la EMC están ingresando a la zona a través de la cuenca del río Calima, que limita al sur con Chocó en el departamento del Valle del Cauca.
Vidal explicó que la entrada de un nuevo actor armado agravará el conflicto y la crisis actual, que ya ha desplazado al menos a 3.500 personas.
“Esto lo que hace es… agravar la crisis humanitaria, porque es un actor más que entra al conflicto”, dijo.
Los recientes combates se han concentrado en la remota cuenca del río San Juan, donde las fuerzas del EGC han estado avanzando hacia el sur, amenazando el control del ELN sobre la región.
El recién llegado EMC está ingresando desde el sur y avanzando hacia el norte, rodeando efectivamente al ELN.
Andrés Preciado, director de Conflictos y Seguridad de la Fundación Ideas para la Paz, sugiere que el ELN ha estado perdiendo terreno.
“El ELN ha sufrido pérdidas territoriales significativas a manos de las [AGC] y está recurriendo a otras medidas para detener su avance”, dijo Preciado a The Bogotá Post.
Estas medidas incluyen el paro armado de la semana pasada , que confinó a miles de personas en sus casas bajo amenaza de violencia.
Vidal explicó que el ELN está recurriendo a tácticas más drásticas.
“Hemos sido testigos de acciones que hace tiempo no se veían, como el uso de cilindros de gas cargados con explosivos”, indicó el Secretario.
También dijo que la zona afectada por las acciones del ELN se ha ampliado, lo que ha intensificado aún más la crisis. Si bien en el departamento se han producido muchos paros armados en los últimos años, estos se han limitado por lo general a seis municipios de la cuenca del río San Juan. La acción de la semana pasada se produjo en 15 municipios.
“Las escaladas de violencia de este grupo armado están aumentando y han ampliado su presencia a regiones que antes no estaban afectadas”, afirmó Vidal.
Se intensifica el conflicto
Si bien el conflicto actual entre las AGC y el ELN en Chocó continúa desde 2021, parece estar intensificándose.
Elizabeth "Chava" Moreno, lideresa de derechos humanos de la región San Juan y coordinadora del Foro Interétnico de Solidaridad del Chocó (FISCH), advirtió que el ingreso de la EMC solo agravará el conflicto.
“La presencia de diversos actores armados agrava la situación y también hace que los enfrentamientos sean más eminentes y recurrentes”, dijo Moreno a The Bogotá Post.
La gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, ha estado solicitando al gobierno nacional durante las últimas semanas ayuda para enfrentar la crisis actual.
El sábado 22 de febrero, The Bogotá Post asistió a una reunión entre una delegación del gobierno nacional y líderes locales y residentes en Condoto, un pueblo de la región de San Juan.
En un gimnasio de la localidad donde se realizó el evento, los sucesivos oradores dirigieron su frustración hacia el gobierno hacia Lilia Solano, directora de la Unidad de Víctimas del gobierno nacional, que gestiona las reparaciones a las víctimas del conflicto armado colombiano.
En discursos a veces acalorados, los alcaldes de la región criticaron al Estado por haber desatendido durante tanto tiempo las necesidades del Chocó.
Cansancio social
La voz del alcalde de Istmina, la segunda ciudad del Chocó a unas dos horas en auto al sur de la capital Quibdó, resonó en la sala mientras criticaba las promesas vacías de los sucesivos gobiernos, entre aplausos entusiastas.
“Hoy mi voz habla fuerte, pero cargo con un cansancio social e histórico, no lo soporto más… queremos presencia activa del gobierno en el territorio, queremos institucionalidad”, expresó el alcalde Jaison Mosquera Sánchez.
Pero a pesar de que los lugareños consideran el conflicto tanto un problema social como de seguridad, el gobierno sigue priorizando la acción militar.
En el encuentro, el viceministro de Diálogo Social y Derechos Humanos, Gabriel Rondón Olave, destacó la estrategia del estado de “seguridad primero”.
“La seguridad es la base del desarrollo de cualquier territorio, por eso es fundamental que de esta conferencia surjan proyectos concretos y comiencen a implementarse de inmediato”, afirmó Rondón.
Después de décadas de abandono por parte del gobierno nacional, los residentes de la zona de conflicto han aprendido a depositar su fe en otra parte.
Cuando se le preguntó si cree que el gobierno actuará para ayudar a su región, Yulia, quien fue desplazada cuando era niña en 2004 y ha vivido en Condoto desde entonces, dijo a The Bogotá Post que espera que Dios guíe a los políticos.
“Sobre todo tengo esperanza de que Dios toque sus corazones, les dé el entendimiento para crear estrategias que tengan impacto y que realmente sirvan para remediar el conflicto actual”, expresó.
Original en inglés en The Bogotá Post. Versión en castellano para El Nacional por Alfie Pannell.
