
Por equipo editorial
Cuando estamos en Semana Santa, y deberíamos ver algún gesto cristiano por parte de quienes usurpan funciones como el caso de Héctor Rodríguez, en posición como "ministro de educación" o de Tarek William Saab, quien asegura ser el "fiscal general", la realidad es que estos dos individuos se han convertido en verdugos carceleros de niños y adolescentes, cuando en vez de garantizar lo establecido en la I Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989), y las leyes relacionadas con esta población a escala nacional, y no permitir que existan algunos de ellos detenidos en centros de reclusión, incluso en espacios penitenciarios para adultos.
Que Héctor Rodríguez y Tarek William Saab sean los protagonistas de indebidas e ilegales detenciones sobre la población mas vulnerable del país, y que además ni siquiera ninguno de semejantes "funcionarios", levante su voz o genere una acción pidiendo por la libertad de niños, revela que el sentido del régimen madurista se encuentra afectado por una ceguera del conocimiento, y peor, un marcado desprecio hasta por las protestas de la colectividad, pidiendo por la liberación inmediata de adolescentes quienes injustamente han sido señalados de componendas "terroristas", un acto que incluso requiere logísticas muy específicas, más en las dificultades económicas y de control social que se viven en Venezuela.
Ante esta realidad, no solo bochornosa, sino repudiable, y que está siendo ejecutada desde lo más alto del poder contra nuestros niños y adolescentes, resulta evidente que no existe Estado de Derecho, y menos instituciones que puedan garantizar procedimientos jurídicos que se encuentren apegados con la Constitución y las leyes nacionales, y menos internacionales.
Que en una nación se llegue al extremo de detenciones políticas en la población infantil, es porque hemos llegado a la barbarie y el ostracismo jurídico, máxime cuando estas se realizan sin que medie el derecho a la defensa de los imputados, y tampoco se valore la presunción de inocencia, lo cual en cualquier parte del mundo con preeminencia democrática, de llegar a existir alguna acusación seria, todo el proceso de investigación hasta la sentencia de un juez se haría en libertad sobre los señalados.
Lo irónico de una situación como esta, que condena a inocentes, es que el fiscal mencionado, mientras calla ante el encarcelamiento de adolescentes, pide la liberación de los individuos integrantes de la peligrosa banda criminal denominada Tren de Aragua, cuyos miembros detenidos en Estados Unidos fueron enviados a El Salvador, al centro de máxima seguridad de ese país, un hecho que para Tarek William Saab "viola" preceptos internacionales; mientras él, como máxima autoridad garante de los derechos ciudadanos en Venezuela, simplemente ignora nuestra realidad interna, más aún, la relacionada con esos adolescentes que deberían estar en sus casas desde hace un buen tiempo.
Como docentes en ejercicio y jubilados, exigimos a Tarek William Saab y Héctor Rodríguez la libertad inmediata de adolescentes cuyo sumario, además de violar el debido proceso, resulta obvio que ninguno de esos adolescentes detenidos tiene condiciones de preparación armada y menos de logística para realizar actos terroristas, y todo responde con un abuso de poder y otra muestra totalitaria, que muy poco le importa afectar la salud física y cognitiva de quienes deberían estar en las aulas de clase, razón por la cual ha sido el propio madurismo el que encarcela a nuestros hijos y estudiantes en el más completo y absoluto conjunto de violaciones jurídicas.
Por lo pronto, solo tenemos un fiscal y un ministro de "educación" que ejercen como verdugos de niños y adolescentes, y cuyo principal ejercicio está en privar de libertad a inocentes niños. Decir lo contrario sería una burla contra el dolor de sus madres, padres, hermanos, familiares y amigos ¡Libertad para los adolescentes!