Esa declaración está acompañada de esta frase y cito: “…Tengo los hospitales full de motorizados … las camas están llenas de puros motorizados esperando que el gobernador les regale 4.000 dólares por persona, para que puedan comprar el kit de tornillos y ser operados, sin incluir los demás gastos de los insumos utilizados en cirugía”, José Alejandro Terán. Gobernador de La Guaira.
La preocupación del ciudadano gobernador es tanta que reconoce públicamente que el costo de la atención médica de estos infractores, que también son responsables de los miles de accidentes viales, supera en 5 o 6 veces el precio de compra-venta de las motos, por lo que como medida mitigadora para reducir los lesionados por colisiones de motorizados ha decidido firmar (cita textual) la publicación de la Ley a la Reforma de Convivencia Ciudadana en La Guaira, donde se incrementan las sanciones pecuniarias a todos los que incumplan y violen las leyes y reglamentos en materia de tránsito.
“Quienes nos gobiernan fuesen risibles si no fuesen tan perversos”, Teodoro Petkoff .
Me viene a la memoria esa frase al escuchar el video donde el gobernador según su apariencia y percepción les entrega a los habitantes de su estado el fuego de Prometeo como solución a todos sus males, pero en realidad solo se comporta como el marido celoso que vende el sofá por ser víctima de una infidelidad conyugal.
Gobernador, los motorizados solo son uno de los graves problemas de salud pública con los que lidiamos los venezolanos. La escasez de insumos en hospitales, seguros y demás centros de atención ambulatoria y rural, la inexistencia de ingresos acordes para una mediana seguridad y estabilidad social de los miles de trabajadores y empleados que contribuyeron al desarrollo económico del país, la falta de médicos capacitados para atender la verdadera crisis asistencial que vivimos, la fuga de nuestros mejores profesionales en medicina, la falta de recursos y la inexistencia de oportunidades de los venezolanos también lo son.
Todas y cada una de las anteriores son la consecuencia de la destrucción del país por las continuas y erradas políticas económicas implementadas en el país desde la llegada de Hugo Rafael.
La disminución de empleos en fábricas y comercios, la banalización del verdadero valor de la educación e instrucción, la humillación consuetudinaria a los maestros y profesores, la destrucción de la familia como pieza fundamental del tejido social y el desplazamiento migratorio son las causales de su ineptitud. En otras palabras, todo es una consecuencia de los gobiernos revolucionarios.
Gobernador, estoy de acuerdo usted en su propuesta: “Tenemos que hacer algo como sociedad”. Pero una Ley de Convivencia Ciudadana y sus sanciones no resuelven el problema, quizás le resolverá el problema económico a los cientos de funcionarios que presuntamente por cada accidente expresan ¡Comandos, sumen 2.000 más! -ni sé qué diantres significa eso- pero el problema en sí no lo resolverá.
El punto gobernador, es que quiero proponerle soluciones de fondo y no de forma. Estoy de acuerdo con usted en que las motos son muy económicas, por lo que le hago estas propuestas.
Primero: Que el gobierno exija a todos quienes comercializan motos un seguro obligatorio que cubra los gastos médicos por accidentes conjuntamente con la venta de cada unidad motorizada, de no hacerlo que paguen ellos las consecuencias. Quizás muchas empresas de Seguros estarán de acuerdo.
Segundo: Que los funcionarios encargados de realizar el examen previo al otorgamiento de la licencia de conducir hagan bien su trabajo y no solo entreguen una licencia a cuanto loco la paga. Eso es responsabilidad del Estado, gobernador.
Tercero: Que a quienes se les otorgue la licencia de conducir, al menos conozcan las leyes y aprueben un examen sobre su contenido. ¡Eso sería genial, gobernador! Y sabe algo, eso también es responsabilidad del Estado.
Y por último, ciudadano gobernador, quiero solicitar que sea el principal defensor de que todas las leyes y reglamentos se cumplan en el país, comenzando por la Constitución. Sumamente agradecido en caso de que lo haga.
De nada vale legislar sobre leyes para que las cumpla todo un pueblo por su bien, si muchos de sus ciudadanos con privilegios están exentos de cumplirlas.