El dólar paralelo abrió la jornada de este viernes 2 de mayo cotizándose en 109,19 bolívares, mientras que la tasa oficial publicada por el Banco Central de Venezuela se ubicó en 87,56 bolívares.
Esta diferencia representa una brecha de 24,6% entre ambos tipos de cambio, lo que refuerza la creciente distorsión en el mercado cambiario venezolano.
La disparidad entre el valor del dólar paralelo y la tasa oficial ha dado paso a una "tasa promedio" no oficial, utilizada por muchos ciudadanos como referencia intermedia para fijar precios y hacer transacciones.
Esta tasa surgió como respuesta a la inestabilidad entre ambas cotizaciones, y este miércoles 30 de abril se ubicó en 98,38 bolívares, un punto medio que intenta reflejar con mayor realismo el valor efectivo de la moneda extranjera en el país.
La realidad tras los números
Para los venezolanos, esta brecha tiene un impacto directo en su día a día. En un país donde la un porcentaje importante de las transacciones se hacen en dólares, la diferencia entre el dólar oficial y el paralelo puede traducirse en un mayor costo de vida. Muchos establecimientos, especialmente los no regulados, fijan sus precios basándose en el tipo de cambio paralelo, lo que encarece productos básicos incluso para quienes reciben ingresos en bolívares.
Con un salario mínimo de 130 bolívares mensuales (poco más de 1 dólar a la tasa paralela), comprar alimentos o cubrir necesidades básicas resulta difícil. Aunque algunos trabajadores del sector público reciben bonificaciones adicionales, estos pagos no se consideran salario y no tienen incidencia en prestaciones ni seguridad social.
¿Por qué existe esta diferencia?
Expertos en economía han explicado que esta disparidad responde a múltiples factores. Por un lado, el control del tipo de cambio oficial por parte del BCV —que interviene constantemente en el mercado con la venta de divisas para frenar la devaluación— mantiene artificialmente bajo el valor del dólar oficial.
Sin embargo, este mecanismo no siempre logra cubrir la demanda real de divisas, lo que lleva a empresas y ciudadanos a buscar alternativas en el mercado paralelo.
Además, la emisión de dinero sin respaldo y la caída en la producción nacional alimentan la inflación, otro factor que presiona el tipo de cambio paralelo al alza. La falta de confianza en la política monetaria también hace que muchos prefieran dolarizar sus ahorros, lo que eleva la demanda de divisas en el mercado negro.
Mientras esta dualidad cambiaria persista, y sin una estrategia clara para estabilizar la economía, economistas advierten que los venezolanos seguirán enfrentando una realidad compleja: su dinero pierde valor.
