
Brasil, el mayor exportador de pollos del mundo, está lidiando con su primer brote confirmado de influenza aviar altamente patógena (H5N1) en una granja avícola comercial. El caso, conocido comúnmente como gripe aviar, fue identificado el viernes pasado en el sureño municipio de Montenegro, cercano a Porto Alegre, informó el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil.
La detección ha sacudido al sector agroindustrial del país y ha desencadenado una rápida respuesta de las autoridades locales y nacionales que buscan contener la propagación.
Aproximadamente 17.000 aves murieron en las instalaciones afectadas, según las autoridades locales. Casi todas las gallinas reproductoras criadas en el lugar —cuya ubicación exacta se desconoce— sucumbieron a la enfermedad o fueron sacrificadas como medida preventiva.
En respuesta, el gobierno federal declaró una emergencia zoosanitaria de 60 días en Montenegro y activó un plan nacional de contingencia. Durante el fin de semana, las autoridades estatales de Rio Grande do Sul establecieron siete puestos de control de bioseguridad en un radio de tres a diez kilómetros de la granja, incluyendo a lo largo de las carreteras principales. Estos puestos funcionan las 24 horas, desinfectando todos los vehículos que pasan e inspeccionando a los animales en tránsito. Además, se están inspeccionando 540 propiedades rurales cercanas para detectar indicios de infección.
¿Cuáles son las consecuencias de la detección de casos de gripe aviar en Brasil?
A pesar de la rápida reacción de Brasil, las consecuencias económicas no se hicieron esperar. Un número creciente de países, entre ellos China, Corea del Sur, Sudáfrica, México, Argentina, Chile, Uruguay y miembros de la Unión Europea, han suspendido las importaciones de aves de corral brasileñas. Se espera que la lista se amplíe en los próximos días. La decisión de China por sí sola podría costarle a Brasil aproximadamente 100 millones de dólares al mes, advierten expertos del sector. En 2024, Brasil obtuvo alrededor de 10.000 millones de dólares por las exportaciones de pollo, lo que representa 35% del comercio avícola mundial.
Brasil ya había detectado el virus en mayo de 2023, pero solo en aves silvestres de la costa del estado de Espírito Santo. En ese momento, su estatus de libre de influenza aviar altamente patógena en aves comerciales se mantuvo intacto. Esto ya no es así.
Brasil debe trabajar para facilitar las exportaciones de aves de corral producidas en otras regiones del país mientras los funcionarios en Rio Grande do Sul trabajan para contener el brote, sugirió Leandro Gilio, profesor de Insper Agro Global , que analiza el papel de Brasil en el agronegocio global.
“Una prohibición nacional es una situación más grave”, dijo Gilio.
“La mayoría de los países que importan pollo terminan comprándolo de lugares con brotes localizados de gripe aviar y suelen restringir regiones o granjas específicas. Brasil ahora necesita demostrar cierto nivel de control y que la enfermedad no se ha propagado a otras regiones del país”, agregó.
El consumo de carne de pollo bien cocida o huevos contaminados no transmite la gripe aviar a los humanos. En general, el virus se transmite a las personas que tienen contacto directo con animales infectados en granjas o aviarios. Sin embargo, según el profesor Gilio, la gripe aviar es devastadora para los animales. Se propaga fácilmente entre aves que conviven y causa la muerte rápidamente, lo que afecta gravemente la producción de carne y huevos de pollo, y alarma a las autoridades sanitarias de todo el mundo. Gilio también explicó que el virus es altamente resistente y se transmite fácilmente por las aves migratorias que lo propagan por todo el mundo.
“Actualmente nos enfrentamos a un problema mundial de gripe aviar. La estamos observando en muchos lugares del mundo: en Asia, Europa, Norteamérica, especialmente en Estados Unidos, donde hay una grave crisis”, afirmó.
A pesar de las precipitadas pérdidas económicas y el shock inicial, Gilio advierte que Brasil tiene protocolos estrictos para enfrentar la gripe aviar y considera que la respuesta del país al brote es contundente.
“Brasil se centra firmemente en la planificación y el control sanitarios. Nuestras regulaciones son sólidas y eficaces”, afirmó, y añadió que Brasil era uno de los pocos países sin informes previos de gripe aviar en la producción comercial.
“La zona quedó aislada, se analizó un radio de 10 kilómetros para detectar nuevos casos o brotes, y las autoridades están siguiendo estrictamente las normas establecidas por la Organización Mundial de Sanidad Animal”, indicó Gilio.
“Por lo tanto, Brasil está respondiendo con rapidez e intentando controlar la situación”, agregó.
Por Thiago Alves en Brazil Reports, versión en castellano para El Nacional.