La abuela Felicita iba a cumplir 100 años de edad cuando su inesperada y algo violenta muerte despertó el desconcierto de sus familiares y los medios de comunicación. Más que esclarecer los motivos de su fallecimiento, todos están interesados en conocer quién será el heredero de la jugosa y extravagante fortuna que dejó. Al segundo día de su partida, en un salón VIP de la funeraria, su hijo Claudio (interpretado por Javier Vidal) junto con su segunda esposa Cristina (Julie Restifo) conversan con su sobrino Iván (Jan Vidal) sobre los trámites a realizar antes de leer el testamento. Es lo único que les interesa y el verdadero motivo por el cual están fingiendo dolor y luto ante los periodistas.
Entre críticas irónicas e inteligentes que evidencian la influencia de las redes sociales y el manejo de la información en la actualidad, pronto los tres dejan entrever su naturaleza inmoral y cuestionable. Indignos y ruines, Claudio y Cristina discuten sobre qué tanto dinero obtendrán con la herencia de tener que compartirla con su hija Nasha (Josette Vidal). También se cuestionan por qué dejaron que el primo Octavio (Theylor Plaza), un impostor que utiliza la fe para embaucar a la gente, se hiciera cargo de los trámites legales de la abuela y su fortuna, una que nunca explican directamente de dónde salió.
Cinco personajes, millones de dólares de herencia y un testamento. Una familia se reúne en torno a la muerte de la abuela, movidos por la ambición, para conocer su última voluntad en Ciertas condiciones aplican, una obra escrita por Javier Vidal en 2010. Dirigida por José Manuel Suárez, la pieza se estrenó en el Trasnocho Cultural el 16 de mayo y tendrá una temporada corta hasta el 1 de junio.
“Aquí muestran quiénes son la familia nada más empezar la obra cuando dicen: El Universal esos son nuestros aliados, no como El Nacional que son unos desestabilizadores. Este es el retrato de una familia que uno ya sabe quiénes son. Todos son una cuerda de enchufados, unos inmorales y encima unos criminales. Aunque el teatro es el que menos han atacado, puede ser peligroso en estos tiempos con estas nuevas leyes decir ciertas cosas. Uno ya no sabe. Si en el teatro no podemos decir lo que queremos decir, ¿qué le queda al resto? ¿Dónde decirlo si no es en el teatro? Es la única trinchera, huequito que nos dejan, la única fisura en la pared”, reflexiona. Las funciones serán los viernes a las 6:00 pm y sábadosy domingo a las 5:00 pm en la Sala Plural.
Ciertas condiciones aplican, la tetralogía de la familia
Corría el año 2001 cuando el dramaturgo, actor y también director de teatro Javier Vidal escribió la primera obra de su tetralogía sobre la familia, Cinco. En la pieza, enmarcada en un drama al estilo del noruego Henrik Ibsen, contaba la historia de una familia de cinco miembros que perdía a un hijo por causa de la violencia. La obra, cuenta Vidal, no contó con la convocatoria que él esperaba recibir. La experiencia, confiesa, le dejó un mal sabor de boca que lo llevó a cuestionarse si el drama era el mejor género para expresar lo que quería.
Casi una década después, decidió retomar el tema de la familia y utilizar la misma estructura dramática de los cinco personajes que escribió para aquella pieza. Sin embargo, en esta oportunidad intentaría con otro género: la comedia y el humor negro. Se sentó a escribir en 2009 y en 2010 se estrenó Ciertas condiciones aplican, la segunda obra de su tetralogía familiar también en el Trasnocho Cultural. “Hay cambios en la historia porque aquí se sigue a una multimillonaria que muere y todos sus familiares se están peleando la herencia. Se me hizo un poco fácil escribirla porque ya tenía la estructura, quería mantener a los cinco personajes”.
En ese entonces, la pieza estuvo dirigía por Moisés Guevara, Julie Restifo hacía el papel de Nasha e Hilda Abrahamz interpretó a Cristina. Gerardo Soto, Javier Vidal y Antonio Delli completaban el elenco. Era otra Caracas y otra Venezuela. Quince años después, cuando su hija Josette le propuso volver a llevar la historia a las tablas, Vidal entendió que tendría que hacerle algunos ajustes a la obra.
“En el año 2010 uno salía con el diario El Nacional, El Universal, Últimas Noticias impreso. Hoy en día aquí ya no hay papel. Entonces le dije que tendría que cambiar algunas cosas, cambiar lo del papel periódico por los portales de noticias. Pero la estructura sigue igual. Yo diría que todo sigue lamentablemente igual. Es una pieza que tiene una crítica a la codicia, a la avaricia, al impostor, al hipócrita que se esconde detrás de la sotana o de la imagen de Dios para embaucara millonarios o a gente inocente”.
Para una ciudad como Caracas, explica Vidal, 15 años es un tiempo significativo de cambios. Además del contexto sociopolítico de Venezuela, el mundo vivió una pandemia. Desde entonces, a su juicio, cambió mucho la configuración de los espacios y la convocatoria del público. “En especial, esa clase media que por ser tan conservadora no se atreve a vivir la noche todavía, aún tiene miedo a la noche. Creo que nosotros, la gente de la escena y del espectáculo debemos seguir ganando la noche”.
Familia dentro y fuera del teatro
Ciertas condiciones aplican es la primera obra de teatro en la que todos los miembros de la familia Vidal Restifo actúan juntos. Decidieron, por insistencia de Josette, que todos actuarían y se pusieron de acuerdo para buscar un director que llevara a cabo el proyecto y sacarlos un poco de la zona de confort. Así fue como dieron con José Manuel Suárez, quien, por seis semanas, trabajó arduamente con ellos. La experiencia, cuenta Vidal, fue enriquecedora: Suárez tiene una forma diferente de dirigir.
“Eso también fue muy interesante. Él va directamente a la puesta, a una cuestión mucho más externa que para la comedia creo que puede funcionar. Hubo todo un trabajo coreográfico que fue lo que más nos costó coordinar. Una pieza como esta necesita de mucho ensayo. Uno a veces dice que necesita más horas de trabajo, pero también uno siempre está a la disposición de lo que ofrecen los teatros. Trasnocho nos dijo que esta era la fecha que teníamos disponibles”, explica.
Sin saber si Ciertas condiciones aplican es el debut y la despedida de toda la familia en escena, Vidal admite que es inevitable, en el oficio teatral, llevarse el trabajo a casa. También confiesa que trabajar en familia tiene muchas ventajas y desventajas. “A veces estamos en el almuerzo de los domingos y tengo que decir: 15 minutos sin hablar de la obra, por favor. Julie y yo pasábamos nuestra escena en los momentos que podíamos y cuando llegábamos a los ensayos ya veníamos con mucho training, eso es una ventaja”.
Ciertas condiciones aplican se montó muy rápido y también tendrá una corta temporada. La familia quería estrenarla en octubre pero surgió la oportunidad de estrenar en mayo. “Seguro vamos a volver en una segunda temporada. Son un poco epilépticas las temporadas, no como antes. En 2010 esta pieza estuvo seis meses en escena”, recuerda. Ahora, no solo la cartelera cambió sino que también el público muestra otros intereses y espera que, tras el esfuerzo invertido en la producción por J Creativa, la taquilla sea lo suficientemente generosa para cubrir los gastos.
¿Ser artista es rentable en Venezuela?
Como dramaturgo y artista Javier Vidal no pretende rebajarse a lo que el público, uno que suele buscar propuestas de risa fácil, desea ver. Lo que quiere es elevar al espectador al nivel de la oferta que presentan. Tras 30 obras de teatro escritas, reconoce que la comedia no es habitual en su trayectoria porque no es un género que sepa escribir del todo bien. Se maneja mejor con el ciclo de obras históricas y con otras de la tetralogía familiar. Después de Ciertas condiciones aplican, escribió Paradís, la tercera sobre este tema, en 2021, y por último Madres en 2022. Paradís, a pesar de ser un drama, la definió como una obra simpática de ver y con Madres descubrió que el público venezolano sigue siendo muy conservador.
“Me doy cuenta de que cada vez es más conservador frente a las comunicaciones que queremos transmitir. Una obra como Madres molestaba un poco porque estamos hablando de una madre trans que tiene una familia. Estos temas, desde el punto de vista sociopolítico y cultural, aún molestan un poco. Nuestra burguesía se ha aburguesado tanto que se ha convertido en un público muy conservador. Por eso solo quieren ir a piezas de fácil carcajada. Hace cinco años escribí una obra entre Armando Reverón y Margot Benacerraf y la tengo en pausa porque no es una comedia, es un drama histórico”, confiesa.
El culto al dinero no solo está presente en Ciertas condiciones aplican sino que también Vidal reconoce que se está extendiendo al gremio artístico en Venezuela. Asevera que hay artistas que rechazan los proyectos si estos no les generarán ingresos. “El artista que lo primero que se plantea es hacer dinero no es que no sea artista, pero sí se equivocó de carrera. Lo primero que tiene que hacer un artista es expresar lo que él quiere transmitir, en segundo o tercer lugar está que sea rentable. Lo primero es expresarse”.
Para Vidal si el fin justifica los medios y el fin es hacer dinero, para lograrlo se pueden realizar otros oficios que no sea el artístico. “Una cachifa gana más que yo por horas. Pero ese no es mi plan. Llevo 50 y tantos años de carrera profesional y nunca he tenido como fin hacer dinero. Yo no vine a este mundo a hacer dinero, sería traicionar al universo si no ocupara el lugar que se me ha asignado. Yo soy un artista, hacer dinero es cosa de empresarios. Este es el puesto que tengo que ocupar yo”.
Como dramaturgo, actor y director, Vidal matiza que no tiene problema con que el público quiera reírse, entretenerse. Para él, el asunto está en que la comedia no puede ser banal. “La risa es un encuentro de evasión, reflexión y confrontación cuya crítica directa a la sociedad viene desde los tiempos de Aristófanes hasta la actualidad. Es decir, la comedia no puede ser banal y ese es el problema que a veces veo con las comedias. Las hay en extremo banales”.
Se debe, entonces, retomar una tradición teatral a través de las nuevas generaciones para que tengan consciencia de cómo debe ser una comedia sin caer en la risa fácil. Recordar, además, que el teatro no es solo para reír. “El público no va al teatro a trabajar, nosotros somos los que trabajamos, es un encuentro de ocio institucionalizado. En este país es que se toma el teatro solo para reírse. Algo nos pasó. El teatro forma parte de la formación cultural identitaria de un pueblo. Un país sin teatro es un pueblo sin alma y hay muchos desalmados por aquí”.
