
La situación política española va de espasmos en sobresaltos. Tanto sus socios neocomunistas como los partidarios socialistas exudan terror. Sánchez se defiende atacando a la oposición con el "tú has sido más corrupto". Ese yo he sido malo, pero tú más es una letanía manida y vacía. Hasta la Iglesia le sugiere que dimita
Sobre este caso de corruptela, desde contratos de obra pública, prolongada desde hace 11 años desde el feudo de Navarra y extendida a otros lugares de España, sobrevuela el asunto turbio del petróleo venezolano. Una trama que pretendía montar una refinería en Canarias para facilitar el uso de esos hidrocarburos en el mercado local, según las especificaciones técnicas europeas. Tras la operación multimillonaria estaba, según fuentes consultadas, Zapatero y el entonces presidente de las Canarias, Ángel Víctor Torres, ahora ministro de Sánchez. Auspiciado por el conseguidor Aldama y facilitada por Ábalos, siendo ministro. Se jactaron de haber traído 11 buques petroleros con 40.000 toneladas de crudo venezolano.
En este escenario, donde Sánchez intenta salvar el decorado de su gabinete, varios medios españoles (El Mundo y The Objective) afirman que es inminente un cambio en el elenco ministerial. Sería un movimiento estratégico para adelantarse a lo que esperan contra el citado Torres y la también ministra Elma Saiz, muy cercana al ya imputado Cerdán y complicada en los asuntos oscuros de Navarra, donde fue consejera de ese gobierno foral. Un cambio, que solo le daría un breve aliento. Sánchez es hábil en escaramuzas de distracción.
La investigación se mueve a comprobar que el cobro de mordidas por cada contrato amañado con constructoras, además de engrosar los bolsillos de los implicados, fundamentalmente Ábalos/Cerdán/Koldo, se ingresaban un porcentaje en las cuentas del PSOE. Una financiación ilegal a los partidos políticos penada por la ley española. La visita de la Guardia Civil (UCO, policía judicial) a la sede del PSOE en Madrid, significa más que una impactante imagen periodística de primera plana.
Sánchez ha sido bautizado por The Times como don Teflón, homologándolo con el famoso mafioso neoyorquino John Gotti, capo de la familia Gambino en los años ochenta. Un personaje, como Sánchez, al que ningún delito se le adhería. Un resistente, incombustible al desaliento, que terminó cayendo. La prensa extranjera ha asaetado a Sánchez sin piedad. Diarios británicos, The Times y Financial Times; el francés Le Monde; el italiano La Repubblica; las agencias Bloomberg y Reuters; radio y TV, Euronews, Radio Renascença, entre otros, coinciden en que "la corrupción acorrala a Sánchez".
Hay un signo de la debilidad del gobierno social-comunista, que preside Sánchez, en el evidente repliegue de la prensa amiga. Programas de la Sexta, editoriales de El País, entre otros, se han vuelto en voces alarmadas sobre el escándalo que cerca al PSOE. No dudan en señalar que estamos ante un claro fin de ciclo para Sánchez. Y no les tiembla la voz ni la pluma al sugerir al amado líder y amo de la agenda publicitaria, que se vaya preparando a unas elecciones y pronto. Si esos propagandistas, que hasta ayer defendía a Sánchez, hoy se le revuelven, saque usted sus propias conclusiones.
Otra alerta que da la gravedad del momento actual es la petición de los obispos españoles a Sánchez de que el pueblo español necesita hablar en las urnas, para eso, debe convocar elecciones ahora mismo. Inusual proclama desde el púlpito católico dada la distancia y discreción que caracteriza a las autoridades de la Iglesia. El otro aviso es que Ábalos se descuadra de sus socios Cerdán y el "fiel cancerbero" Koldo, diciendo que ha sido un idiota por dejarse utilizar por ellos dos. Seguramente, es una señal de que va a colaborar con la Fiscalía, para que su pena no sea tan penosa de la que ya es. Apunta a implicar al número 1A, Zapatero y al 1B, Sánchez.
Esto no es el fin del comienzo, sino el inicio de una investigación que hunde su masa crítica en las profundidades de un partido, que ha usado los mecanismos del Estado para acciones ilícitas e inconfesables. El todo está aún por aparecer. Estamos ante el iceberg de Sánchez, sólo hemos visto la punta de esa montaña de hielo, lo grueso de su volumen todavía sigue oculto bajo grabaciones, documentos y pruebas incriminatorias. El culebrón de don Teflón continuará.
Carlos Pérez-Ariza es doctor en Periodismo por la Universidad de Málaga.