Mi madre, la maestra Carmen Rodríguez, tiene ya 84 años y aún conserva la claridad intelectual suficiente como para hacerme esta pregunta: “Hijo, ¿qué está pasando en el mundo?”. Considero que hay demasiadas injusticias sociales. No pude responderle con frases cortas. Ni con un resumen simplista como los que se acostumbran en estos tiempos. Mi madre merece una mejor respuesta a la que estamos acostumbrados a que nos respondan los mal autodenominados líderes mundiales.
El liderazgo debe representar lo mejor de nosotros como sociedad, debe representar lo mejor como ese colectivo que pretende lograr objetivos comunes con decisiones acertadas que nos beneficien a todos. ¡Parece que estamos muy jodidos, y no sé cómo explicárselo a mi mamá!
Ya no hay líderes representativos de lo mejor de la humanidad. No existe dentro del liderazgo mundial ciudadanos con suficiente sindéresis como para levantar el estandarte de lo mejor de los humanos del mundo, y conducirlos a una nueva etapa evolutiva como sociedad en una aldea global.
Los líderes se extraviaron o fueron sustituidos por lo peor de nuestras sociedades. De esa ONU fundada luego de la segunda guerra mundial, quedan solo los retazos de una intención. Nada de mantener la paz, la seguridad mundial, nada de las relaciones y cooperaciones entre países para solucionar sus diferencias. Lo que sí hay es una burocracia corrupta e inútil. La Internacional Socialista (IS) es solo un remedo de un mal chiste. Una cueva de bribones que no piensan ni en trabajadores, ni en seguridad social, No se ocurre pensar en democracia y hasta creo que ni piensan. Pedro Sánchez representa exactamente lo que es en estos días la IS… ¡Una mierda!
La Iglesia Católica, apostólica y romana, por lo menos desde su fundación y hasta el pontificado del papa Francisco I, es un nido de abusadores, de arrogantes con sotana, de burócratas comulgantes, de depredadores de menores y de ambiciosos acumuladores de riquezas que junto a banqueros, lavan miles de millones del dinero que los emperadores, príncipes, reyes y dictadores del mundo les han esquilmado a los ciudadanos. Líderes religiosos de países con gobiernos teocráticos o islamistas obligan a sus ciudadanos a regresar a siglos pasados. Abusan de sus mujeres y nadie dice nada.
Los líderes sindicales se enriquecen sin defender los derechos de los trabajadores, los intelectuales se arrodillan ante el poder del estado para lograr que sus publicaciones sean financiadas. Los jóvenes solo quieren disfrutar la vida sin pensar en el futuro. El mundo es un caos de moral, de principios, de valores. Nadie respeta nada. De nada sirve el diálogo, la dialéctica, los acuerdos y los derechos humanos.
“Todo es por el puro interés de tener dinero sin saber para qué”. David Yallop
“En nombre de Dios” la Iglesia Católica sacrificó a Juan Pablo I, quemó a mujeres sin ser brujas, mató por herejía a científicos y pensadores, excomulgó a Reyes y nobles que nunca se arrodillaron a sus pies. “En nombre de la democracia” Salvador Allende fue un objetivo de la CÍA. “En nombre de la libertad” Fidel esclavizó a los cubanos y arruinó a Cuba. “En nombre del perdón” Nelson Mandela le demostró al mundo que el colectivo de una nación, está por encima de los sufrimientos pasados y las retaliaciones. “En nombre de su ego” Juan Manuel Santos, revivió en Colombia la violencia nacional. “En nombre de sus intereses” los empresarios corruptos lograron acabar con la democracia en Venezuela. Y en “Nombre del Islamismo” y el odio, estamos al borde la tercera guerra mundial.
En nombre de cualquier vaina que se les ocurra. Todos los ciudadanos del mundo somos víctimas necesarias del capitalismo, del extremismo ideológico y del fanatismo religioso.
Madre, si quieres que te conteste esa pregunta de la manera más sincera, tengo que citar las verdades históricas y universales con las cuales me formaste. Cito: “Destruiré por completo todas las cosas sobre la faz de la tierra, destruiré los hombres y las bestias, las aves y los peces, y acabaré con los impíos. Extenderé mis manos sobre Judá y sobre toda Jerusalén”.
No sé cómo responderte, madre mía, solo sé que en este planeta de humanos carecemos de humanidad. En esta tierra de paz queremos matarnos los unos a los otros. Solo sé, madre mía, que la filosofía y las enseñanzas de Jesús navegan en un vacío histórico donde nadie piensa en él, donde nadie es como él, donde todos lo obviamos.
Madre, creo que el mundo quiere ver su apocalipsis temprano y también creo, madre querida, que todos plenos de infinita inconsciencia e inmoralidad estamos rogando por la destrucción del mundo. Mamá, es lamentable que no hayamos podido en tantos años y con tanta tecnología evolucionar más como sociedad.