
Este jueves, 5 de junio de 2025, un asteroide conocido como 424482 (2008 DG5) pasará relativamente cerca de nuestro planeta. Es un evento que llama la atención por las dimensiones del objeto celeste involucrado.
Según las estimaciones, el asteroide 2008 DG5 tiene un diámetro que podría variar entre 300 y 700 metros (1.017-2.264 pies). Esto lo hace comparable a la altura del puente Golden Gate de San Francisco.
Este tamaño lo sitúa en 3% superior de los asteroides. Es decir, es más grande que alrededor de 97% de los asteroides conocidos.
El asteroide 2008 DG5 es clasificado como “potencialmente peligroso”
El 2008 DG5 pertenece a la clase Apolo, lo que significa que su órbita cruza la de la Tierra. Por esta característica, está clasificado como un objeto cercano a la Tierra (NEA).
La NASA, basándose en sus criterios, también lo ha designado como un asteroide potencialmente peligroso (PHA). Esta clasificación se aplica a objetos que superan aproximadamente los 500 metros y que se aproximan a menos de 7,5 millones de kilómetros de la Tierra.
La Agencia Espacial Europea (ESA) también sigue de cerca al 2008 DG5. Aunque no hay riesgo de impacto, la ESA califica como "infrecuente" que un asteroide de estas dimensiones se acerque tanto.
Vuelo cercano, pero seguro
Para el acercamiento del 5 de junio de 2025, la distancia nominal prevista es de 3.492.789 kilómetros respecto al centro de la Tierra. Otras fuentes mencionan cifras muy cercanas, como 3.492.853 km.
Esta distancia es equivalente a 2,17 millones de millas y es aproximadamente nueve veces mayor que la distancia promedio entre la Tierra y la Luna. Los expertos confirman que no representa una amenaza.
La trayectoria de 2008 DG5 se conoce gracias a observaciones que se remontan al 28 de marzo de 2001. La última observación oficial registrada fue el 2 de marzo de 2022, aunque datos de la ESA indican observaciones hasta el 4 de junio de 2025.

Lecciones del pasado
A pesar de la seguridad en este caso, si un asteroide del tamaño de 2008 DG5 llegara a impactar la Tierra, podría causar daños regionales de gran magnitud. Esto generaría fuertes ondas de choque y potencialmente tsunamis si cayera en el océano.
El evento de Tunguska en 1908, donde un asteroide de unos 40 metros explotó en el aire sobre Siberia, sirve de ejemplo. Causó la destrucción de unos 80 millones de árboles, aunque fue un impacto menor comparado con uno de las dimensiones de 2008 DG5.
Como contraste histórico, el asteroide Chicxulub, asociado a la extinción masiva hace 65 millones de años, tenía un diámetro mucho mayor, entre 10 y 15 kilómetros, mostrando la diferencia de escala.
Vigilancia constante del cosmos
El asteroide 2008 DG5 fue descubierto en 2008 por el Catalina Sky Survey, que forma parte del Programa de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA. Su órbita alrededor del Sol dura aproximadamente 514 días.
Se han predicho otros 14 acercamientos cercanos de 2008 DG5 en las próximas décadas. Su próximo paso cercano a la Tierra después del evento de este jueves está programado para 2032.
La NASA estableció la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria (PDCO) en 2016 para identificar y rastrear NEOs que podrían ser una amenaza. La PDCO también se encarga de emitir advertencias a nivel mundial si un objeto representa un peligro.
Preparación para el futuro
La PDCO trabaja coordinando esfuerzos internacionales y explorando tecnologías para prevenir impactos. Tanto la NASA como la ESA, a través de sus centros, mantienen una vigilancia activa de estos objetos espaciales.
Eventos recientes como la explosión del asteroide de Chelyabinsk en 2013, de unos 20 metros, resaltan la necesidad de esta vigilancia. La NASA monitoriza objetos que se acercan a menos de 30 millones de millas de la órbita terrestre.
Misiones como la DART de la NASA han demostrado que la tecnología de impacto cinético puede desviar asteroides. En 2022, la misión modificó la órbita de Dimorphos, confirmando la viabilidad de estas técnicas de mitigación.
El paso seguro de 2008 DG5 este jueves subraya la importancia de continuar la observación y la investigación en defensa planetaria. Como señala un funcionario de la NASA, prevenir un impacto cósmico es el único desastre natural que la humanidad podría evitar por completo.