
Al igual que en su primer mandato, Donald Trump pone sus ojos en Medio Oriente. El presidente de Estados Unidos iniciará este martes -y durante cuatro días- su primera gira internacional, en la que visitará Emiratos Árabes Unidos, Catar y Arabia Saudita, los tres países más ricos de la región y entre los más acaudalados del mundo.
Israel e Irán, los ausentes de la gira de Trump, ¿qué mensaje envía esto?
Así como los países que visitará marcarán el rumbo de su agenda y sus intereses, los territorios a los que dejó a un lado envían un claro mensaje, ya sea intencionalmente o no. Y es que un lugar que no figura en el itinerario es Israel, el aliado más cercano de Washington en la región.
Ello ha generado especulaciones sobre las tensiones entre Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien en repetidas ocasiones ha presumido de sus buenas relaciones con la Casa Blanca.
Este giro en la diplomacia de Washington ha salido a la luz con los recientes acercamientos con Irán sin la intervención de Jerusalén. Hace poco más de un mes, Estados Unidos ha llevado a cabo negociaciones encaminadas al programa nuclear de Teherán y a desescalar las tensiones entre ambas naciones.
Lo que se está viendo es que el presidente Trump tiene una idea de lo que nos interesa, y eso es lo primero. Él define la naturaleza de sus intereses en el exterior no a través de un contexto geopolítico o de seguridad, sino de un marco económico, financiero y comercial.
Otro claro ejemplo del distanciamiento de EE UU con Israel fueron los acuerdos que alcanzó Washington con los rebeldes hutíes en Yemen para evitar que estos ataquen los navíos estadounidenses. El acuerdo no incluyó un cese el fuego a las fuerzas israelíes. Por último, la reciente liberación del rehén estadounidense Edan Alexander por Hamás se llevó a cabo tras diálogos directos con representantes estadounidenses, pasando por alto la mesa de diálogo en la que está Israel.
Y es que Trump ha adoptado una postura cada vez más pasiva hacia Jerusalén, aunque su gobierno afirma estar trabajando con Israel en un plan liderado por Estados Unidos para que la ayuda humanitaria llegue a Gaza.
Para Dennis Ross, ex alto funcionario del Departamento de Estado que sirvió como enviado a Medio Oriente bajo presidentes demócratas y republicanos, estos son indicios de que las preocupaciones israelíes sobre las negociaciones de Trump con Irán y otras amenazas a Israel “no se tienen en cuenta, o si se tienen se desestiman”, dijo al diario The Washington Post.
Según el experto, esto se debe a que las voces en la administración Trump que abogan por menos enredos militares de Estados Unidos en Medio Oriente están en ascenso, mientras que “es probable que Trump dé la máxima prioridad a traer miles de millones de dólares' de inversiones de ricas monarquías del golfo Pérsico a Estados Unidos durante su viaje”.
“Lo que se está viendo es que el presidente Trump tiene una idea de lo que nos interesa, y eso es lo primero. Él define la naturaleza de sus intereses en el exterior no a través de un contexto geopolítico o de seguridad, sino de un marco económico, financiero y comercial. Creo que el presidente Trump podría tener la opinión de que 'les damos 4.000 millones de dólares al año en ayuda militar. Hago mucho para apoyar a los israelíes", dijo Ross al medio.
Las críticas al viaje, una gira muy cercana a los intereses privados del presidente y sus empresas
La gira por Medio Oriente ha causado críticas por la cercanía que la empresa privada de Trump, hoy administrada por sus hijos, tiene acuerdos comerciales con los países que visita.
Solo el mes pasado la Organización Trump cerró su primer acuerdo inmobiliario de lujo en Catar y publicó detalles de un rascacielos de mil millones de dólares que construirá en Dubái, cuyos apartamentos se pueden comprar con criptomonedas.
Uno de los hijos del presidente, Eric Trump, promocionaba una empresa de criptomonedas en Dubái mientras su hermano Don Jr. se preparaba para hablar sobre la "Monetización de MAGA" en Doha.
Asimismo, según The New York Times, la familia Trump “tiene seis acuerdos pendientes con una empresa inmobiliaria de mayoría saudita, un acuerdo de criptomonedas con una filial del gobierno de los Emiratos Árabes Unidos y un nuevo proyecto de golf y villas de lujo respaldado por el gobierno de Catar”.
A pesar de los señalamientos, la Casa Blanca negó que el mandatario estuviera sacando provecho de ello. "Es francamente ridículo que alguien (...) sugiera siquiera que el presidente Trump esté haciendo algo para su propio beneficio", declaró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
“Claramente le gustan este tipo de viajes con anuncios de grandes acuerdos porque eso es lo que lo obsesiona. Su enfoque, su prioridad, está mucho más en el lado económico y financiero de las cosas”, dijo Ross al respecto.
Otra crítica que ha surgido por cuenta de la gira de Trump es la reciente propuesta de Catar de regalarle al presidente estadounidense el "palacio volador", un lujoso avión valorado en 400 millones de dólares en reemplazo del Air Force One, la aeronave presidencial.
Este regalo plantea posibles conflictos de intereses, sobre todo porque la Constitución estadounidense prohíbe a los funcionarios aceptar regalos "de un rey, príncipe o Estado extranjero".
Pero podría existir una laguna legal, sobre todo si se ofrece como regalo al Pentágono.
Sin embargo, lo cierto es que más allá de las polémicas se prevé que el mandatario estadounidense logre sellar importantes acuerdos en materia inmobiliaria, defensa y aviación, con los que luego volverá a Washington a vender sus logros en un viaje en el que se habrá puesto en segundo plano los grandes conflictos de la región como el drama de los palestinos en Gaza o la creciente tensión por cuenta del programa nuclear iraní.