Caracas desafió al clima este 21 de junio. Una pertinaz lluvia intentó apagar el espíritu de la ciudad, pero no lo logró. Colinas de Bello Monte, en el municipio Baruta, se preparaba para su tercera edición de CaminArte. Un festival callejero que prometía reactivar el pulso cultural de la zona.
La convocatoria estaba pautada para las 4:00 de la tarde. El clima inicial, testarudo, retrasó la actividad, pero no mermó la voluntad de los caraqueños.
Desbordadas por la expectativa, miles de personas se volcaron a las calles. Convirtieron la garúa y su humedad, y el cielo cargado y gris, en una anécdota.
2.7 kilómetros de magia urbana
Al adentrarse en Colinas de Bello Monte, un circuito de casi tres kilómetros fue meticulosamente diseñado en seis grandes áreas que ofrecían una inmersión total en la cultura y el entretenimiento.
La Zona Miguelángel, en la avenida del mismo nombre, fue la puerta de entrada. Más adelante, la Zona Latina -en la calle Garcilazo- vibraba con ritmos caribeños, mientras la Zona Cacique -en la avenida Caroní- resonaba con la energía local.
Al final de esta avenida, fusionándose con la calle Caura, la Zona El Sistema era un testimonio de la educación musical venezolana, desplegando el talento de sus jóvenes músicos.
Para los amantes de sonidos más audaces, la Zona Rock aguardaba en la avenida Caurimare y avenida Chama, y el recorrido culminaba en la Zona Colchonería del Este, en la calle Cervantes, un punto de encuentro inesperado para la creatividad.
Durante el trayecto, la música se sintió como un latido constante. Cinco tarimas estratégicamente ubicadas acogieron a una treintena de grupos y solistas.
Con cada paso, se podía uno cruzar con las melodías ejecutadas por agrupaciones de El Sistema, la energía contagiosa de Tambor Urbano, la inconfundible voz de Horacio Blanco, las mezclas del DJ Oscar Leal o la majestuosidad de la Orquesta Simón Díaz. Una sinfonía urbana armonizaba con el ambiente festivo.
Sin embargo, CaminArte fue mucho más que sonidos. La oferta gastronómica fue lo que más destacó de la jornada.
Marcas realizaban activaciones y degustaciones, pero los restaurantes a pie de calle fueron protagonistas. En plenas aceras, chefs y cocineros sacaron sus fogones, demostrando su arte in situ.
La oferta era abrumadora: desde la rapidez de la fast food hasta la sofisticación gourmet, pasando por el sabor exótico del sushi, la tradición italiana, los aromas árabes y, por supuesto, la inconfundible sazón venezolana. De esta forma, el aire se llenaba de aromas, invitando a una nueva aventura culinaria.
Civismo y arte, dos caras de la misma moneda
El arte, la otra columna vertebral del evento, se manifestaba en cada rincón.
A diferencia de ediciones anteriores, 2025 vio una mayor congregación de artistas en vivo. Se pudo observar a pintores creando lienzos, grafiteros transformando muros con explosiones de color y performances que rompían la cuarta pared.
Espacios creativos y musicales invitaban a la interacción, mientras el cemento de las calles se convertía en un lienzo gigante para el arte en tiza. La música en vinilos, las proyecciones de cine al aire libre, un mundo textil innovador y hasta zonas de karaoke llenaron de vida cada metro del circuito.
Aquello fue explosión de creatividad que invitaba a la participación activa.
Pero lo más destacable de CaminArte 2025 fue el civismo de los caraqueños. A pesar de la vasta oferta de alcohol dispuesta en cada esquina del circuito, el comportamiento fue responsable.
La gente supo disfrutar sin problemas ni quejas, evidenciando una madurez cívica encomiable. Era una demostración de cómo la ciudad puede vibrar en armonía cuando se le brindan los espacios y las condiciones adecuadas.
Las autoridades de la Alcaldía de Baruta y Protección Civil estuvieron desplegadas durante toda la jornada, garantizando la seguridad, al igual que los especialistas en atención médica del Grupo Nueve Once, quienes estuvieron atentos para cualquier eventualidad.
Mejoró notablemente la logística. Quienes asistieron en vehículo pudieron estacionar en la Plaza Alfredo Sadel o en los aparcamientos de Las Mercedes.
Además, se habilitó un servicio de transporte gratuito en la ruta Las Mercedes-Colinas de Bello Monte, y hasta con el Metro de Caracas, operando desde las 4:00 pm hasta la medianoche, cuando el evento concluyó.
CaminArte logró superarse
A diferencia del año pasado, esta edición logró un cumplimiento más estricto de las restricciones vehiculares en varias calles y avenidas. Este hecho contribuyó con una experiencia más fluida para los peatones.
La segunda edición, celebrada el 25 de mayo de 2024, ya había reunido a más de 50 mil personas, pero CaminArte 2025 esperaba superar esa cifra, aspirando a unas 60 mil almas disfrutando de la calle.
CaminArte, en su esencia, busca que los habitantes del municipio y todos los caraqueños disfruten de los espacios abiertos de Colinas de Bello Monte. Sus organizadores han destacado, con razón, la importancia de eventos de esta magnitud para potenciar la creatividad, impulsar el turismo y dinamizar la economía local.
El sábado 21 de junio Caracas demostró, una vez más, su capacidad de resurgir y bailar bajo la lluvia. De transformar sus calles en un escenario vibrante de cultura y encuentro ciudadano.
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