
Una pregunta que nos cuece en el pensamiento es: ¿cómo se mantienen tanto tiempo los tiranos en el poder? Muy sencillo, hay que manejarse con componendas con los factores de poder. Armas y dinero. Chávez entendió, rápidamente, que a su alrededor le alababan y ofrecían apoyo, un grupo de personas con poca formación, pero a todas luces codiciosos, rapaces y avariciosos. Su plan para mantenerse en el poder era empoderar a esa gente y permitir que se enriquecieran a costillas del erario público. Eso sí, vigilados y recabando elementos probatorios, por si se rebelaban o se pasaban a otro bando castigarlos fuertemente, como lo han hecho contra varios de ellos. Maduro asimiló esta forma de mantenerse en el poder y con el asesoramiento de expertos cubanos sorteó sus primeros pasos como elegido del fallecido Chávez.
No hay duda de que Maduro y su grupo íntimo se dedicaron a armar una estructura de poder en el que pudiesen participar los comprometidos y que alcanzase para quienes giraban alrededor de aquellos. No les importaba el pueblo, ejercerían el control de este, con los colectivos violentos y el racionamiento de comida (bolsas CLAP). La escasez, la destrucción del aparato productivo, la disminución de empleo, el ahogo de la educación fue deliberadamente promovido por las políticas del régimen para manejar la sociedad venezolana desde el Estado. Es incuestionable que el régimen ha funcionado bajo una racionalidad política perpetuarse en el poder y eliminar al opositor. En su práctica política solo admiten “los nuestros”, los amigos, aliados circunstanciales y los sobornados. Todos son peones de su permanencia en el poder, de suerte que, cuando no son útiles son desechados, si difieren, son perseguidos y destruidos (ej. Partido Comunista, Bandera Roja y otros). La primera realidad que hay que aceptar de la pandilla gobernante es que son personas que valoran el poder y reconocen cómo obtenerlo y conservarlo. Nunca darán chance para un cambio de poder.
El problema es que el juego político de los países no solo se desenvuelve en el territorio nacional, sino entra el factor geopolítico, máxime si el país representa territorialmente un elemento geoestratégico, además, si posee recursos que son vitales para el espacio geopolítico de influencia. Nuestro país, territorialmente es la entrada a América del Sur, posee alrededor de 3.500 kilómetros que abarcan mar Caribe y océano Atlántico. Tenemos grandes yacimientos de petróleo y carbón, hierro, aluminio, coltán, cobre, oro, uranio, cobalto, fosfatos. Todos recursos muy apetecibles y entran en el juego geopolítico.
En los actuales momentos de agudos conflictos internacionales, no solo por las guerras, sino por la pretensión universalista de los radicales islamitas que promueven el autoritarismo fundado en la ideología del pensamiento único, en su caso, la religión islámica. Su idea básica es que el poder legítimo solo proviene de Dios Alá, lo que significa que cualquier sistema político no islámico es inherentemente ilegítimo, desafiante y contrario a los designios de Dios. Evidentemente, un pensamiento de esta naturaleza atenta contra la libertad de expresión, libertad de conciencia, libre desarrollo de la personalidad, negador de la igualdad, especialmente, contra los derechos de la mujer y el pluralismo.
Maduro y sus secuaces con el cuento del mundo multipolar han estado realizando un conjunto de alianzas que lucen totalmente irracionales. Ellos desde su perspectiva militar, debido a sus múltiples crímenes, ven como enemigo a todo aquel que denuncie sus atropellos, sus delitos, además de su estrategia publicitaria de crear enemigos del pueblo y ellos los defensores, se han lanzado abiertamente en defensa de Irán contra Israel y Estados Unidos o a favor de la Rusia de Putin contra Ucrania. Lo peor es que para mantener sus riquezas mal habidas y seguir engrosándolas han permitido la entrada de iraníes y rusos en recursos fundamentales del país, sin contraprestación alguna. Decimos que son decisiones irracionales porque son comportamientos que desafían la lógica política, que ellos mismos han practicado. Pues, unas alianzas de esa naturaleza los aíslan más de su espacio geopolítico y pueden ser calificados como un peligro para la estabilidad política regional y amenaza seria para la cultura del pluralismo y libertades.
Hemos señalado que el régimen de la pandilla cívico-militar gobernante se mueve bajo la lógica militar amigo/enemigo, lo cual en el país le ha dado resultados para perpetuarse en el poder por la fuerza de las armas. Saben que no cuentan con apoyo popular, que la comunidad internacional conoce de sus fechorías, en su desespero traban alianzas que empeoran la situación del país, pero también los coloca a ellos en situación de ser enemigos de las democracias occidentales. El pueblo venezolano debe mantener la protesta diaria por el reclamo de los derechos, no hay que dar tregua a la dictadura. ¡Hasta el final!