El Esequibo es un frente abierto en este momento para Venezuela, sobre todo luego del descubrimiento de las grandes reservas de petróleo y otros minerales que son explotados por Guyana sin respetar que es una zona en reclamación cuyo caso está en la Corte Internacional de Justicia. Hasta este punto Venezuela tiene ventaja, pues es Guyana la que actúa de mala fe al entregar concesiones ignorando la reclamación, sin esperar un resultado del órgano competente.
La decisión de Maduro de hacer unas elecciones en el Esequibo puede ser uno de los errores políticos-jurídico históricos más traumáticos para el país, mucho más que el robo electoral del 28J; primero, por hacer unas elecciones ignorando un organismo internacional que se declaró competente en conocer del reclamo en la zona y que sugirió abstenerse de esa elección, por lo que podría tener un impacto en su decisión próxima; y segundo, por seleccionar un militar como primer gobernador y no un político para ese cargo, una decisión que envía un mensaje claro al plantear un escenario de conflicto bélico y no político-diplomático-jurídico.
Doce centros electorales colocaron en la Guayana Esequiba, según mandato constitucional de un referéndum manipulado en el que el país se abstuvo de participar, el 3 de diciembre de 2023; el régimen alejado de los procedimientos adecuados y apoyo de la población en estos casos, pretende crear el estado número 24. Que la FANB esté participando en un evento que debería ser ciudadano y político, llevando armas a ese territorio e imponiendo un militar de gobernador, es una amenaza a la estabilidad de la zona en reclamación y la presencia militar coacciona el voto de esos pobladores.
Tanto el Tren de Aragua como la guerrilla son fuerzas Proxy del régimen, actúan tanto por sus propios intereses y por operaciones delegadas, unos en las zonas urbanas y otros para ejecutar las actividades en la frontera. Esto le permite aplicar a la dictadura negar su vinculación con ellos.
Estas alianzas entre actores miembros del régimen y grupos no estatales buscan alcanzar objetivos específicos, que implican apoyo político para su seguridad dentro del territorio venezolano, armas y financiamiento económico. En nuestro país existen denuncias de las actividades de estos grupos en la minería, producción y comercialización de drogas.
Para el régimen estas fuerzas le reducen el costo y riesgo de una guerra directa, ellos influyen en el conflicto y permiten atacar a un adversario para desgastarlo o desaparecerlo, como fue el caso del teniente Ojeda en Chile.
Guyana ha denunciado ataques armados recientes a sus tropas desde Venezuela y Padrino López como ministro de la Defensa, alerta de falsos positivos; alguien está atacando a Guyana con amenaza directa a la ExxonMobil desde Venezuela y parece no ser la FANB.
Padrino López culpa a la CIA y al Comando Sur, hace llamados públicos a los militares de no caer en provocaciones; pero él debería saber que la guerrilla tiene presencia en la zona y Maduro mantiene negociaciones con ellos.
La guerrilla está bien equipada y protegida en Venezuela, es la que probablemente esté siendo utilizada para desgastar a Guyana con pequeños ataques constantes, desestabilizar la zona utilizando emboscadas y ataques sorpresa en Guyana y posiblemente planificar atentados y sabotajes contra la ExxonMobil; aprovechando su movilidad por territorios difíciles y experiencia en voladuras de oleoductos y otras acciones.
Sería un error militar terrible cualquier ataque de la guerrilla desde Venezuela a Guyana o la ExxonMobil, podría ser considerado un acto de guerra y obligaría a la FANB a un conflicto bélico provocado por la irresponsabilidad de Maduro y Padrino López si permiten grupos armados en esa zona.
La situación de la Fuerza Armada Venezolana no está para un conflicto con una Guyana apoyada por varias potencias cercanas, recordando que el apoyo militar de Maduro está muy lejos; existe una tenaza sobre Venezuela, bases de Estados Unidos en Aruba y Curazao, en Colombia y ahora se le suma un frente abierto y activo con Guyana.
Haciendo una radiografía actual en la FANB podríamos decir que muchos militares están pendientes de incrementar su nivel de vida y se hace fácil detectar aquellos que no tienen de dónde justificarlo; vienen unos meses de desfiles, ascensos y condecoraciones que los centra en adular a sus jefes para lograr ascender y conseguir cargos buenos; los nuevos graduados solo esperan ir a la Casa Militar para ganar viáticos en comisiones al exterior, a la DGCIM para robar las casas y carros en allanamientos o ir a la administración pública, nadie quiere trabajar en su especialidad y esa mayoría de revolucionarios patriotas cuando los regresan al componente luego de estar en Casa Militar, la DGCIM o la administración pública piden la baja. La mayoría de generales están haciendo trabajos de oficiales subalternos porque hay mucho déficit, debido a la gran cantidad de bajas y deserciones por las malas condiciones y por no reconocer a Maduro como presidente; un grupo importante de oficiales de tropa subalternos está sufriendo discriminación de los oficiales de comando y técnico, producto de una medida desesperada de graduar a soldados de forma exprés como oficiales por la escasez de personal.
Aunque el equipamiento militar de Venezuela es obsoleto, es muy superior al de Guyana, pero los aliados militares de esta nación son muy poderosos para que a Maduro y su equipo se les ocurra enfrentarlos y provocarlos directamente. Es el mensaje indirecto que está enviando Padrino López a lo interno de la FANB.
Es muy extraño que Maduro decidiera que el primer gobernador de la Guayana Esequiba fuera un militar y no un político; el militar piensa en conflicto y guerra.