
El británico Jony Ive, reconocido por ser el diseñador de la primera versión del iPhone, anunció recientemente el siguiente paso de su carrera. Ive ha cerrado un acuerdo valorado en 6.400 millones de dólares con OpenAI, que adquirirá su startup de dispositivos de inteligencia artificial, io, e integrará su equipo en la compañía creadora de ChatGPT.
Este movimiento sitúa a Ive en el núcleo de OpenAI, la compañía desarrolladora de IA cuyo software ChatGPT ha sido comparado en impacto disruptivo con el iPhone. La operación refuerza la apuesta del CEO de OpenAI, Sam Altman, por el talento creativo de Ive. Aunque OpenAI ya poseía cerca de 25% de io, ha desembolsado otros 5.000 millones para hacerse con el control total. Los 55 empleados de la startup se unirán a OpenAI, pero Ive no será un empleado convencional.
Ive renunció a Apple en 2019 tras una carrera de décadas en la que dejó su huella en los mayores hitos tecnológicos de la compañía. Desde entonces, ha trabajado discretamente en su siguiente capítulo profesional, enfocándose en fusionar su experiencia en hardware con el mundo del software de IA. Aunque el anuncio de esta semana revela pocos detalles, una fuente cercana a OpenAI sugiere que el proyecto en marcha es "algo completamente distinto a un teléfono inteligente”.
Jony Ive, proecupado
En varias ocasiones, Ive ha expresado su preocupación por las "consecuencias no deseadas" del iPhone. El diseñador hace referencia a los efectos sociales negativos de los smartphones. Esta colaboración podría ponerlo en una posición de competencia con su antiguo empleador, Apple, que ha perdido terreno en la carrera de la IA. Pese a su alianza con OpenAI para integrar ChatGPT en Siri, la compañía de Cupertino aún no ha logrado impulsar funciones de IA tan revolucionarias como las prometidas.
Una imagen difundida por OpenAI muestra a Ive con la mano en el hombro de Altman, evocando la estrecha relación que el diseñador mantuvo con Steve Jobs. Sin embargo, queda por ver si esta nueva alianza alcanzará el éxito de aquella colaboración legendaria.
El impacto de ChatGPT en gigantes como Google demostró cómo una tecnología puede sacudir los cimientos de la industria. Ahora, OpenAI parece apuntar hacia Apple con su incursión en el hardware. Altman ha declarado abiertamente que la era de los smartphones como dispositivos dominantes está llegando a su fin, y que los gadgets actuales no están preparados para un futuro moldeado por la IA.
No obstante, hay razones para cuestionar si esta adquisición marcará un punto de inflexión. En primer lugar, Ive no se unirá formalmente a OpenAI, sino que actuará como consultor a través de su firma LoveFrom. Además, el pequeño equipo de io —compuesto por 55 personas, incluyendo tres exingenieros de Apple— tendrá que enfrentarse al desafío de competir con la infraestructura y la cultura de diseño de una compañía como Apple, cuya innovación se basa en décadas de inversión en manufactura y componentes.
Pero la duda más importante surge de la propia naturaleza de la IA. A diferencia de tecnologías pasadas, la inteligencia artificial no parece depender de un dispositivo revolucionario único, como lo fue el iPhone. En lugar de eso, su valor reside en integrarse de manera invisible en múltiples gadgets, desde gafas inteligentes hasta wearables discretos, mejorando experiencias ya existentes.
Para OpenAI, la verdadera oportunidad no está en crear un hardware icónico, sino en convertir su IA en el alma de todos estos dispositivos. Mientras tanto, la industria observa con atención si la visión de Ive y Altman logra redefinir, una vez más, nuestra relación con la tecnología.
Por Stiven Cartagena, productor multimedia, comunicador social y periodista con énfasis en temas tecnológicos.