Apóyanos

¿El retorno del infierno económico?

Para quienes conocieron los duros años de la hiperinflación, la escasez de alimentos que llevó en muchos casos a una pérdida promedio de una parte sustancial del peso de los ciudadanos estudiados, por universidades y firmas de opinión de la época y cuyos efectos permanentes en la talla y el desarrollo neurológico de infantes y […]
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Para quienes conocieron los duros años de la hiperinflación, la escasez de alimentos que llevó en muchos casos a una pérdida promedio de una parte sustancial del peso de los ciudadanos estudiados, por universidades y firmas de opinión de la época y cuyos efectos permanentes en la talla y el desarrollo neurológico de infantes y adolescentes, nadie se atreve a escribir, para no dar noticias tan nefastas, que causen la ira total del gobierno nacional, es una auténtica pesadilla que la posibilidad del retorno de dichas condiciones y tal vez a un nivel mucho peor esté a la vuelta de la esquina.

Ya el economista José Manuel Puente (IESA) ha planteado que se están dando las condiciones para una "Tormenta Perfecta", lo cual se une a un informe de la Universidad Católica Andrés Bello sobre una contracción económica, que deriva en un aumento notable de la inflación y una caída pronunciada de las exportaciones petroleras.

En este sentido, el decreto de emergencia económica del gobierno de Maduro no es ninguna medida de exageración ante la magnitud de la catástrofe hoy o que puede presentarse en los tiempos por venir.

Es importante que el lector entienda que el país está aún en una grave situación económica y social, producto de la pérdida de 80% del PIB entre los años 2014 y 2021 y tal como los enfermos graves o en cuidados intensivos, que pueden morir por causas muy superficiales, la economía venezolana, no puede permitirse otra caída de su producción económica de tal nivel o la sociedad y sus instituciones quedarán hechas añicos.

Si la situación de alcaldes, gobernadores y ministros en muchos sectores ha estado marcada por la impotencia para realizar cualquier tipo de medidas de alto impacto social y construcción de infraestructuras indispensables para el desarrollo normal de un país, siendo una realidad inocultable que incluso el número de empleados públicos se ha reducido de manera notable, ante la cruda realidad de sueldos y prestaciones sociales, que no cubren las expectativas y que han llevado al funcionariado gubernamental a depender de los bonos del Sistema Patria, para poder subsistir biológicamente y seguir realizando sus labores cotidianas, en la medida que lo permita una normalidad afectada por la crisis eléctrica y financiera.

Este infierno se puede incrementar exponencialmente por las siguientes razones: 

1- La ofensiva sobre Pdvsa

El retiro de las licencias operativas sobre las empresas Chevron, ENI, Repsol, British Petroleum y otras, no es solamente el retiro de las principales empresas petroleras del mercado mundial, en Venezuela, sino que está acompañada de las amenazas abiertas y nada disimuladas de sanciones contundentes contra otras empresas petroleras que intenten tomar su lugar, lo que se entiende como la intervención de sus transacciones financieras, el bloqueo de patentes y tecnología estadounidense y la persecución de sus directivos a nivel global bajo acusaciones de ser integrantes o colaboradores de grupos transnacionales del crimen organizado.

Ejemplo claro de estas presiones se acaban de ver en la República de Panamá, donde la empresa china propiedad de los puertos en la entrada y salida del Canal se ha visto obligada a vender sus activos a un grupo empresarial estadounidense, mientras que la Contraloría de Panamá realizó en tiempo récord una auditoría para sancionar o anular el contrato con la empresa china, por si acaso fuera necesario.

Las mismas palabras amenazantes del presidente Trump acerca de que va a dejar sin dinero (recursos financieros) al gobierno de Venezuela son una confirmación de que vienen en camino medidas más duras contra Pdvsa en los próximos meses.

2- El enfrentamiento abierto con la administración Trump

Hay analistas y políticos que no entienden para nada la agresividad del gobierno de Trump hacia el gobierno de Maduro, o mucho peor, optan por evadir el problema, meter la cabeza en un hueco como el avestruz, esperando que pase el problema, en vez de asumir posiciones realistas como la de la República Islámica de Irán, cuyo gobierno tuvo que encontrar el coraje y firmeza para enfrentarse a la posición de principio de su máximo líder religioso, el ayatolá Alí Jameini, para hacerle entrar en razón, de que las negociaciones políticas con la administración Trump eran la única forma de detener el inminente bombardeo masivo de Estados Unidos e Israel para destruir el programa atómico iraní.

Es un riesgo político y económico enorme para el país pensar que la política de máxima presión estadounidense aplicada en forma intensiva pueda ser soportada durante los 4 años de duración del presente gobierno estadounidense, lo cual puede terminar generando consecuencias irreversibles no solo a nivel personal y colectivo, como ya lo están sufriendo los centenares de miles de emigrantes que llegaron a territorio estadounidense, sino también la clase dirigencial del país, tanto en lo económico, como en lo político, como bien lo saben los centenares de funcionarios y exfuncionarios, algunos de los cuales sin duda, les hubiera encantado estar esta semana en Roma, en representación oficial del país, durante los funerales del papa Francisco, cuyo enfrentamiento abierto con la jerarquía católica estadounidense era casi cismático y con el mismo Trump en particular, era público, notorio y comunicacional.

Yo no deseo entrar en especulaciones, sobre el significado de las palabras de Trump, cuando expresa "que el gobierno de Venezuela sabe lo que tiene que hacer" ya que dicha información de tan alto nivel se mantiene reservada por motivos obvios, pero lo que sí es cierto es que no se puede pretender seguir jugando permanentemente a un enfrentamiento visceral con un gobierno estadounidense, que no es nada tolerante ante sus competidores tecnológicos, sus adversarios económicos y sus enemigos militares y políticos.

Basta con ver cómo la locura militar de Hamás del 7 de octubre, que desencadenó una serie de eventos que ha llevado a la destrucción de Gaza y la desarticulación orgánica de la misma Hamás y el grupo Hezbolá en el Líbano, sumándole la caída de Bashar al Assad en Siria, destruyendo 45 años de política exterior de Irán en Medio Oriente y si no logra negociar con efectividad, corre el riesgo de ver destruida su industria atómica y eléctrica, con lo cual pudiera hasta perder el poder político en el país.

La negociación entre los gobiernos de Maduro y Trump en temas fundamentales de política nacional e internacional, es un asunto muy delicado, a lo cual solo el gobierno de Maduro, que conoce mejor que nadie sus fortalezas y debilidades internas y externas, puede o debe asumir en el momento o las condiciones que ellos consideren más adecuado para sus intereses, pero lo cierto es que si se equivocan de cálculo político y económico van a tener que ceder en la mesa de negociaciones a términos muy radicales por parte de sus adversarios políticos internacionales.

Existen otros problemas derivados de esta situaciones, como una megadevaluación del bolívar o una explosión de emigración hacia Colombia y Brasil de millones de ciudadanos, que en primera instancia serían recibidos por Petro y Lula da Silva, dado su apoyo al gobierno de Maduro y su enfrentamiento al gobierno de Trump, pero que en esta oportunidad llevaría a la disgregación familiar y al colapso institucional de muchísimas organizaciones sociales en Venezuela.

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