Los gobiernos democráticos permiten el libre pensamiento y la libre expresión. Uno de los ideales de la democracia es la transparencia en la gestión pública. El libre pensamiento y expresión están ligados al desarrollo de la personalidad y la formación de opinión. Estas libertades son inherentes a la dignidad humana. La orientación que se imprime a la existencia, a la convivencia social y a la historia, depende, en gran parte, de las respuestas dadas a los interrogantes sobre el lugar del hombre en la naturaleza, en la sociedad, sus relaciones y libertades. El significado profundo de la existencia humana, en efecto, se revela en la libre búsqueda de la verdad, capaz de ofrecer dirección y plenitud a la vida, búsqueda a la que estas interrogantes instan incesantemente la inteligencia y la voluntad del hombre.
El ser humano anhela vivir en la verdad. lo cual tiene un importante significado en las relaciones sociales. Solo es posible la convivencia de los seres humanos en paz y armonía, cuando se funda en la verdad. La búsqueda de la verdad implica al derecho a información veraz, a la libre investigación y a conocer. En este sentido, las Constituciones han reconocido estos derechos del ser humano, pero eso envuelve que para ser efectivos tales derechos los gobernantes tienen que respetarlos. En la Constitución venezolana se reconocen derechos para acceder a la información, específicamente: artículos 26 -49 acceso a la justicia y conocer lo que obra en contra, artículo 28 acceder a la información que se tenga sobre uno y pedir su eliminación, artículo 58 “Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial”. Todos violados por el régimen de Maduro.
Por otra parte, la libertad es signo de reconocimiento de la sublime dignidad de cada persona humana. La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos, en sus relaciones sociales y con el Estado. La libertad de expresión es una de las más cercanas al desarrollo de la personalidad. En la Constitución, en el artículo 57 se reconoce: “Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura”.
La condición para el ejercicio de esas libertades es que haya garantías, que el poder se someta a la Constitución, respete los derechos reconocidos en ella y sea una sociedad libre regida por un Estado de derecho democrático. Esto implica que no haya obstáculos para buscar la verdad y la información y el conocimiento pueda circular libremente.
Es contrario a la dignidad humana el tratar de imponer un pensamiento único porque cercena el libre desarrollo de la personalidad y la libertad de pensamiento. Es contrario a las libertades y a la democracia el impedir que la sociedad esté informada y pueda conocer la verdad, la realidad. Ha sido política permanente y continuada del gobierno de la pandilla cívico-militar chavista imponer el pensamiento único, impedir la libre expresión, ocultar la verdad. Para alcanzar estos objetivos se trazó como meta el control de los medios de comunicación y el acoso a quienes no se sometiesen.
Es entendido que, al igual que las demás profesiones, el periodismo tiene un código de ética que exige ser imparcial y suministra información veraz. Pero el oprobioso régimen chavista, quebrantando la Constitución y disposiciones internacionales, ha perseguido y acosado a la prensa libre, a los periodistas libres y no sumisos los encarcela. Basta que un periodista informe sobre corruptelas del régimen o violación de derechos humanos para que se considere causa de expediente penal por traición a la patria, asociación para delinquir e incitación al odio y a la violencia.
La pandilla cívico-militar gobernante da muestras de fragilidad, ya no solo se trata de su ineficiencia para gobernar y sus descaradas corruptelas, sino de sus descomposición y fracturas, en cuanto a participación en raspar la olla o sus acercamientos con gobiernos extranjeros que les aseguren impunidad. En ellos se da “sálvese quien pueda”. Por supuesto, para tapar su fragilidad y ocultar sus estertores arremeten contra los periodistas y medios libres.
Debemos destacar lo dicho por León XIV en su reunión reciente ante más de 5.000 periodistas. Expresó la importancia del periodismo y la información veraz para la paz, hizo un llamado a desmontar el lenguaje polarizante. Enfatizó que “la comunicación, de hecho, no es solo la transmisión de información, sino la creación de una cultura, de entornos humanos”. Finalmente, abogó por los periodistas presos por decir la verdad. Dijo que en muchas partes del mundo se acosa y persigue a los periodistas, se le exige sumisión al poder y manipular la verdad. Señaló que es lesivo a la dignidad humana y contrario a la Doctrina Social de la Iglesia que pregona la búsqueda de la verdad.
Rodrigo Rivera Morales es doctor en Derecho Procesal y Constitucional. Bloque Constitucional Capitulo España.
