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Bajo llave

En los próximos días el mundo estará atento a lo que ocurra en Roma desde el próximo miércoles 7 de mayo.  A partir de ese día se reunirá un cónclave de 135 cardenales, menores de 80 años, en la Capilla Sixtina a elegir al próximo Papa. Es bueno destacar que 108 deben sus nombramientos al […]
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En los próximos días el mundo estará atento a lo que ocurra en Roma desde el próximo miércoles 7 de mayo.  A partir de ese día se reunirá un cónclave de 135 cardenales, menores de 80 años, en la Capilla Sixtina a elegir al próximo Papa. Es bueno destacar que 108 deben sus nombramientos al Santo Padre Francisco, cerca de 80% de los electores, mientras que por Benedicto XVI le tocó a 22 y 5 por Juan Pablo II.

Por supuesto que han surgido papólogos, conclavistas, tecnopontífices y cuanto bicho de uña de similar plumaje se pueda cualquier mente enfebrecida imaginar. En una interesante convergencia de apostadores y analistas, a mi parecer ambos militantes del azar. Los primeros apuestan a lo que sus corazonadas o pálpitos les indican, y los segundos se amparan en las “variables” que se pueden modificar por diferentes acontecimientos imprevistos. Repito: ambos terminan dejando todo en manos de la señora Fortuna. Por eso vemos que han surgido tres nombres que concentran casi 60% de las probabilidades para ocupar el cargo dejado vacante por don Pancho.

Punteando está Pietro Parolin, italiano por más señas, quien es secretario de Estado del Vaticano, y al que las casas de apuestas le dan de 25% a 29% de posibilidades de cambiar el capelo cardenalicio por la mitra papal. Luego sigue Luis Antonio Tagle, filipino, con 21%. Y cierra la trifecta el también ítalo Matteo Zuppi, actual arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, con alrededor del 15%. 

Es bueno recordar que cuando Bergoglio llegó al ahora vacante cargo no estaba en ninguna quiniela o cosa alguna por el estilo. Días antes de aquella elección, las casas de apuestas y los analistas vaticanos, daban a Angelo Scola, quien era arzobispo de Milán 23% de posibilidades. El ghanés Peter Turkson iba pisándole los talones con 22%. El otrora poderoso Tarcisio Bertone lograba 8%. El estadounidense Timothy Dolan 7%. De último, con la ambulancia como gustan decir en el argot hípico, con 0,8%, el pibe Jorge Mario Bergoglio, quien echó la gran vaina a todos. 

Aquella asamblea cardenalicia comenzó el 12 de marzo de 2013 y al día siguiente, luego de cinco votaciones, fue electo el pastor argentino. Así que como no hay nada seguro, y todo está sujeto a la “iluminación” que brindará el Espíritu Santo a los príncipes de la Iglesia, no será hasta fines de la próxima semana que conoceremos al venidero obispo de Roma. 

También es bueno recordar que, según el derecho canónico de la Iglesia Católica, los requisitos formales para el cargo son: ser varón, católico y no estar excomulgado. Ha habido casos como el de Teobaldo Visconti, que ni sacerdote era, apenas diácono, y que estaba en Acre, actual Israel, participando en una cruzada, cuando lo elevaron al magno puesto el 1 de septiembre de 1271. Asumió su rol pontifical el 12 de febrero de 1272, y tomó el nombre de Gregorio X. Las correderas fueron épicas ya que primero debieron ordenarlo sacerdote, luego obispo, y finalmente coronado el 27 de marzo de 1272 en la Basílica de San Pedro.

Pero no fue el único, 22 años más tarde, en 1294 Pietro Angeleri di Murrone, un benedictino eremita, asumió el rol pontifical y escogió el nombre de Celestino V.  Así que será el tiempo el que nos dirá en fugaz o prolongado lapso quién ocupará el cargo de primer pastor católico. Por ahora, es bueno saber que no le tocará a Elvis Amoroso ser quien tendrá a cargo los escrutinios de la decisión del cuerpo de cardenales.

© Alfredo Cedeño  

http://textosyfotos.blogspot.com/

alfredorcs@gmail.com

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