Estados Unidos anunció este miércoles la imposición de sanciones a seis empresas con sede en China, las mismas que acusa de proporcionar componentes para el programa de Irán de fabricación de drones y misiles.
"Esta acción es parte de la campaña de máxima presión del presidente", declaró en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, en referencia a Donald Trump, sobre el régimen iraní.
El 13 de enero, el mayor general comandante del ejército de Irán anunció, desde una fábrica de drones, que reforzó su flota con la entrega de 1.000 de estos equipos a la milicia que comanda.
Los drones fueron distribuidos en múltiples bases militares de Irán y se dijo que tienen altas capacidades de sigilo, además de ataque a fortificaciones.
"Estados Unidos utilizará todos los medios disponibles para exponer y perturbar el creciente desarrollo y proliferación de drones y misiles de Irán, que desestabilizan Oriente Medio y otros lugares", añadió.
Irán y EE UU
Tras su regreso a la Casa Blanca, Trump firmó que quiere negociar un acuerdo con Irán, pero retomó su política de máxima presión contra Teherán y aprobó otras sanciones para cortar la venta de petróleo iraní.
La política de máxima presión de Trump, incluye sanciones económicas duras y aislamiento diplomático, y esto exacerbó las tensiones entre Irán y EE UU desde el primer mandato de Trump.
El líder supremo iraní, Ali Jameneí, rechazó la posibilidad de negociar al considerar que hablar con Washington no es sabio, no es inteligente y no es honorable, según declaró.
La máxima autoridad religiosa recordó que Trump abandonó en 2018 el pacto nuclear de 2015, firmado entre Irán y seis potencias y que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones.
Tras la salida estadounidense del acuerdo nuclear, Irán enriquece uranio muy por encima de lo permitido y ya posee 182,3 kilos enriquecidos hasta 60% de pureza, cercano a 90% del uso militar, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).