El Parlamento del Reino Unido aprobó este martes una enmienda al Proyecto de Ley sobre Delincuencia y Policía que busca despenalizar el aborto en Inglaterra y Gales en cualquier etapa del embarazo, evitando que las mujeres enfrenten penas de cárcel por ello.
La propuesta, considerada histórica, fue debatida en la Cámara de los Comunes, donde obtuvo 379 votos a favor y 137 en contra. El texto pasará ahora a la Cámara de los Lores para continuar su trámite antes de su aprobación final como ley.
Al tratarse de un tema ético, los parlamentarios pudieron votar libremente, sin verse obligados a seguir la línea oficial de sus partidos.
Actualmente, en Inglaterra y Gales, el aborto está permitido hasta las 24 semanas de gestación, pero según la Ley de Delitos contra la Persona de 1861, interrumpir un embarazo fuera de esos parámetros sigue siendo un delito penal, incluso castigado con cadena perpetua, salvo en circunstancias extremas donde esté en juego la vida de la madre.
En 2022 se realizaron más de 250.000 abortos en ambas regiones, según cifras oficiales.
La enmienda, promovida por la diputada laborista Tonia Antoniazzi, pretende que las mujeres no sean arrestadas, investigadas, procesadas ni encarceladas por abortar fuera del plazo legal.
Esta nueva disposición, conocida como “cláusula Antoniazzi”, no altera aspectos como los servicios médicos, los plazos, la telemedicina, las razones médicas o el requerimiento de aprobación de dos médicos.
Antoniazzi explicó que el 99 % de los abortos ocurren antes de las 20 semanas, por lo que el 1 % restante corresponde a mujeres "en circunstancias desesperadas".
La diputada calificó como “farsa” los tres casos de arresto por aborto ilegal entre 1861 y 2022, y subrayó: "Estas mujeres necesitan atención y apoyo, no criminalización".
También calificó de “obsoleta” la legislación vigente, redactada en la época victoriana por un Parlamento exclusivamente masculino, y denunció su uso cada vez más frecuente contra mujeres y niñas vulnerables.
"Este es el cambio correcto en el momento correcto. Imploro a mis colegas que quieran proteger a mujeres, niñas y los servicios de aborto a votar por la nueva cláusula. Asegurémonos de que ninguna mujer soltera y desesperada se enfrente nunca más a una investigación criminal y traumática en el peor momento de su vida", añadió.
Entre quienes respaldaron la enmienda se encuentran ministros laboristas como John Healey (Defensa), Ed Miliband (Energía) y Liz Kendall (Trabajo y Pensiones).
El primer ministro Keir Starmer, ausente por estar en Canadá en la cumbre del G7, no emitió su voto, aunque ello no implica automáticamente una abstención.
El aborto en la sociedad
Desde el ámbito social, reseñó EFE, la decisión fue celebrada por la directora ejecutiva del Servicio Británico de Asesoramiento sobre el Embarazo (BPAS), Heidi Stewart, quien declaró que se trata del "cambio más significativo" desde la Ley del Aborto de 1967.
"No habrá más mujeres investigadas tras sufrir un aborto espontáneo, no más mujeres arrastradas de sus camas de hospital a la parte trasera de un furgón policial, no más mujeres separadas de sus hijos a causa de nuestra arcaica ley del aborto", expresó Stewart.
En contraste, figuras como Kemi Badenoch, líder del Partido Conservador, y Caroline Johnson, también conservadora, manifestaron su rechazo. Johnson advirtió que los abortos tardíos conllevan mayores riesgos médicos para la mujer.
La Sociedad para la Protección de los Niños No Nacidos (SPUC), por medio de su gerente de políticas públicas Alithea Williams, calificó la decisión de "horrorosa y desgarradora" y prometió continuar luchando contra su avance.
"Si esta enmienda se convierte en ley, una mujer que aborte a su bebé en cualquier punto de su embarazo, incluso momentos antes de dar a luz, no estará cometiendo un delito penal", afirmó Williams, quien también alegó que con la legislación actual ya se permite "el asesinato de aproximadamente 300.000 bebés al año".
