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Juan Cortizo y el eco de Quíbor se exponen en Caracas

Juan Cortizo, joven promesa del diseño venezolano, regresó de Milán con un histórico reconocimiento en el SaloneSatellite gracias a Quíbor. Esta vitrina, expuesta en el Instituto de Diseño de Caracas para la vista del público, es un testimonio de la fusión entre artesanía ancestral y vanguardia tecnológica. El proyecto realza la labor de artesanos locales y simboliza la esperanza del diseño como motor de desarrollo y preservación cultural en Venezuela
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El joven diseñador Juan Cortizo regresó a casa tras su histórico reconocimiento en el SaloneSatellite de Milán 2025. Su proyecto Quíbor se exhibe desde el 10 de junio en el Instituto de Diseño de Caracas, lugar que lo vio crecer.

La exposición de Juani –como le dicen sus amigos– es una ventana a la génesis de aquel lugar en Barquisimeto donde surgió la inspiración. Donde nació todo.

 

Quíbor Juan Cortizo Caracas
Quíbor: el corazón de la carpintería larense late moderno en Milán | Foto Ezequiel Carías

 

Expuestas en un gran aparador de vidrio, justo en la entrada de la escuela, se pueden ver incluso las maquetas alámbricas, primeras aproximaciones que revelan la tridimensionalidad de sus piezas, semillas de un proyecto que su tutor de tesis, Jorge Wahbeh, supo ver y nutrir.

La vitrina, así pues, es testimonio de un año de trabajo incansable que culminó con una mención especial en Milán y, finalmente, con su llegada a la Caracas Design Week, que se celebró del 7 al 14 de junio.

 

Quíbor Juan Cortizo Caracas
Quíbor realza la labor de artesanos locales y simboliza la esperanza del diseño como motor de desarrollo y preservación cultural en Venezuela | Foto Ezequiel Carías

 

A la vista de todos, altavoces Bluetooth, lámparas y un prometedor ventilador de cerámica hablan de un diseño que trasciende lo estético. Cortizo recuerda que sus creaciones no serían posibles sin el talento de los artesanos locales de Quíbor, en Lara, quienes fueron –y siguen siendo– pilares en este viaje.

La colaboración es la esencia, dijo el artista. La mano de obra venezolana, el corazón.

El ventilador de cerámica cobrará vida en la Rong Design Library de Hangzhou, China, donde Juan realizará una residencia de un mes próximamente para profundizar conocimientos en técnicas milenarias.

 

Quíbor Juan Cortizo Caracas
Juan Cortizo dice que "apenas está pisando tierra" y se siente emocionado de los proyectos futuros que nacerán con Quíbor | Foto Ezequiel Carías

El diseño como motor de identidad y desarrollo

Jorge Wahbeh, director del Instituto de Diseño de Caracas, no ocultó su alegría. Conmovido destacó que la vitrina de Quíbor representa un "sueño cumplido” y un hito para la institución.

Explicó que fue el potencial de Juan lo que los impulsó a ser los primeros venezolanos galardonados en la feria de Milán, y además, que fuese reconocido como el diseñador más joven en la historia del evento del diseño, fue la cereza de la torta. Juani tiene 24 años.

Destacó que el significado de Quíbor va mucho más allá de un premio. Para Wahbeh, es esperanza para Venezuela.

 

Quíbor Juan Cortizo Caracas
Quíbor, y el diseño en general, son un acto de resistencia cultural y una inquebrantable herramienta de transformación social, según el director del Instituto de Diseño de Caracas

 

El diseño, afirmó, es una herramienta esencial para el desarrollo del país, para forjar nuestra identidad y generar riqueza. Proyectos como Quíbor, que realzan la artesanía venezolana, “son cruciales para evitar que se pierdan nuestras tradiciones más valiosas”.

La verdadera fortaleza del diseño, reflexionó también, no radica solo en estilizar, sino en generar soluciones que humanicen espacios y productos.

“Es una herramienta que traduce lo complejo al lenguaje humano, que educa y conecta”.

Repitió una frase que resuena en sus aulas: "En Francia la vajilla está hecha desde hace mucho tiempo y en tu país el barro es fresco". Con esta poderosa imagen recuerda el vasto potencial de Venezuela. “El diseño, aquí y ahora, es un acto de resistencia cultural y una inquebrantable herramienta de transformación social”, concluyó.

Quíbor: la vanguardia del diseño venezolano en Milán

La tecnología no basta sin un buen diseño. Con esa premisa vio luz Quíbor.

Cortizo se propuso integrar la madera y sus técnicas ancestrales con la vanguardia. El proyecto es un homenaje a Barquisimeto y a su rica tradición artesanal. Busca revitalizar oficios que han decaído, demostrando que la innovación puede coexistir con la herencia cultural.

La colaboración fue esencial. Tres maestros carpinteros de Guadalupe –Iguita, Edgar e Isidro Horta– se unieron a la visión de Juan, saliendo de su zona de confort. Además, tejedoras, un ceramista y un ebanista aportaron su maestría. 

 

Quíbor Juan Cortizo Caracas
El significado de Quíbor va mucho más allá de un premio. Para el diseñador y su mentor, es esperanza para Venezuela. | Foto Ezequiel Carías

 

La llegada del diseñador a Milán fue el resultado de años de gestiones de Jorge Wahbeh, inspirado por Marva Griffin, fundadora del SaloneSatellite y también venezolana. La mención, aunque sin premio monetario, le otorgó un valor incalculable a su trabajo.

Este proyecto no solo preserva las técnicas larenses, sino que también genera nuevas oportunidades para los artesanos locales. De esta manera, Juan Cortizo traza una narrativa esperanzadora para el futuro de las tradiciones venezolanas en el mundo moderno.

 

Quíbor Juan Cortizo Caracas
Juan Cortizo es el diseñador más joven en recibir un reconocimiento en el prestigioso evento del diseño mundial

Coordenadas

La vitrina de Quíbor de Juan Cortizo está a la vista del público en las instalaciones del Instituto de Diseño de Caracas, en Av. Ávila, Quinta Madre Selva Nº7, Urbanización La Castellana, Caracas, Estado Miranda, Venezuela.

Redes sociales: @caracasdisegno

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