Apóyanos

El golpe que nadie quiso nombrar: ¿por qué no caló la narrativa en Venezuela?

Un análisis político y tecnológico sobre la censura, los algoritmos y el control narrativo en redes aplicado a las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 La postura de Edmundo González sobre el golpe de Estado en Venezuela, expresada el 10 de enero de 2025, puede resumirse en una frase que infiero de sus […]
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Un análisis político y tecnológico sobre la censura, los algoritmos y el control narrativo en redes aplicado a las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024

La postura de Edmundo González sobre el golpe de Estado en Venezuela, expresada el 10 de enero de 2025, puede resumirse en una frase que infiero de sus declaraciones vacilantes: “Si me juramentan, no hay golpe; si juramentan a Maduro, sí”. Esta interpretación, absurda y tardía, encapsula su desconexión con la verdad del 28 de julio de 2024, cuando Nicolás Maduro consumó un golpe de Estado institucional que sepultó la Constitución de 1999. Como analista y politólogo, con 40 millones de visualizaciones en X, he observado que la oposición venezolana, liderada por González y María Corina Machado, no logró posicionar esta narrativa del “golpe de Estado institucional”, centrándose en cambio en denunciar un “fraude electoral”. En este artículo expongo las razones estratégicas, comunicacionales y tecnológicas detrás de este fracaso, destacando cómo la omisión del término “golpe de Estado” limitó nuestro impacto social y digital.

Aunque logré posicionar “golpe de Estado institucional Venezuela 2024” en los tres primeros resultados de Google, esta narrativa, por su carácter académico, no llegó a la base social, como estudiantes de educación básica. La condicionalidad de González, resumida en mi inferencia, generó una inconsistencia semiótica que impidió tracción en búsquedas generales como “golpe de Estado Venezuela”, donde no aparece vinculado a él, salvo en criterios específicos como “golpe de Estado Edmundo”. En cambio, “fraude electoral Venezuela” lo posiciona desde el primer resultado, reflejando una relación de visibilidad de 99 a 1. Esta fragmentación, sumada a la falta de una narrativa unificada, nos dejó con un mosaico de ideas disonantes, perdiendo la oportunidad de defender la Constitución y luchar eficazmente contra Maduro. María Corina Machado, con valentía, denunció el golpe el 22 de noviembre de 2024, pero su voz, opacada por la moderación de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), no tuvo eco. Este análisis tecnológico revela por qué fallamos y cómo recuperar el relato para la democracia.

Este trabajo forma parte de mi nuevo libro, Edmundo González: de presidente electo a cómplice de la subversión constitucional, un ensayo político de 82 páginas disponible en Amazon en formato Kindle y versión impresa (https://www.amazon.com/dp/B0FCLHK4W5) . A continuación, las razones y argumentos tecnológicos.

  1. Mi punto de partida: La narrativa del "golpe de Estado institucional"

El 28 de julio de 2024 marcó el colapso del Estado de Derecho en Venezuela. Lo que comenzó como un fraude electoral descarado se transformó en un golpe de Estado institucional que derogó de facto la Constitución de 1999. El régimen de Maduro, mediante el control del Consejo Nacional Electoral (CNE), el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y las fuerzas armadas, consolidó una dictadura abierta, respaldada por potencias como Rusia y China. La oposición denunció un fraude masivo, respaldado por actas que muestran a Edmundo González como ganador con 67-70% de los votos frente al 30% de Maduro. Pero yo sostengo que esto no fue solo un fraude, sino un golpe institucional que comenzó el 28 de julio, con la proclamación ilegítima de Maduro el 29 de julio por Elvis Amoroso, el respaldo del Ministerio de Defensa y el TSJ, y la represión poselectoral (2.400 detenciones y 26 muertes, según organizaciones no gubernamentales).

En mis artículos de El Nacional (“El golpe de Estado en Venezuela se consumó el 28 de julio de 2024 y no el 10 de enero de 2025”, 10 de octubre de 2024, y “Venezuela 2024-2025: Crónica de un golpe de Estado institucional”, 5 de junio de 2025) argumenté que el golpe se inició el 28 de julio, no el 10 de enero de 2025, como afirmó tardíamente la oposición. Pese a mis esfuerzos, esta narrativa no resonó en la base social. Aunque logré posicionar “golpe de Estado institucional Venezuela 2024” en los tres primeros resultados de Google, con dos de mis artículos en las primeras posiciones, este criterio es poco buscado y demasiado académico para llegar a estudiantes de educación básica o al público general. Nadie más escribió sobre un golpe relacionado con el 28 de julio, y la oposición solo mencionó un “golpe” el 10 de enero, con un solo post aislado en Google, demostrando que ni ellos ni yo logramos llevar esta narrativa a las masas.

  1. Mis razones: Por qué la oposición no usó "golpe de Estado"

Desde mi perspectiva, la oposición no priorizó el término "golpe de Estado" por estas razones:

  • Quise simplificar, pero ellos más:
    • Yo intenté explicar el golpe institucional como un proceso complejo que incluye el fraude electoral, la represión, y el control de instituciones, violando artículos constitucionales (5, 63, 138, 294). La oposición optó por "fraude electoral", un término más simple, respaldado por actas en portales especializados. Era más fácil movilizar con pruebas tangibles que con un análisis jurídico.
    • Mis artículos intentaron conectar estos puntos, pero nadie más escribió sobre el 28 de julio como un golpe, lo que limitó mi impacto.
  • La represión nos frenó a todos:
    • El régimen forzó a González al exilio el 8 de septiembre de 2024 y llevó a Machado a la clandestinidad tras un intento de detención el 9 de enero de 2025. Esto dificultó una estrategia comunicacional clara.
    • La represión desvió su enfoque hacia el fraude, dejando de lado el golpe de estado institucional que yo señalé.
  • ¿Oportunismo o error?
    • Creo que la oposición evitó “golpe” para no escalar el conflicto y ganar apoyo internacional con el fraude electoral. Cuando Machado y González hablaron de un “golpe” el 10 de enero de 2025, sentí que era oportunismo tardío. Mi artículo del 10 de octubre de 2024 ya había señalado el 28 de julio, pero no lo aprovecharon.
  • No coordinamos una narrativa:
    • Yo intenté articular el golpe institucional, pero la oposición no unificó su discurso. Sus posts en X se centraron en el fraude, no en la ruptura constitucional. Nadie más relacionó el golpe con el 28 de julio, dejándome como una voz solitaria.
  1. Mis argumentos tecnológicos: por qué no llegamos a las masas

Desde mi experiencia, la narrativa del "golpe de Estado" relacionado con el 28 de julio no resonó en la base social ni dominó las búsquedas orgánicas debido a fallos tecnológicos y estratégicos, a pesar de mi éxito parcial en Google.

  • Mi éxito en Google, pero limitado:
    • Logré posicionar “golpe de Estado institucional Venezuela 2024” en los tres primeros resultados de Google, con mis artículos en El Nacional (10 de octubre de 2024 y 5 de junio de 2025) ocupando dos de las primeras posiciones. Incluso al ampliar la búsqueda a “golpe de Estado institucional”, uno de mis posts sigue apareciendo, una proeza, ya que Google valora la calidad del contenido. Sin embargo, este criterio es poco buscado, demasiado académico, y no llega a la base social, como estudiantes de educación básica, mi público ideal.
    • Cuando amplío la búsqueda a “golpe de Estado Venezuela”, mis artículos pierden visibilidad, desplazados por eventos históricos como el golpe de 2002 contra Chávez. Esto muestra que, aunque tuve éxito en un nicho, no logré competir en términos generales.
  • La oposición no usó el término:
    • La oposición no usó “golpe de Estado institucional” consistentemente. Solo un post aislado en Google menciona el “golpe” del 10 de enero de 2025, y no hay nada más hasta mis artículos en las páginas 3 y 9. Nadie más escribió sobre un golpe relacionado con el 28 de julio, lo que demuestra su falta de estrategia.
  • La inconsistencia semiótica de González:
    • El intento de González de posicionar un “golpe de Estado” el 10 de enero de 2025 falló por su condicionalidad absurda: “Si me juramentan, no hay golpe; si juramentan a Maduro, sí”. Esta narrativa no caló en Google por su inconsistencia semiótica orgánica. Búsquedas como “golpe de Estado Venezuela” no muestran resultados vinculados a González, salvo en criterios específicos como “golpe de Estado Edmundo”. En cambio, “fraude electoral Venezuela” lo posiciona desde el primer resultado, reflejando una relación 99 a 1 en visibilidad.
    • Esta inconsistencia (vincular el golpe a un evento condicional en lugar de un proceso sistemático desde el 28 de julio) rompió la universalidad necesaria para resonar en búsquedas orgánicas y en la base social.
  • La importancia de la narrativa y su relación con Google y redes sociales:
    • ¿Qué es la narrativa? La narrativa es el contenido que da sentido y motiva a la acción, uniendo a las personas en torno a un ideal superior, como la defensa de la Constitución, que trasciende a líderes individuales. Es el “cuerpo con cerebro” que impulsa una causa. Sin una narrativa clara, no hay dirección para construir soluciones.
    • Google y el posicionamiento: Google clasifica contenido según relevancia, autoridad y tráfico. Una narrativa repetida en medios y redes sociales genera clics, compartidos y backlinks, posicionándola en las primeras páginas. Mi éxito con “golpe de Estado institucional Venezuela 2024” fue limitado porque el término es poco buscado y no tuvo amplificación masiva.
    • El rol de las redes sociales: plataformas como X amplifican la narrativa mediante interacciones masivas. Un hashtag como #GolpeEnVzla o hilos virales pueden dirigir tráfico a artículos, mejorando su ranking en Google. Si González y Machado hubieran usado “golpe de Estado institucional” en X desde el 28 de julio, habrían generado contenido indexable por Google, conectando la narrativa académica con la base social.
    • Interconexión: las redes sociales y Google se retroalimentan. Un post viral en X impulsa tráfico a un artículo, mejorando su posicionamiento en Google. La narrativa es el pegamento: un mensaje claro motiva a compartir, comentar y buscar, creando un ciclo de visibilidad. La inconsistencia de González rompió este ciclo, dejando mi narrativa aislada.
  • El fallo de la oposición:
    • Si González o Machado hubieran usado “golpe de Estado” desde el 28 de julio en comunicados y posts en X, habrían generado una narrativa unificada que habría resonado en Google y redes sociales, conectando el fraude electoral con la ruptura constitucional, movilizando a la base social y atrayendo apoyo internacional. Su enfoque en el fraude y la narrativa condicional absurda de González carecieron de universalidad y tracción.
  1. ¿Fuimos insuficientes o actuamos por oportunidad?

Reflexionando, la falta de posicionamiento del "golpe de Estado" se debe a una combinación de factores, agravada por el error condicional de González:

  • Insuficiente:
    • Aunque posicioné “golpe de Estado institucional Venezuela 2024” en los tres primeros resultados de Google, no pudimos optimizar lo suficiente nuestros artículos con suficiente repetición de palabras clave ni tuvimos la máquina de propaganda suficiente para difundir masivamente en X con hashtags o colaboraciones. Reconozco que en lo personal mi narrativa, aunque sólida, era demasiado académica para llegar a estudiantes de educación básica o al público general.
    • No anticipé que la oposición ignoraría el término hasta enero de 2025, dejándome como una voz aislada.
  • El oportunismo y el error condicional de la oposición:
    • Creo que González y Machado evitaron “golpe” inicialmente para no escalar el conflicto y ganar apoyo internacional con el fraude electoral. Su mención tardía del “golpe” el 10 de enero de 2025 fue oportunista. Mi artículo del 10 de octubre de 2024 ya había señalado el 28 de julio como la fecha del golpe, pero no lo aprovecharon.
    • González cometió un grave error al condicionar el golpe con la frase que infiero de sus declaraciones vacilantes: “Si me juramentan, no hay golpe; si juramentan a Maduro, sí”. Aunque él no lo expresó explícitamente, esta interpretación refleja su propuesta o versión del golpe. Este planteamiento fue absurdo, dado que el golpe institucional comenzó el 28 de julio de 2024 con el fraude electoral, la represión (2.400 detenciones y 26 muertes, según ONG), el exilio forzado de González y el control institucional, violando artículos constitucionales (5, 63, 138, 294, 328). El 10 de enero de 2025 fue solo un cierre simbólico, no el inicio. Esta narrativa careció de sentido y universalidad, quedando limitada a un solo post aislado en Google, sin lograr tracción en búsquedas generales como “golpe de Estado Venezuela
  • La represión nos limitó:
    • La censura y persecución (exilio de González el 8 de septiembre de 2024, clandestinidad de Machado tras el 9 de enero de 2025) dificultaron articular una narrativa compleja. Yo enfrenté censura, pero el error condicional de González fue un golpe adicional a la credibilidad.
  1. El impacto de nuestra lucha y sus errores

La falta de una narrativa de “golpe de Estado” tuvo consecuencias graves:

  • Maduro controló el relato: Sin una narrativa unificada, el régimen presentó la crisis como una disputa electoral, manteniendo una fachada de “democracia cuestionada”. Mis artículos intentaron contrarrestarlo, pero sin apoyo opositor, no tuvieron alcance.
  • Perdimos Google: Aunque posicioné mi narrativa en un nicho, la relación 99 a 1 de “fraude electoral” sobre “golpe de Estado” refleja la falta de amplificación. La narrativa condicional de González no tuvo tracción.
  • Menos movilización: Mi narrativa habría inspirado protestas y presión internacional, pero la condicionalidad absurda de González la diluyó.
  • Apoyo internacional débil: La falta de una narrativa clara limitó sanciones y el reconocimiento de González como presidente electo por países como Estados Unidos y Perú.
  1. Propuestas para el futuro

Para no repetir estos errores, propongo:

  • Unificar mi mensaje:
    • Retomar la narrativa para centrando la palabra clave “golpe de Estado ”, conectando fraude, represión y control institucional con la Constitución, haciéndolo accesible para todos, incluidos estudiantes.
    • Presionar a la oposición para que adopte este término desde el inicio, evitando condicionalidades absurdas.
  • Dominar Google y X:
    • Optimizar los posts con palabras clave y hashtags (#GolpeEnVzla, #RupturaConstitucional), publicando hilos en X, videos en YouTube, y artículos en medios de alto alcance.
    • Animar a la oposición a crear contenido multimedia indexable por Google.
  • Resistir la represión:
    • Usar plataformas seguras para difundir mi mensaje bajo censura.
    • Crear una red de activistas digitales para amplificar la narrativa.
  • Aprovechar momentos clave:
    • Lanzar campañas en eventos clave, reforzando la narrativa del golpe desde el primer día.
  • Aprender del pasado:
    • Estudiar el posicionamiento del golpe de 2002 y replicaré su estrategia con colaboración y contenido masivo.
  1. Mi conclusión: La narrativa como clave para la democracia

Intenté demostrar que el golpe de Estado en su forma Institucional en Venezuela comenzó el 28 de julio de 2024, no el 10 de enero de 2025. Logré posicionar “golpe de Estado institucional Venezuela 2024” en los tres primeros resultados de Google, pero este criterio, por ser académico, no llegó a la base social. La oposición, con la narrativa condicional absurda de González (“si me juramentan, no hay golpe; si a Maduro, sí”), no usó el término hasta enero de 2025, con solo el registro de consulta de encontrarse un post aislado en Google, sin tracción. Búsquedas como “golpe de Estado Venezuela” no vinculan a González, salvo en “golpe de Estado Edmundo”, mientras “fraude electoral Venezuela” lo posiciona desde el primer resultado, reflejando una relación 99 a 1 en visibilidad.

La importancia de la narrativa: La narrativa es el cuerpo con cerebro, el contenido que motiva a la acción. La defensa de la Constitución habría unido a las personas más allá de líderes individuales, sirviendo como estandarte contra Maduro. La violencia poselectoral (2.400 detenciones, 26 muertes) asoció elecciones con muerte, destruyendo la vía electoral. Una narrativa de golpe institucional habría encajonado a Maduro como una dictadura sin solución electoral, pero González, con su narrativa condicional, permitió al régimen mantener una fachada de “democracia cuestionada”. 

Las redes sociales y Google son el campo de batalla: un post viral en X impulsa tráfico a un artículo, mejorando su ranking en Google, y una narrativa clara amplifica este ciclo, movilizando a la sociedad. Sin esta narrativa, no se puede enfrentar un golpe sin un ejército armado; la narrativa es la herramienta para construir soluciones estratégicas, como un ejército de ideas para restaurar la democracia.

La ausencia de esta narrativa nos dejó con un mosaico de ideas disonantes, un vidrio roto de visiones fragmentadas. Sin ella, no hay fuerza para enfrentar a Maduro equilibradamente. Lo que tenemos es la nada, un vacío de dirección. La narrativa de la ruptura constitucional habría movilizado a la sociedad y la comunidad internacional, pero al no crearla, perdimos la oportunidad de construir una solución estratégica para devolver la democracia a Venezuela. Propongo una estrategia unificada, optimizada para Google y X, y otras plataformas resistentes a la censura, para recuperar el relato y restaurar la democracia. Aún estamos a tiempo.

@estebanoria

Relacionadas