
Este próximo 15 de febrero o sea 24 horas después de publicado este articulo, se procederá en la Asamblea Nacional en Caracas a la presentación del Proyecto de Reforma Constitucional, del cual, al momento de redactar el presente escrito, no se conocen detalles concretos, excepto el objetivo general, que da titulo al articulo de opinión y que fuese anunciado durante el programa # 70 del Poder Ejecutivo, denominado Con Maduro+.
Si bien esta idea no es nada novedosa, puesto que se está anunciando desde la fallida propuesta de reforma constitucional del año 2007, cuando se puso en tendencia la conocida como " geometría del poder", lo cierto es que el planteamiento de reforma total del estado, no fue ni siquiera intentado por la ultima Asamblea Nacional Constituyente de 2017, que se enfocó en asumir las tareas de la Asamblea Nacional de 2015.
La magnitud de tal ambición solo puede ser comparada con el intento de Elon Musk y Donald Trump de cambiar el gobierno federal estadounidense, que tiene más de 200 años de construido, con instituciones como la Milicia, que se remontan al año 1636, por lo cual se trata de desmantelar en ambos casos, enormes catedrales institucionales, sin que se desmorone la sociedad o se desordene de manera estructural.
En el caso estadounidense, existe un plan (Proyecto 2025), donde está detallado cuáles son la secretarías, comisiones, oficinas y agencias que deben desaparecer, transferidas a los Estados, privatizadas o desmanteladas parcialmente, estableciendo adónde deben ir dirigidos los recursos humanos y financieros de los programas permanentes asignados por Ley del Congreso estadounidense.
El trabajo de Elon Musk en su Secretaría de Eficiencia Gubernamental, es auditar y demostrar de manera fehaciente e incontestable la necesidad de dichos cambios, a través de la publicación de todos los hechos ocurridos de despilfarro o corrupción en el manejo de los dineros públicos, lo que además de reducir la administración a niveles muy reducidos de personal necesario, acorde con el desarrollo tecnológico, haciendo sustentable, desde el punto de vista financiero, enormes sectores de la vida pública de dicho país, que a su vez, como señalan muchos empresarios, sufren las consecuencias de las regulaciones gubernamentales, que hacen imposible la creación de cualquier tipo de mega proyectos por la cantidad de dificultades legales, para concretar cualquier iniciativa.
En el caso de Venezuela, desde la creación de la Capitanía General de Venezuela, con el objeto de crear una administración colonial mucho más eficiente, siguiendo la influencia francesa de la época, se puede afirmar que la construcción del Estado, no ha sido objeto de un proyecto sosegado y calculado, sino el fruto de la dinámica coyuntural que caracteriza a la urgencia, la necesidad y las improvisaciones.
Desde la creación de los Estados Unidos de Venezuela, bajo Páez hasta la República de Venezuela bajo Pérez Jiménez, a la República Bolivariana de Venezuela bajo Cháves, hasta llegar a lo que sea que propongan mañana bajo Nicolás Maduro, lo cierto es que dicha construcción no ha sido producto de estudios técnicos que permitan crear conceptos estandarizados para la administración publica nacional.
Así vemos que inclusive en los mismos ministerios tienen organizaciones territoriales muy diferentes entre si, como se puede ver, desde las 99 áreas de defensa integral del Ministerio de la Defensa, los 2.675 cuadrantes de Paz del Ministerio de Interior y Justicia, los 5.334 circuitos comunales del Ministerio de las Comunas, que se unen a la estructura tradicional de los Estados y Municipios, que tienen su propio desarrollo institucional, muy deteriorado por la crisis fiscal, que hace inoperante a gran cantidad de sus institutos autónomos y fundaciones, lo cual es otra historia igualmente tenebrosa de despilfarro e ineficiencia.
Hasta donde tiene conocimiento el autor del presente escrito, no existe ningún proyecto de transformación detallado, que permita una transición rápida y sin traumas políticos, de el modelo que denominan desde el Gobierno Nacional de Estado Burgués, colonial y oligarquico, que elimine estados, municipios y parroquias, en forma ordenada para crear regiones, distritos motores de desarrollo, ciudades comunales y otros entes politicos, que den luz en forma definitiva al proyecto conocido como Estado Comunal.
La misma idea de convocar a elecciones de gobernadores, mientras se anuncia un cambio total de las relaciones política entre el ciudadano y el Estado a todos los niveles, puede parecer absurda, si los candidatos no tienen idea de las funciones que van a cumplir en el Nuevo Estado.
Para darle un mínimo de seriedad a esta propuesta, es imperativo resucitar una COPRE o comisión para la reforma del Estado, como pasó hace 40 años y que lamentablemente, no se tomaron en serio sus importantes recomendaciones.
El problema no es tener 35 ministerios, 359 entes descentralizados, centenares de empresas públicas, sino que cada una de ellas, garantice plenamente su existencia a través de un aporte social significativo que justifique la inversión continua de recursos financieros del Estado.
Una de las ideas más importantes de Elon Musk en la actualidad, es que todas las agencias estadounidenses deben tener fecha de caducidad, que no pueden ser permanentes en el tiempo, lo cual obliga a las mismas a ser innovadoras, eficientes y necesarias, para poder lograr la renovación de su existencia gubernamental, de hecho su comisión, el Departamento de Eficiencia Gubernamental, esta programado para desaparecer el 4 de Julio de 2026, cuando se cumplan el 250° aniversario de la independencia estadounidense, por lo cual tiene un tiempo muy determinado para cumplir sus objetivos.
Puede acaso el lector de estas lineas imaginar, que pasaría en Venezuela, si se decidiera eliminar a las gobernaciones, alcaldías, ministerios, comunas, institutos autónomos y consejos comunales, que no cumplieran con sus objetivos programados en sus POA ( Plan Operativo Anual), lo que derivaría en una hecatombe institucional inimaginable, que llevaría sin duda a que las instituciones del futuro, en Venezuela, sean muy diferentes en cuanto a transparencia y eficacia, creando con ello, un Nuevo Estado con el cual se ha soñado en multiplicidad de ocasiones en los últimos 200 años, desde el Plan de Barranquillas, el Nuevo Ideal Nacional o el proyecto de la Nueva República, proyectos detallados en sumo grado, que ciertamente no parecen ser conocidos por los planificadores que están obligados a construir los planes de desarrollo, desde el nivel comunitario, hasta los niveles comunales, municipales, estadales, regionales y nacional, tal como establece la Ley de Planificación Pública en Venezuela.
Habrá que esperar hasta mañana en la tarde, para conocer el proyecto de nuevo estado y ver los propósitos o despropósitos del mismo en cuestión.