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Protocolo de seguridad meteorológica en Estados Unidos: lo que debe saber para entender la suspensión de juegos en el Mundial de Clubes

Las suspensiones en el Mundial de Clubes 2025 en Estados Unidos por tormentas eléctricas no son fallas, sino la aplicación de estrictos protocolos de seguridad que priorizan la vida de jugadores y aficionados, algo común en deportes al aire libre allí
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El Mundial de Clubes de la FIFA 2025, que se desarrolla en Estados Unidos, ha sido escenario de inusual número de interrupciones y suspensiones de partidos debido a condiciones meteorológicas adversas, particularmente tormentas eléctricas. Equipos como Mamelodi Sundowns vs. Ulsan Hyundai, Pachuca vs. Red Bull Salzburgo, y más recientemente Palmeiras vs. Al Ahly, han visto sus encuentros detenidos o retrasados.

Esas situaciones, aunque pueden resultar frustrantes para los aficionados, no son una novedad en los eventos deportivos estadounidenses, sino la estricta aplicación de un protocolo de seguridad diseñado para salvaguardar la vida de jugadores, cuerpo técnico y, sobre todo, miles de espectadores.

El riguroso protocolo de seguridad meteorológica en Estados Unidos

Estados Unidos cuenta con algunos de los protocolos de seguridad meteorológica más desarrollados y estrictos del mundo para eventos al aire libre. Estos se basan en directrices de organismos como la U.S. Soccer, la FIFA y el Servicio Meteorológico Nacional (NWS). La prioridad absoluta es la seguridad.

El funcionamiento general de este protocolo ante la presencia de tormentas eléctricas es el siguiente:

  1. Detección inmediata y perimetral: la alerta se activa en cuanto se detecta actividad eléctrica (rayos o truenos) en radio aproximado de 13 kilómetros (8 millas) alrededor del recinto deportivo. Los estadios y las organizaciones de eventos suelen contar con sistemas de monitoreo meteorológico en tiempo real.
  2. Suspensión automática del juego: al primer indicio de riesgo, el partido se detiene de forma inmediata. No hay espacio para la duda o la demora. El árbitro es el encargado de hacer cumplir esta interrupción.
  3. Evacuación prioritaria: jugadores y personal de campo se dirigen a los vestuarios o áreas techadas seguras. Simultáneamente se insta a los espectadores a abandonar las gradas descubiertas y buscar refugio en zonas interiores del estadio o estructuras cercanas diseñadas para tal fin. Se desaconseja permanecer bajo estructuras metálicas o árboles aislados.
  4. La "regla de los 30 minutos": esta es una de las piedras angulares del protocolo. Una vez que se interrumpe el juego, no puede reanudarse hasta que hayan transcurrido al menos 30 minutos sin que se detecte ningún rayo o trueno adicional en el perímetro de seguridad. Si se registra otra actividad eléctrica durante este período de espera, el "reloj de los 30 minutos" se reinicia. Esto garantiza que el peligro haya pasado realmente antes de considerar el regreso a la actividad.
  5. Evaluación continua y decisión: durante la pausa, los meteorólogos y el personal de seguridad monitorean constantemente las condiciones. La decisión de reanudar, posponer o suspender definitivamente el evento se toma en función de la evolución del clima y el tiempo que lleve la interrupción. Si el retraso se prolonga demasiado (por ejemplo, más de 45-60 minutos), puede llevar a reprogramación completa.
  6. Readaptación para el juego: si se decide reanudar, los jugadores tienen un breve período de calentamiento en el campo antes de que el reloj del partido se ponga en marcha nuevamente.
Integrantes de la Policía de Cincinnati se resguardan de la lluvia durante un partido del Mundial de Clubes entre Pachuca y Red Bull Salzburgo en el estadio TQL de Cincinnati (Estados Unidos). Foto: EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

Más allá del fútbol: una práctica habitual en Estados Unidos

Estas interrupciones no son una particularidad del fútbol o del Mundial de Clubes. Son una práctica arraigada en todo el deporte profesional y universitario en Estados Unidos, dada la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos en regiones del país, desde tormentas de verano hasta huracanes y nevadas intensas.

  • Fútbol americano (NFL y NCAA): es común que partidos sean retrasados o incluso reubicados debido a huracanes, tormentas severas o temperaturas extremadamente bajas. La seguridad de los jugadores, que están expuestos en un campo abierto, y de los aficionados en las gradas es primordial.
  • Beisbol (MLB): las suspensiones por lluvia y tormentas eléctricas son casi una tradición en las ligas de beisbol, donde los juegos se detienen hasta que las condiciones mejoran, o se posponen, resultando a veces en "dobles carteleras" al día siguiente.
  • Baloncesto (NBA) y hockey sobre hielo (NHL): aunque son deportes de interior, incluso estos pueden verse afectados si las condiciones meteorológicas extremas impiden el acceso seguro a los estadios o afectan la infraestructura eléctrica.
  • Golf, tenis y atletismo: deportes individuales al aire libre tienen protocolos igualmente estrictos, pues los atletas y espectadores están directamente expuestos.

Las suspensiones en el Mundial de Clubes 2025, en conclusión, no son una falla en la planificación del torneo, sino la estricta aplicación de un protocolo de seguridad meteorológica bien establecido y diseñado para proteger la vida humana. Es un testimonio de cómo la seguridad se antepone al espectáculo, asegurando que el deporte se desarrolle en las condiciones más seguras posibles, incluso cuando la naturaleza impone sus propias reglas.

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