Depende. En este caso abstenerse tiene motivos lógicos capaces de anular intereses de la pandilla que ejerce un poder ilegítimo y por otro lado de un sector popular que adoctrinaron para ser robots, analfabetas disfuncionales.
Es necesario repetirlo. El 28 de julio del año pasado 70% de los venezolanos aún presentes en su lar, eligió un nuevo presidente. Al instante mismo de su legítimo mandato probadamente constitucional mediante el escrutinio abierto de las Actas el resultado fue desconocido y usurpado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) del régimen castrochavista mediante una bestial represión que durante diez meses aplica múltiples acciones sadicofascistas entre otras, secuestro violento, desaparición forzosa, tortura, maltrato físico y mental, aislamiento total y asesinato por falta de atención medica que califican como suicidio, métodos calcados de regímenes autoritarios y totalitarios a saber y en resumidos nombres propios, Putin ruso, Jinping chino, Kim Jong-un norcoreano, Castro cubano, Ortega nicaragüense y el reciente Bukele salvadoreño.
La narcotiranía empoderada en Venezuela decretó votaciones a efectuarse este 25 de mayo de 2025 para instalar definitivamente con apariencia legal su totalitario Estado Comunal con los ya seleccionados gobernadores, alcaldes, asambleístas y todo funcionario civil y militar, agregados los voluntarios seudodisidentes, al final todos resultan cómplices de tamaña y evidente trampa, por ahora la más decisiva de las habituales durante su cuarto de siglo.
Pero ya no sirven, pasaron de moda por mentirosos y dañinos los pretextos que buscaban justificar la presunta y obligatoria participación electoral de la población común victimizada junto a la dirigencia opositora en los pasados montajes teatrales electoralistas. Afirmaban que no votar era culpable porque su ausencia reelegía legalmente al desgobierno.
Ahora votarán sin elegir los militantes todavía obedientes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), los sometidos y vigilados por ser empleados públicos de bajísimos sueldos amenazados de represalias como el despido, parte de la empobrecida masa ignorante que lavados sus cerebros se aferra esperanzada a la dictadura sin otras opciones, los vivianes de ayer y siempre que fracasaron como líderes y dirigencias opositoras por incompetentes y aprovechados acomodaticios popularmente calificados con razón como “enchufados” más la tropa de los cuadros militares inferiores y medios espiados por el generalato porque son su joven carne de cañón en inventadas guerritas de provocación para fomentar “patriotismo revolucionario” de votantes, como el intento actual contra Guyana que de repente tiene tarjeta electoral, un territorio venezolano regalado por Hugo Chávez Frías cumpliendo instrucciones de Fidel Castro.
Esta vez el no votante representa para el Tercer Mundo de Centro y Suramérica al famoso único poblador que al paso de una lujosa caravana monárquica por la pobre calle de su barrio, donde todos eran obligados a elogiar aquella presunta rica vestimenta palaciega que sus asistentes no le pusieron al rey para ese desfile porque lo adversaban, y entonces un bendito niño les advirtió con gritos a sus vecinos “¡pero si el rey está desnudo!”. Así lo cuenta el danés Christian Andersen desde su fábula El traje nuevo del emperador (1837), ejemplo de eterna vigencia.
Así mismo quedará retratada la revolucionaria república que autocalifican de bolivariana y en realidad es bolivarista en aparente bancarrota, pues la gigantesca riqueza pública y privada que robaron está en sus personales cuentas bancarias extranjeras a nombre de testaferros. Excelentes investigadores venezolanos exiliados lo confirman día a día por la prensa libre internacional y numerosas redes digitales.
No votar en esta farsa es acción de urgencia para intensificar y mostrar a lo que resta del mundo democrático, la conducta correcta cuando la lucha en verdad es libertaria.
