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La nueva gobernanza con la (neo)medicina: mejorar la vida humana

Todo hombre declina su personalidad al convertirse en funcionario: no lleva visible la cadena al pie, como el esclavo, pero la arrastra ocultamente, amarrada en su intestino. Ciudadanos de una patria son los capaces de vivir por esfuerzo, sin la cebada oficial. Cuando todo se sacrifica a ésta, sobreponiendo los apetitos a las aspiraciones, el […]
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Todo hombre declina su personalidad al convertirse en funcionario: no lleva visible la cadena al pie, como el esclavo, pero la arrastra ocultamente, amarrada en su intestino. Ciudadanos de una patria son los capaces de vivir por esfuerzo, sin la cebada oficial. Cuando todo se sacrifica a ésta, sobreponiendo los apetitos a las aspiraciones, el sentido moral se degrada y la decadencia se aproxima. En vano se busca remedios en la glorificación del pasado. De este atafagamiento los pueblos no despiertan loando lo que fue, sino sembrando el porvenir 

José Ingenieros – El hombre mediocre

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I La ciencia, investigación y (neo)medicina: un oxigonio de desarrollo de la nueva gobernanza por la vida humana 

Avanzar con los aspectos de la ciencia, investigación y (neo)medicina es un contexto y oxigonio fundamental de nueva gobernanza como integrante de la reciprocidad y complementariedad entre la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo, lo cual, es sin duda, uno de los objetivos sobre lo que hemos denominado Zonas Económicas de Biotecnología (ZEB), en plenos referentes contemporáneos del cómo deben originarse, desarrollarse y consolidarse los territorios en las geografías seleccionadas para marcar esquemas y arquetipos distintos en todos los continentes, y con mayor énfasis sobre las naciones en vías de desarrollo de Asia, África y especialmente de América Latina.

Así, lo científico se convierte en un espacio que busca atender las necesidades humanas en todos sus componentes, los cuales mezclados con los aspectos geopolíticos, (neo)tecnológicos, financieros, ambientales y sociales, resulta comprobable el cómo la sincronización de tales variables son indispensables para alcanzar los más alto niveles de progreso y bienestar que son y serán necesarios para que cualquier población pueda enfrentar con éxito los espacios del siglo XXI; dentro de las complejidades y adversidades que también son propias de las circunstancias históricas, máxime cuando las sociedades han sido afectadas por equivocadas políticas públicas, mientras el mundo avanza por estadios del pensamiento que se encuentran en procesos de transformación; que a su vez necesitan estar centrados por nomenclaturas entre la virtud y la razón; y cuya esencia ética y moral, debe también irse ajustando con equilibrios psico-sociales que permitan hacer de nuestra contemporaneidad un Himno de la Alegría como si fuese ejecutado por la Novena Sinfonía de Beethoven desde su génesis hasta su acontecer histórico.

Las ZEB fundamentadas en los esquemas de una nueva gobernanza son los principales cauces y deltas de una horizontalidad donde los Estados que van hacia la (auto)transformación del cosmoestadismo, buscan distribuir el poder desde los vértices de sus principales estructuras, los cuales con la aparición de la suprageocomunicacionalidad, y cuyos propósitos asociados o unidos con las políticas positivas de naciones occidentales u orientales, sólo reconocen en el talento de la individualidad la confluencia de los sistemas y estructuras que puedan hacer una revolución biotecnológica al menor costo económico, y sin enfermedades, donde la prolongación de la vida humana, sea el eje del principal objetivo de sustentación de una (neo)medicina en constante evolución de ciencia e investigación; sin que esto implique alteraciones ni experimentaciones fuera de los marcos de la legalidad; y menos de esa ética y moral, que tanto mencionan los políticos e “intelectuales” atrasados de los Estados convalecientes, quienes siguen sin comprender que nuestros niveles actuales del pensar han sobrepasado las viejas estructuras de una revolución industrial que ha cumplido su ciclo en términos históricos; y que no podemos desentrañar el ser humano y su existencialidad de este siglo, cómo si estuviéramos en esquemas de autoritarismos, que solamente reducen el propio avance de su entorno territorial, y por ende, de sus connotaciones del pensamiento; es decir, lo que denominado como texturas del pensamiento.

II      La (neo)medicina: una vía desde la nueva gobernanza para extender la vida humana

Quienes aún no comprendan que los procesos contemporáneos están sujetos con mayores libertades y posibilidades de encontrar en la inteligencia y el conocimiento un binomio de avances desde la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo, menos podrán comprender el significado de la ZEB como generadoras e innovadoras en el desarrollo científico. Verbigracia; no sólo es un proceso de combinación de inversiones y de amplitud de esquemas financieros centrados en cripto-activos; o de modulación en la facilitación de multiplicar los planes de producción de bienes y servicios con la biotecnología como equilibrio de la acción humana; sino que se trata de verificar en el contexto social, la importancia de que el ser humano, también continúe manteniendo su aspecto de preeminencia en tiempos donde la llamada inteligencia artificial, se dice que sustituirá la ejecución de las actividades laborales en la mayoría de sus esquemas y estructuras de acciones humanas.

En tal contexto, la (neo)medicina, no puede ser vista cómo si ésta tuviera que ser restringida por razonamientos abstractos e imprevistos. La realidad contemporánea exige apartar los pensamientos positivistas, entronizados sobre verdades cuya fenomenología sigue sin valorar que la suprageocomunicacionalidad alteró significativamente los niveles de la ciencia y la investigación; y por ello, no podemos continuar sobre una realidad que no distingue del bien y el mal; salvo para sus propios cuestionamientos en tiempos donde se habla de conceptos como la posverdad; y que después del Covid-19, materializaron un conjunto de realidades que aún se debaten, pero que si algo dejaron marcado en el plano histórico, fue la desconcentración del poder de loe Estados.

Desde allí, la hegemonía del poder tanto político como científico, ha tenido que venir sucumbiendo del todo a sus partes; o sea, en el caso de la (neo)medicina ésta fluye sus posibilidades y descubrimientos para deconstruir un alter ego que está muy por encima de las precisiones conocidas; porque al asociarse con la biotecnología es porque se ha alcanzado un éxito que vinculado con la mayoría de las necesidades humanas, entre ellas, la amplitud de vida del ser humano; dejan constancia que la nueva gobernanza no es un simple intersticio creado por grupos determinados; sino que es una amplia cima de oportunidades que están orientando los esquemas de la suprageocomunicacionalidad positiva, y cuyas bases y vértices han encontrado en la ciencia, investigación y (neo)medicina los soportes fundamentales  de lo que serán los procesos del conocimiento durante los próximos años.

III Próspera y la (neo)medicina: inversiones horizontales para la multiplicación del bienestar en tiempos de cosmoestadismo

Así, la (neo)medicina se convierte en parte estratégica del nuevo estadio del cosmoestadismo, en virtud que precisamente, la ciencia y la investigación basan sus arquitecturas epistemológicas en los procesos de existencialismo; es decir, mejorar las condiciones de vida de los seres humanos, y en consecuencia, sus ambientes y periferias. Desde esta perspectiva, las ZEB, teniendo ejemplo de Próspera en Honduras, no sólo están marcando un camino del presente y del futuro; sino que sus distintas políticas hacia los potenciales inversionistas, tienen un impulso adicional en todos sus esquemas de producción, porque al ser la vida el principal activo del conocimiento; los demás factores se constituyen en sus referentes asociados del progreso.

De hecho, para aquellos críticos de la (neo)medicina, alegando supuestos niveles de “ética y moral”, incluyendo absurdas “legalidades” – que no es el caso de ZEB como Próspera -  conviene recordar que Luis Pasteur, quien no era precisamente médico, fue rechazado en su momento por la Academia de Ciencias de Paris; no obstante, sus descubrimientos del área han sido reconocidos desde entonces, o sea, con origen en el siglo XIX; como una de las más innegables transformaciones que ha tenido la medicina a escala universal, y que siguen marcando huellas de profundos cambios y beneficios para la sociedad en general. 

Los condicionamientos no pueden seguir orientando las políticas del siglo XXI en términos de burocracia y leyes arcaicas, que en nada tienen que ver con las políticas de desarrollo que son dinamizadas por la suprageocomunicacionalidad. El cosmoestadismo al ser un nivel superior al capitalismo, revela que la nueva gobernanza, también viene a demostrar que las burocracias medias y bajas, deben estar hacia el funcionamiento y esquema en beneficio de los ciudadanos, facilitando la cohesión y el desarrollo social.

Resumiendo,  Martínez (2014) confirma lo anterior al decir:  El comportamiento humano es algo esencialmente diferente del comportamiento de las máquinas, como también muy diferente del comportamiento de los animales en general . De ahí la atención que hay que poner al usar esa expresión de “inteligencia” artificial (p.53). Verbigracia; la (neo)medicina en un contexto de ciencia e investigación, no sólo valora el conocimiento humano; sino que comprende que ninguna variable de esa misma investigación es determinante, y por lógica, no hay, ni habrá dentro de la ZEB, un factor más preponderante que el ser humano, tanto en la aplicación de sus descubrimientos, como en la divulgación de sus hallazgos.

Las ZEB centradas en la planificación e inversión con fortalezas similares de proyectos como Próspera tienen en la (neo)medicina un tejido de ciencia e investigación que estará soportando y multiplicando el éxito de cualquier inversión cuya producción de bienes y servicios al estar ubicada en la cima de una horizontalidad – tepuyes financieros – no sólo divisan todo un espacio de aspectos políticos, económicos, sociales y ambientales favorables, sino que al estar vinculados con la biotecnología, la suprageocomunicacionalidad positiva se convierte en un motor de alternativas asociadas con el devenir del progreso, desarrollo y (auto)sustentación de territorios que precisan una constante de crecimiento de la vida humana, tanto en los procesos de interacción poblacional, como de longevidad humana.

En síntesis, la (neo)medicina no es un concepto basado en una palabra compuesta, es un signo inequívoco de las ZEB, e iniciativas como Próspera tienen en ella, una vitrina para la ciencia e investigación del siglo XXI; y también para las nuevas ciudades y territorios.

@vivassantanaj_

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Nota: Investigación en desarrollo. Las personas o instituciones mencionadas, no implica que necesariamente se encuentren parcial o totalmente con las opiniones emitidas por el autor

Referencias

Ingenieros, J. (2009). El hombre mediocre. Panamericana.

Martínez, M. (2014). Nuevos fundamentos de investigación científica. Trillas

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