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La Eva del futuro que nos alcanzó

Alerta de spoilers.  Un narciso desatado y desalmado compra una replicante en una empresa como de Silicon Valley, para darse amor y dar un golpe. Pero nada sale como lo planeó, porque su Anora se le convierte en una Megan de andar por casa. La hija de Blade Runner se rebela contra sus creadores, como […]
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Alerta de spoilers. 

Un narciso desatado y desalmado compra una replicante en una empresa como de Silicon Valley, para darse amor y dar un golpe. Pero nada sale como lo planeó, porque su Anora se le convierte en una Megan de andar por casa. La hija de Blade Runner se rebela contra sus creadores, como en la novela de Mary Shelley, en una película de los mismos autores de Barbarian, los nuevos chicos malos del pánico en la meca. Ellos lo volvieron a hacer y su nueva joyita de colección, se encuentra en salas de cine, causando sensación entre los críticos y fanáticos del horror más iconoclasta y desenfadado. 

Compañera perfecta bebe de la ansiedad del milenio ante el poderoso influjo de las inteligencias artificiales y el llamado “big tech”, ahora convertido en un brazo armado de la política doméstica de innumerables países, como Estados Unidos, China y Rusia. 

La película canaliza el miedo de una generación, a través de una efectiva trama de género, cuyos argumentos combinan las esencias de La Novia de Frankenstein y Terminator, según la perspectiva del nuevo feminismo, surgido a raíz de los escándalos del Me Too. 

Pero la cinta dista de ser un típico vehículo de las narrativas de víctimas y corrección política, explotadas por la maquinaria de Hollywood, para vender humo entre los jóvenes, al brindarles una proyección cómoda de sus fantasías de despertar activista. 

El filme no deja títere con cabeza en el diseño de una comedia oscurísima, sobre unos centenialls de diversos orígenes y sexos, vinculados por su relación problemática con unos robots de compañía, mitad parejas o novios, mitad androides con sentimientos controlados por un algoritmo. 

En tal sentido, el largometraje se inspira en los  clásicos dilemas de la ciencia ficción, plasmados por la pluma de Phillip K. Dick, al exponer los sueños y pesadillas de la creación cibernética, sus deseos de rebaño de ovejas electrónicas, sus errores en la Matrix. 

La protagonista asiste con su príncipe azul a una cabaña en el bosque, para compartir un aparente fin de semana de vacaciones y hedonismo controlado, cual obediente chica diez de la puerta de al lado. 

En ella se perfila el horizonte de una Eva del futuro, la consumación del eros electrónico analizado por Román Gubern en su libro de anticipación, acerca de los efectos emocionales y psicológicos que tendrán las nuevas tecnologías de comunicación, sobre nosotros. 

Ya vemos que, como diría McLuhan, los medios como Meta y X nos gobiernan de facto, dosificando una dieta diaria de posverdades sensacionalistas y amarillistas, a la carta, sin oposición a la vista. 

La gente cree en las imágenes y los bulos, las teorías de conspiración, porque ofrecen explicaciones sencillas, a cuestiones irresolubles de harta complejidad, como el cambio climático y la precarización, echándole la culpa de ello a chivos expiatorios, como los inmigrantes. Típico de una manipulación, como de lavado cerebral de Goebbels con una batería de servidores y Bots, a su disposición, para destruir las democracias y conquistarlas a golpe de bombazos informativos, de escándalos, de shocks que impidan procesar y que sumen a la población en un estado perenne de infantilización, de crispación, de nerviosismo que paraliza, tipo ansiedad en Intensamente 2.  

Caldo de cultivo para la entronización de una tiranía 2.0.   

Así que cada quien se ha armado con su arsenal de compañera perfectas y selectas por Instagram y TikTok. 

De cualquier modo, la cinta logra satirizar un mundo que ve el desplome de sus antiguos valores, mientras se instala la promesa de un placer absoluto y riqueza, que garantizan las plataformas digitales. 

Compañera perfecta materializa un ambiente, como de influencers y usuarios, donde no hay límites para conseguir la plena satisfacción material y corporal, a cualquier precio. 

El chico utiliza a la chica como esclava sexual, sometiéndola a sus designios, bajo un programa de inteligencia artificial. 

Alegoría de la deshumanización que causa el mercado de Only Fans.   

La película, desde allí, le hace un guiño al filme español Tamaño natural, en la que un hombre solitario busca consuelo en una muñeca erótica. 

La película plantea una vuelta de tuerca al formato de aquellos ejercicios de autor, provocándonos la risa y el terror de ver cómo el proyecto del hombre vuela por los aires, producto de sus maquinaciones absurdas. 

Él es un arquetipo del misógino que ve a las mujeres como un instrumento de sus apetitos y sus complejos. 

Ella cobra conciencia de su estado, paradójicamente liberándose como una Furiosa que evoluciona, para dejar atrás su estuche de novia trofeo, a la que moldear y someter. 

Por eso, Compañera perfecta es el primer diez de la temporada comercial, una película de capas y acciones que te hacen pensar, y que sobre todo cristalizan los anhelos de independencia de las mujeres en el siglo.  

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