I La suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo: integración de la nueva gobernanza y un estadio superior de la economía. Caso Argentina
Antes, durante y después del Covid-19, las estructuras de la suprageocomunicacionalidad se fortalecieron, y sobre todo aceleradamente cuando la pandemia obligó a la población mundial a sobreprotegerse, pues allí, lo que habría sido ideado para abalanzar el poder político hacia lo que algunos “líderes” neototalitarios calificaban como “nuevo orden mundial”, ha desembocado en un poder donde las neotecnológicas se convirtieron en factores y estructuras indispensables para alcanzar los objetivos y retos que desprenden desde esta segunda década del siglo XXI; las cuales se irán consolidando, máxime con la unión de cogobernanza entre el poder político de Estados Unidos con el presidente Donald Trump, y el asesor principal de esta administración, Elon Musk como representante de quienes ostentan la suprageocomunicacionalidad; y cuya fusión es lo que ha permitido alcanzar el inicio del cosmoestadismo, es decir, un nuevo estadio de superior de la economía, en el cual, aparece una nomenclatura entre aguas abajo y aguas arriba, donde los espacios burocráticos son suprimidos, y además muchas transacciones comerciales y financieras se acercan más al ciudadano, es decir, entre una praxis económica y social que evita sucesivas estructuras, y esto genera no sólo la concreción más eficaz de las negociaciones, sino que resuelve con máxima celeridad tales acciones para la sociedad.
La suprageocomunicacionalidad convertida en el poder real de los ciudadanos para enfocar las múltiples dimensiones políticas, económicas, sociales, culturales y tecnológicas a través de las neotecnológicas y las redes, Microsoft (Windows, Blizzard), Apple (iPhone), Meta (WhatsApp, Instagram, Facebook), SpaceX (X), Amazon, así como TikTok y Telegram; y todas en el espectro de la (de)construcción de la inteligencia artificial, la cual tiene en Nvidia su máxima de consolidación suprageocomunicacional; ha abierto un sinfín de posibilidades ante la recurrencia del poder político; es decir, desde la individualidad de cualquier creador de contenidos multiplicado por la afluencia de ciudadanos en redes (numeroso aumento de mensajes –viralidad-) es posible que cualquier Estado tenga que sucumbir, ante la realidad social que buena o mala para ellos como organización pública de cualquier nación o de sus integrantes; revela que es la autonomía cognitiva la que está creciendo en sus influencias en el contexto de cada sociedad; dependiendo de sus formas de impacto, lo cual revela que existe una nueva etapa del reacomodo de fuerzas productivas, esta vez posicionadas por las neotecnológicas como ejes de horizontalidad en las relaciones geopolíticas y sobre todo económicas.
De esta manera, el cosmoestadismo, aparece como una forma complementaria de la suprageocomunicacionalidad al llegar al poder político; y entendiendo éste las versatilidades económicas y jurídicas que pueden tener en cada hecho o (de)asociación comercial o financiera. Así vemos, una suprageocomunicacionalidad que inicialmente puede ser positiva; caso cripto-moneda “Libra” que habría sido “difundida” por el presidente de Argentina, concluyó en una pérdida para sus inversores; lo cual si bien no impacta su gobierno, es obvio que la suprageocomunicacionalidad negativa, desencadenada sobre él, sobre esta acción; es donde se debe analizar con criterio, hasta qué punto es bueno o malo para un presidente o Jefes de Estados, ignorar la asociaciones políticas con representantes de estructuras neotecnológicas; porque aunque los primeros cuenten con sólida formación económica en determinados temas; ya no estamos en presencia del tradicional capitalismo; y esa razón (des)vincula cualquier situación de orden en las teorías económicas conocidas.
Ante situaciones como estas, posterior a una acción de suprageocomunicacionalidad, puede venir otras rutas, fuera de ese planteamiento, con el propósito de encontrar “fake news”, que pudieran desequilibrar, precisamente los equilibrios económicos alcanzados por Javier Milei con su plan económico para Argentina, en relación con el superávit fiscal, control de la inflación y estabilidad del mercado cambiario; aquí, vemos claramente como no siempre las declaraciones desde lo más alto del poder, pudieran ser de efectos esperados, sino que pueden generar efectos contradictorios; en virtud que lo que determina el cosmoestadismo en términos estrictamente de éxito, son las sociedades autónomas, o ciudades autónomas, porque éstas desde las nomenclaturas aguas abajo son las que sopesan y dan fortaleza a las inversiones, para evitar hechos que puedan desplomar mercados al no estar lo suficientemente validados por una acción de hacer-valer que es una de las amplitudes del cosmoestadismo.
Así, situaciones como el caso Argentina, que están vinculados con acciones financieras de criptoactivos, para que exista una integración exitosa en cada paso, el viejo Estado debe comprender que también debe ajustarse con la nueva gobernanza de ciudades autónomas, y un estadio superior de la economía que solo se mueve con una estrecha relación con las asesorías de expertos en neotecnología, o mejor aún, plenamente identificados con éstas, antes de emprender cualquier declaratoria, no cónsona o que hacia el futuro desencadene resultados no deseados en la esfera de la suprageocomunicacionalidad.
II Próspera: ciudad autónoma de suprageocomunicacionalidad y cosmoestadismo
En el territorio de Latinoamérica, concretamente en Honduras ha surgido una ciudad en el contexto de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), la cual tiene entre sus principales objetivos, potenciar máximas inversiones, garantizando sus capitales iniciales y ganancias posteriores en el más amplio contexto de posibilidades de producción de bienes, servicios y biotecnología.
Y es que cada ciudad al estar aguas abajo conforme las orientaciones de la suprageocomunicacionalidad, garantiza que cualquier Estado que comience a ser parte del cosmoestadismo, tomando en referencia la vinculación Trump-Musk (poder político – poder neotecnológico), no sólo alcanza altos niveles de éxitos; al estar sustentados en los quehaceres y acciones, que precisamente son positivas, porque son las sociedades las creadoras de las nuevas formas de cogobernanza, basadas en los estadios más próximos sobre las cuales giran las neotecnológicas y las acciones biotecnológicas.
Así por ejemplo, Próspera ZEDE, es un ejemplo del cómo una organización que comenzó operativamente en pleno Covid-19; verbigracia, justo en los tiempos en que se fortalecieron las neotecnológicas, para generar desde entonces hasta la contemporaneidad, inversiones que con la más reciente de Coinbase – empresa y plataforma de intercambio de criptomonedas – superan los 300 millones de dólares, siendo entre ellas, la culminación de la Torre Duna –la más alta y moderna de Roatán– es porque estamos en presencia de que la suprageocomunicacionalidad positiva es una herramienta que se posiciona, cuando la credibilidad está soportada por acciones y hechos, que en este caso se refieren a cómo concretar capitales, no sólo ajustados con las normativas jurídicas nacionales e internacionales, sino que precisamente, una de esas decisiones marcada por la selección del bitcoin como moneda de transacciones financieras en enero de 2024; simplemente ésta al aumentar su valor en un año en más del 100%, es la visión estratégica que marca el cosmoestadismo.
Así, un gobierno norteamericano que está marcando de esta nueva etapa, cambios y transformaciones importantes en todas las áreas; entendiendo que para alcanzar los equilibrios geopolíticos; debe establecer una alianza con las neotecnológicas, es porque se ha comprendido que el poder de los gobiernos tradicionales ha quedado anclado en estadios inferiores de la economía, y por ende, del desarrollo social contemporáneo; verbigracia; el mundo actual, hoy depende más del poder tecnológico, si se desea alcanzar altos niveles de producción en cualquier espacio de bienes y servicios; y sobre esa estructura llegar al cosmoestadismo.
En consecuencia, al ser una ciudad autónoma en zona de nueva gobernanza, Próspera se convierte en un territorio de equilibrio entre la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo –ambos complementarios– porque al ser constituidos en un espacio común, toda la información generada –positiva o negativa, esta última en forma de autocrítica– será de previa verificación por sus integrantes, evitando las distorsiones externas y teniendo una amplitud de sindéresis, necesaria en el andamiaje del cosmoestadismo para alcanzar el mayor de los éxitos en las áreas emprendidas y desarrolladas.
Quienes aún piensan que nos movemos entre las aguas del capitalismo tradicional o el ambiguo marxismo en términos teóricos, para intentar mantener una dialéctica desfasada sería como aún pensar en un escenario de origen con el Oeconomicus de Jenofonte. La suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo son unos escenarios que se encuentran en un estadio superior, y ahora a partir del gobierno de Donald Trump en su binomio con Elon Musk, se requieren más ciudades autónomas como zonas estratégicas para el bienestar, crecimiento y desarrollo de las sociedades. Son ellas el punto clave del equilibrio en esta nueva etapa y estadio de la cogobernanza, en donde son las sociedades organizadas, las llamadas para generar millonarias inversiones, miles de empleos, progreso biotecnológico, y sobre todo la consolidación en lo sucesivo de lo que será la suprageocomunicacionalidad positiva y el cosmoestadismo.
@vivassantanaj_
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Nota: investigación en desarrollo. Planteamientos, no necesariamente compartidos por los integrantes de Zona Próspera
