
El líder opositor Edmundo González Urrutia, actualmente asilado en España, reiteró este viernes su compromiso con la causa de que ningún venezolano tenga que abandonar su país para sobrevivir: "Yo también soy refugiado. Y sé que marcharse duele", escribió en su cuenta en X.
En el marco del Día Mundial del Refugiado, González Urrutia volvió a alertar sobre la migración "forzada" de venezolanos, describiéndola como "la mayor crisis de desplazamiento" en la historia reciente de América Latina y "una de las más grandes del mundo".
Según expresó, "millones de compatriotas han tenido que dejar atrás su hogar, su familia, sus sueños… no por elección". Y agregó: "Detrás de cada número hay una historia. Un padre que cruzó fronteras para alimentar a sus hijos. Una madre que camina kilómetros con sus hijos en brazos. Jóvenes que dejan su país sin saber si podrán regresar".
El Día Mundial del Refugiado se establece para recordar que es un derecho vivir en paz, buscar protección y ser recibido con dignidad cuando se huye del miedo, la guerra o la persecución.
La migración forzada de venezolanos es la mayor crisis de desplazamiento en la historia… pic.twitter.com/qdsUwL8hsJ
— Edmundo González (@EdmundoGU) June 20, 2025
También recordó que esta fecha fue establecida para reivindicar el derecho a vivir en paz, a buscar refugio y a ser recibido con dignidad cuando alguien huye del miedo, la guerra o la persecución.
El exilio de González Urrutia
González Urrutia se exilió en España en septiembre de 2024, después de haberse postulado a la presidencia de Venezuela en julio como candidato del principal bloque opositor a Nicolás Maduro.
Aunque los resultados oficiales dieron la victoria a Maduro, la oposición denunció un "gran fraude electoral" y varios países reconocieron a González Urrutia como "presidente electo".
Finalmente, el dirigente viajó a Madrid el 8 de septiembre para evitar su arresto, luego de que la justicia venezolana emitiera una orden de captura en su contra por ignorar tres citaciones del Ministerio Público, que lo acusaba por la difusión de actas electorales que lo declaraban vencedor.
El 20 de diciembre, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, confirmó que España le concedió el estatuto de asilo tras su llegada al país.