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Homilía del primado de Irlanda en la catedral de San Patricio en NYC: Camino hacia la reconciliación (2)

  Primado de Irlanda en Nueva York: San Patricio es un peregrino de esperanza en un mundo turbulento La homilía del Arzobispo Eamon Martin, Primado de toda Irlanda, resonó con un mensaje poderoso de esperanza durante la Misa central del Día de San Patricio, el 17 de marzo de 2025, en la Catedral de San Patricio en […]
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Catedral de Armagh, Irlanda / Foto: Jordi Picazo

 

Primado de Irlanda en Nueva York: San Patricio es un peregrino de esperanza en un mundo turbulento

La homilía del Arzobispo Eamon Martin, Primado de toda Irlanda, resonó con un mensaje poderoso de esperanza durante la Misa central del Día de San Patricio, el 17 de marzo de 2025, en la Catedral de San Patricio en Nueva York en la que predicó la homilía como invitado traído de Armagh, sede de San patricio y San Malaquías en Irlanda. En su discurso, presentó a San Patricio como un "peregrino de esperanza", instando a los fieles a encarnar esa misma esperanza en el desafiante mundo actual. Comenzó reflexionando sobre el Año Jubilar de la Esperanza y el honor de estar en Nueva York como un peregrino de esperanza, trayendo saludos desde Armagh, tierra de San Patricio.

De inmediato, conectó la vida del santo patrón de Irlanda con el poder transformador de la esperanza en la adversidad. Basándose en los propios escritos de San Patricio, destacó cómo fue “traficado como esclavo a Irlanda cuando era un adolescente”, y sin embargo, a pesar de “su aislamiento y el dolor de la soledad, lejos de su hogar y su familia, Patricio se volvió con todo su corazón hacia Dios. Se atrevió a esperar.” Su esperanza no terminó con su fuga; años más tarde, escuchó "la voz de los irlandeses llamándolo de regreso”, y en lugar de huir de su pasado, "Patricio tuvo el valor de regresar a la tierra de su cautiverio, esta vez como misionero para difundir la Buena Nueva.”

El arzobispo vinculó esta valentía con el Evangelio del día, recordando cómo Cristo dijo a sus discípulos: “Remad mar adentro y echad las redes para pescar” y “Sígueme, no tengas miedo.”

Atreverse a esperar

Desde esta introducción, el Arzobispo Martin hizo una transición hacia el presente, reconociendo que en el mundo actual parecen existir muchas razones para perder la esperanza. Enumeró algunos de los mayores desafíos de nuestro tiempo: "Las terribles guerras, la violencia y las injusticias que parecen irresolubles. El impactante desprecio por la dignidad humana y la vida vulnerable. El avance casi imparable del cambio climático."

Admitió que no podía imaginar lo que debe sentirse al perder toda esperanza, pero reconoció que muchas personas hoy en día se sienten abrumadas por las presiones y preocupaciones diarias y están tentadas a la desesperación. Sin embargo, advirtió contra rendirse a esos sentimientos, declarando que “como pueblo de Dios, nunca podemos permitirnos dejar de atrevernos a esperar.”

Citando el Libro de las Lamentaciones, 3, proclamó: “Todavía me atrevo a esperar cuando recuerdo esto: El fiel amor del Señor nunca termina. Sus misericordias nunca cesan. Grande es su fidelidad. Por eso, esperaré en el Señor.”

Martin afirmó con fuerza que esta es la misma esperanza que sostuvo a San Patricio en su cautiverio, que dio fuerza a los antepasados irlandeses "a pesar de la persecución, la hambruna y el desplazamiento forzado”, y que inspiró a los inmigrantes irlandeses que llegaron a América con poco más que la ropa puesta, pero se atrevieron a soñar y construir un futuro mejor.

Su homilía tomó entonces un giro histórico, conectando el tema de la esperanza con las dos grandes catedrales de San Patricio —una en Armagh y otra en Nueva York. Señaló que ambas "fueron construidas en tiempos difíciles, en gran parte con las monedas de los irlandeses tanto en casa como en la diáspora” y que ambas fueron inauguradas en la década de 1870, con solo seis años de diferencia. En sus torres gemelas, que se alzan hacia el cielo, vio un símbolo de la esperanza que desafía toda desesperanza, apuntando a nuestra patria celestial compartida. Esta imagen visual sirvió como un recordatorio de que la fe siempre ha sido una luz guía para el pueblo irlandés, incluso en sus momentos más oscuros.

La tarea inconclusa de la reconciliación en Irlanda del Norte: Llamado a la acción del arzobispo Martin

El arzobispo Martin pasó entonces a un llamado a la acción, instando a su audiencia a abrazar su deber cristiano de ser peregrinos de esperanza. Les recordó que, al igual que San Patricio, ellos también estaban llamados a avanzar con valentía en su tiempo, enfrentando los desafíos de la guerra, la injusticia y la división.

En este punto, abordó la necesidad continua de reconciliación en Irlanda, refiriéndose a su reciente visita a Washington, D.C., donde él y el Arzobispo de la Iglesia de Irlanda, John McDowell, reflexionaron sobre "la tarea inconclusa de la paz y la reconciliación en Irlanda.”

Mientras expresaba su gratitud porque "muchos jóvenes hoy en día apenas recuerdan o tienen conocimiento de la violencia y el conflicto que ocurrieron en la isla de Irlanda”, también relató una conversación significativa con un joven que se le acercó y le dijo: “Arzobispo, hoy más que nunca necesitamos hablar de paz, reconciliación y fraternidad en el mundo, porque nuestro mundo parece más frágil y fragmentado que nunca.”

Este intercambio, señaló, es un recordatorio de que la reconciliación nunca está completamente terminada; debe ser fomentada continuamente.

De Belfast a Gaza: los murales que dividen y los murales que sanan

Como te señalaba en la primera parte de esta serie, el mismo espíritu de esperanza y reconciliación debe extenderse más allá de Irlanda y Nueva York. En Belfast, los muros cuentan historias. Los murales que dividen las comunidades católica y protestante —reflejando los símbolos israelíes y palestinos que llenan las paredes en otros conflictos— son a la vez recordatorios del dolor y posibles caminos hacia la sanación.

Así como los muros de la paz en Belfast continúan separando comunidades mucho después del Acuerdo del sangriento Viernes Santo, los muros físicos y psicológicos en Gaza y Cisjordania reflejan las divisiones que Irlanda del Norte ha intentado superar.

Murales de División en Belfast / Foto: Jordi Picazo

 

Sin embargo, hay otro camino. Irlanda del Norte ha recurrido cada vez más a la justicia restaurativa como un medio para romper los ciclos de resentimiento y venganza. Programas como el WAVE Trauma Centre y Healing Through Remembering han facilitado el diálogo entre excombatientes y víctimas, de manera similar a lo que el Arzobispo Martin propone al hablar de la tarea inconclusa de la reconciliación.

Más allá de los muros, más allá de las banderas: la esperanza como compromiso con la acción

La homilía del Arzobispo Martin fue profundamente pastoral, poderosa y valiente. Ofreció un mensaje histórico, teológico y profético sobre el poder duradero de la esperanza cristiana. El mensaje final es claro: “Como hijos e hijas de San Patricio, en lo más profundo de cada uno de nosotros, la voz de Dios nos desafía a ser peregrinos de esperanza en este mundo atribulado.”

Al impulsar una conversación renovada sobre la reconciliación y al hacer un llamado directo a trabajar por la paz, el Arzobispo Martin asegura que su mensaje no es solo sobre recordar el pasado, sino sobre moldear activamente el futuro.

Los esfuerzos de justicia restaurativa en Irlanda del Norte son prueba de que la paz es posible, y tal vez, al trascender sus propios muros, Belfast también pueda ofrecer esperanza a Gaza y otras tierras divididas.

Puedes visionar (9 min. De duración) el vídeo en YouTube, siguiendo este enlace, aquí, ya seleccionado en el punto de inicio

@JordiPicazo

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