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¿Cómo funciona Siscom, la red secreta de Maduro para manipular el discurso en las redes sociales?

La iniciativa La Hora de Venezuela reveló que a través de este sistema, el gobierno posiciona contenidos en línea, contrarresta discursos críticos y refuerza su control sobre el espacio informativo en Venezuela
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Siscom es un sistema interno de comunicaciones operado por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información de Venezuela (Mippci) para distribuir mensajes y organizar campañas comunicacionales del gobierno de Nicolás Maduro, el cual cuenta con la participación de miles de empleados públicos, militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y comunicadores afines. Así lo reveló una investigación de la iniciativa La Hora de Venezuela, publicada por la organización Connectas.

Una filtración inédita del Siscom, que incluyó mensajes, notas de voz, manuales e instrucciones internas enviadas durante 12 meses, hasta mayo de 2025, reveló cómo se organiza y ejecuta la distribución de contenidos a través de casi 600 grupos integrados por funcionarios, militantes del PSUV y empleados de medios estatales y comunitarios.

Una revisión del material por parte de La Hora de Venezuela determinó que el sistema está diseñado para "amplificar las narrativas oficiales, responder a coyunturas políticas y moldear la conversación digital desde una estructura centralizada". A través de esta red, el gobierno de Maduro posiciona contenidos en línea, contrarresta discursos críticos y refuerza su control sobre el espacio informativo.

¿Qué es el Siscom?

A través del Mippci, operan dos organismos clave para poner en marcha el Siscom: el Sistema Bolivariano de Comunicación e Información (Sibci), que agrupa medios estatales en radio, televisión y prensa, muchos también activos en internet; y Conatel, el ente regulador de telecomunicaciones.

El aparato comunicacional del chavismo funciona por medio de un sistema cerrado de distribución de contenidos, conformado por grupos internos que se asemejan a conversaciones de WhatsApp. "Por esa vía, funcionarios del Mippci envían, con rapidez –y sin debate–, instrucciones, líneas discursivas y contenidos multimedia a cientos de personas pertenecientes al partido de gobierno, ministerios, gobernaciones, entes públicos, medios gubernamentales y organizaciones populares", de acuerdo con la investigación.

La app del Siscom, disponible desde marzo de 2024 en tiendas como Google Play Store y App Store, acumulaba más de 10.000 descargas para mayo de 2025. Al ingresar, los usuarios pueden incorporarse a múltiples canales predefinidos. Algunos están dirigidos a personal de medios estatales; otros, a funcionarios de gobernaciones, alcaldías e instituciones públicas. También hay espacios reservados para estructuras de base del partido de gobierno.

"Con 234 grupos, las Brigadas de Agitación, Propaganda y Comunicación (APC) del PSUV –la red interna de propagandistas del partido de gobierno– representa la categoría más numerosa dentro del Siscom. Les siguen 214 grupos vinculados a alcaldías, 35 asociados a ministerios, 23 a gobernaciones y 52 conectados a movimientos sociales y redes de comunicadores populares, como el Movimiento Free Alex Saab, la red de Comunicadores CLAP y vocerías de Misiones y Grandes Misiones", determinó La Hora de Venezuela.

A la red se suman grupos formados por empleados de medios estatales y de entes adscritos al Mippci, como Venezolana de Televisión, Vive TV, Telesur, TVES y los llamados Medios Alternativos y Comunitarios (MAC). También figuran Amazonia Films, la Villa del Cine y Conatel, el organismo de regulación de las telecomunicaciones.

Funcionarios del Mippci, entre ellos el viceministro Johannyl Rodríguez y el ministro Freddy Ñáñez, son quienes dirigen la planificación de campañas específicas.

¿Cómo opera la red de Maduro para manipular el discurso en la redes sociales?

Un caso que demuestra el nivel de acción del Siscom surgió el 20 de abril. El ministro Freddy Ñáñez dijo en una nota de voz dirigida a los grupos internos del sistema: “El fascista Nayib Bukele le está buscando camorra al presidente por Instagram y, como águila no caza mosca, vamos a responderle desde el pueblo con todo”.

Como en otras ocasiones, Siscom activó a militantes, empleados públicos y creadores de contenido —formados en academias estatales de propaganda— para ejecutar la campaña, que incluyó dos etiquetas: #BukeleSecuestrador y #BukeleLameCuloDeTrump. Las instrucciones circulaban por grupos organizados por el Mippci; los contenidos se replicaban en redes sociales y medios del Sibci como Venezolana de Televisión.

Las cuentas que posicionan estas etiquetas suelen ser manejadas por operadores humanos que actúan como bots: publican decenas de mensajes al día y, en ocasiones, una sola persona puede gestionar varias cuentas. Algunos operadores reciben pequeños bonos estatales por su participación, según investigaciones.

Siscom empezó a ejercer un rol más directo a principios de 2024. Centralizó las instrucciones y reguló no solo qué debía publicarse, sino también cuándo, cómo y en qué redes sociales hacerlo.

En el documento también se detallan pautas para “castigar” comentarios que los usuarios del Siscom interpreten como mensajes de odio contra Nicolás Maduro. Aplicado a gran escala, este esquema puede hundir las críticas y hacer parecer que la mayoría de los comentarios respaldan al presidente.

A través del Siscom también se pidió la amplificación coordinada de encuestas que daban como ganador a Nicolás Maduro en las pasadas elecciones presidenciales, algunas publicadas por encuestadoras y pseudo encuestadoras que difundieron desinformación, como Hinterlaces, DataViva, CMIDE 50.1 y la mencionada Global Census, cuyas metodologías –e incluso su autenticidad– fueron cuestionadas en una investigación publicada por la coalición venezolana C-Informa en julio del año pasado.

En los grupos del sistema también se publicó desinformación electoral el mismo día de las elecciones presidenciales, como el “exit poll” atribuido a Lewis and Thompson –una falsa compañía de análisis digital– desmentido ese mismo día por verificadores venezolanos.

"El Siscom es la columna vertebral de una operación de influencia estatal que, según la metodología del Carnegie Endowment for International Peace, puede considerarse “maliciosa”: ha difundido desinformación, ha ocultado deliberadamente la autoría de sus campañas y ha exhortado a sus integrantes a hostigar, inflar métricas y replicar consignas sin verificación", añadió la investigación.

Aunque quizá no distorsione toda la conversación pública, la magnitud del Siscom contamina el entorno de quienes reciben sus contenidos, bombardeados con mensajes que deben amplificar de inmediato, muchas veces sin cuestionar su veracidad ni la intención estratégica que los origina.

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