“La economía mundial marcha aceleradamente hacia una interrelacionalidad planetaria global ecuménica terráquea universal –urbi et orbi–, una suerte de manta entretejida que se sobrepone a los derruidos límites de los Estados Nacionales. Esa interrelacionalidad está constituida por un nuevo subsector económico productivo, inmaterial virtual digital que produce bienes digitales virtuales, inmateriales transables superabundantes, siendo los bienes cognitivos y los bienes digitales los dos soportes productores de valor económico que conjuntamente constituirán más del 50% de la estructura del futuro PIB mundial concentrados de manera casi unilateral en Estados Unidos, esa interrelacionalidad planetaria y global escapa a las normas regulatorias, acuerdos, imposiciones acordadas por la OMC; ahí no hay ninguna posibilidad de imponer, Estados Unidos lo sabe y Elon Musk también, en el futuro veremos…por una parte la utilización de instrumentos de política comercial quirúrgicos unidireccionales en las relaciones internacionales de Estados Unidos y por la otra, un control de la cadena de montaje virtual digital por donde transitan los bienes cognitivos y digitales virtuales, inmateriales transables superabundantes, por ser el epicentro de esta gigantesca revolución cultural; eso nada tiene que ver con ‘Teorías desaliñadas y pensadores de una Ciencia Económica en camino de desaparecer”.
Polo Casanova – La política arancelaria de la nueva administración de EE UU
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I La influencia neotecnológica en la praxis ciudadana y social: nuevo estadio para la ciencias económicas y sociales. La aparición de la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo
Seguir hablando de las teorías de Adam Smith y Karl Marx, ambas propuestas en los siglos XVIII y XIX; como si éstas fueran perpetuas en el plano de las (des)asociaciones de las ciencias económicas y sociales, y ahora cuando en este siglo XXI; deberíamos hablar de las ciencias digitales o virtuales, máxime con la aparición de la autodenominada Inteligencia Artificial por parte de las grandes empresas neotecnológicas; no sólo sería un contrasentido, sino una negación de la realidad que se ha expandido con efectos inmediatos sobre la vida de los ciudadanos y la sociedad. De hecho, pretender seguir ensimismado con la ideas que los trabajadores del presente y del futuro deben asistir a una fábrica o empresa para cumplir con sus obligaciones laborales; es una coyuntura que se rompió por completo durante y después de la pandemia del Covid-19; y que ya venía siendo objeto de amplias confluencias de la posmodernidad, cuando surgieron los estudios a distancia desde finales del siglo XX, sobre los principios de autonomía para el aprendizaje y que se han consolidado con la aparición de la biotecnología como escenario que nos conduce hacia nuevas y distintas orientaciones políticas, económicas y sociales; que a su vez, han irrumpido en otros preceptos y connotaciones culturales.
En efecto, la aparición de las empresas neotecnológicas, han originado unas formas de vida muy distintas a las que teníamos entre los tiempos donde la dicotomía entre capitalismo y marxismo eran de consecuente debate, al punto que la aparición de la internet, ha alcanzado en tres décadas un epicentro que ha evolucionado absolutamente, en términos digitales y cognitivos; y por ende, la democratización de la ciudadanía con la aparición de las redes; demuestra que se rompieron los monopolios de los medios en términos de las antiguas formas de radio, televisión y prensa; y lógicamente de las fuentes de información, las cuales también han permitido la aparición de la suprageocomunicacionalidad como principal nivel de interrelaciones sociales; y en donde, la ruptura de los esquemas y estructuras antiguas; también atadas con antiguos planteamientos teóricos entre un tradicional capitalismo y un anárquico marxismo; demuestran que avanzamos hacia un estadio superior de relaciones económicas y sociales, basados en un superior espacio de cogobernanza política: el cosmoestadismo.
Por ello, el cosmoestadismo, cuyo centro de autonomía y vinculaciones en la toma y ejecución de decisiones políticas, también fomentan la creación de ciudades centradas en los nuevos territorios cognitivos de acciones intra y extra digitales; y que a su vez, tienen en sus iniciativas de inversión y desarrollo, auténticos escenarios para destrabar las multiplicidades burocráticas de los antiguos Estados, y en esa dirección contribuir hacia la construcción de modernas sociedades que tengan flujos de beneficios comunes en el nuevo oxigonio de las ciencias sociales, económicas y digitales.
No es posible continuar con una narrativa entre la disyuntiva política-ideológica que han configurado las llamadas “derechas e izquierdas”, intentando hacer ver los males de cada sociedad como culpa del adversario del pensamiento; cuando han sido las burocracias, excesivos controles sobre las libertades, y los (neo)totalitarismos los que han impuesto las reglas de pobreza, miseria y emigración en distintas naciones. Así que intentar querer desviar la visión del nuevo gobierno de Donald Trump como si fuera de una conocida o repetida “derecha” es parte de la continuación de absurdas tesis históricas-ideológicas de mal llamados grupos “progresistas” que han quedado en el pasado. El cosmoestadismo ha venido para generar un nuevo ciclo histórico-político-económico sobre la base de la neotecnología; y desde el poder de la sociedad y las libertades individuales agrupadas como sociedad.
II El inicio y desarrollo del cosmoestadismo (Trump-Musk) ¿Qué es el cosmoestadismo?
Sin duda, que la principal diferencia de este nuevo período de Donald Trump en relación con su anterior gobierno (2017-2021); está claramente vinculada entre la política y la neotecnología entre el presidente de Estados Unidos y Elon Musk, lo que revela, una forma totalmente diferente dentro de los esquemas contemporáneos de los viejos Estados, que son los primeros en protestar o salir al paso, sobre lo que aún no se ha comprendido es el nuevo estadio de la gobernanza de este siglo XXI, que hemos denominado cosmoestadismo.
¿Y qué es el cosmoestadismo? El mundo global no es algo que solamente esté articulado por las telecomunicaciones y la propensión de las neotecnológicas en el dominio de los mercados virtuales y cognitivos. Es una asociación de la suprageocomunicacionalidad desde las redes generadas por las principales neotecnológicas norteamericanas: Alphabet (Google), Microsoft (Windows - Blizzard), Apple (iPhone), Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp), SpaceX (X – antes Twitter - y Starlink), Amazon (comercio mundial virtual), y también otras, como TikTok con un amplio dominio occidental, y Telegram con mayor presencia europea, y ambas de origen chino y ruso, respectivamente.
Del mismo modo, todas estas neotecnológicas están vinculadas con el mercado de cripto-activos, donde el Bitcoin como principal moneda virtual ha liberado las transacciones financieras y comerciales, sin intermediarios, y siendo una figura descentralizada, y sin la intervención de ningún banco o gobierno; es decir, hay plena autonomía procesual entre el emisor y receptor, hacia cualquier parte del mundo; razón por la cual, al ser un mercado emergente e innovador, el intercambio financiero virtual, se convierte junto con las neotecnológicas en una simbiosis que origina la suprageocomunicacionalidad, y ésta a su vez en el factor clave para que exista el cosmoestadismo; es decir, para que haya cosmoestadismo se necesita de la suprageocomunicacionalidad, sin que esto implique que una dependa de la otra; pero ambas son complementarias para alcanzar su consolidación y la integración tanto de la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo, ha originado lo que pudiéramos definir como un Estado que centra sus acciones en la biotecnología; y de allí que el propio presidente Donald Trump haya referido la necesidad de potenciar y desarrollar semejante intercambio financiero; todo en un plano donde Elon Musk busca descentralizar aún más la gobernabilidad, apartando la burocracia como uno de los factores que obstaculizan la gobernabilidad; entendiendo que ésta debe estar asociada con un poder político que atienda y genere reales beneficios a la sociedad; verbigracia; en donde los impuestos y la praxis de esa gobernabilidad sean recíprocos en un contexto que permita el bienestar, crecimiento y desarrollo (BCD).
El cosmoestadismo es una gobernanza donde lo político y lo neotecnológico también se complementan y no pueden suprimirse porque las decisiones, aunque sean autonomía del primer poder, es la segunda quien tiene los espacios de la suprageocomunicacionalidad positiva, hacia un contexto biotecnológico que amplíe las relaciones geopolíticas en un escenario que revierta precisamente las posiciones neototalitarias que se han venido dando en algunas naciones, y que algunas, incluso democráticas, acusan con una falsa “ultraderecha”, porque el cosmoestadismo, si algo también viene a poner fin, son las falsas dialécticas entre “derechas e izquierdas”, que son precisamente los esquemas de dominación pensativa, sobre los espacios de libertades cognitivas, en donde el ser humano sea el centro para la ejecución de sus actividades ciudadanas y productivas, y donde las asociaciones tecnológicas y de inteligencia artificial, sean precisamente las que orienten, construyan y ejecuten la nueva cogobernanza humana: Estado, empresas neotecnológicas y sociedad.
En tal contexto, una nueva teoría económica, ante el capitalismo tradicionalmente conocido, y aún más, el ambiguo marxismo; el primero en una liberalidad bajo control de los Estados – jamás ha sido completamente autónomo -, y el segundo anclado en una lucha de clases por el “equilibrio” y dominio de unos sistemas de producción; ambas teorías, incluso desde un debate que centra las luchas entre capitalistas y trabajadores en un mismo centro de producción como lugar de trabajo; cuando la praxis de las neotecnológicas ha creado las posibilidades del teletrabajo, o la innovación de autoempleos desde la suprageocomunicacionalidad, como los denominados generadores de contenidos, y otros con el anglicismo “influencers”, sólo son una muestra que nos permiten ir hacia la deconstrucción de una teoría económica, que además precise las desviaciones éticas y morales en la formación humana sobre las naturales clasificaciones sexuales, y materializando el mundo surgido posterior al covid-19.
Desde esa perspectiva, resulta evidente que el cosmoestadismo ha nacido con la vinculación Trump-Musk; entendiendo que el segundo queda vinculado con todas las empresas neotecnológicas que tienen su centro y máximo dominio mundial en Estados Unidos, donde el origen de tales organizaciones resultan un factor primordial contra el cual no pueden competir China ni la Unión Europea; dejando en evidencia, que el gigante asiático, y las naciones de viejo continente, al no tener a su disposición, la mayoría de los mercados de compra de chips de inteligencia artificial y de creaciones tecnológicas para los cuales Nvidia distribuye sus crecientes producciones; pues, el cosmoestadismo, envía a sus amigos -¿o desean ser adversarios? – comerciales, nuevos mensajes de asociación, conforme con distintas reglas en las formas de gobernabilidad; y cuya suprageocomunicacionalidad, base fundamental del cosmoestadismo, es un dominio absoluto norteamericano; y por ende, debe haber nuevos Estados – transformación política y neotecnológica - y reglas jurídicas que fortalezcan la ciudadanía y la sociedad dentro de estructuras completamente autónomas; como la creación de ciudades bajo tales esquemas de gobernanza. En la misma medida, el componente educativo de las instituciones técnicas y universitarias de Estados Unidos en el ámbito neotecnológico siguen manteniendo la vanguardia del conocimiento, lo cual, potenciado con una planificación en el corto, mediano y largo plazo sobre las orientaciones de estos aprendizajes, pues, salvo haya una hecatombe política y social; no se vislumbra para las próximas décadas que haya un cambio en el dominio del cosmoestadismo que se está originando con la dupla Trump-Musk.
El cosmoestadismo ha superado el capitalismo en sus tradicionales doctrinas teóricas y prácticas; y asume un esquema de epistemología en la cual, la suprageocomunicacionalidad y la neotecnología son las nuevas herramientas de cogobernanza política; porque en ellas se encuentran sujeciones indisolubles originadas por una internet contemporánea hacia los campos políticos y sociales. Es la construcción de una teoría económica que disgrega ideologías, y se desarrolla en la libertad de pensamiento democratizada. Ya no son los gobiernos los dueños de la verdad y menos de generar progreso por si mismos. Es la sociedad con la unión de las individualidades en función de cada potencialidad y esa libertad cognitiva la que permitirá el bienestar, crecimiento y desarrollo de las naciones; y las ciudades autónomas apuntan hacia el fortalecimiento de esa premisa.
La llegada del cosmoestadismo con la unión presidencial y neotecnológica Trump-Musk es el ejercicio de un nuevo estadio de gobernanza y un avance importante hacia la búsqueda de un sistema integral político, económico y social que supere las variables y antípodas que han venido menoscabando las libertades, la democracia y los derechos humanos. Es el fin de fracasadas ideologías, y en contrario, la integración multicultural. El cosmoestadismo es la orientación entre éxito y fracaso. Estados que no comprendan la realidad contemporánea y del poder de las empresas neotecnológicas, y que las sociedades con la aparición de la suprageocomunicacionalidad superaron con cualquier persona, las potencialidades cognitivas o ideológicas de cualquier gobierno, o incluso de sus “líderes” ´políticos, parte de ellos en un neoanalfabetismo tecnológico; también serán allanados por la historia del retroceso social. El cosmoestadismo es una nueva tesis en el desarrollo geoeconómico y geopolítico que rompe barreras y fronteras virtuales, acercando la biotecnología al ciudadano; y por ende, con sociedades que sean más responsables de su propia existencia y devenir, a partir de la libertad cognitiva y la autonomía de la cogobernanza entre Estados y ciudades libres.
III Próspera: primera ciudad global de Latinoamérica
Partiendo de la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo; hay una ciudad de nueva gobernanza en Latinoamérica, Próspera, ubicada en Roatán, Honduras, la cual en alianza con otra organización de ideas de libertad y derechos humanos como Infinita City, donde existe un cuadrante integrado por conocimiento, educación, ciencia e investigación (CECI), nos muestra la praxis de las nuevas ciudades de libertad económica y social, permitiendo integrar en semejantes territorios un hexágono de actividades equilibradas y en constante evolución económica y social del quehacer societario, siendo ellas: 1) residencialidad 2) servicios, 3) aprendizaje, 4) salud, 5) producción, 6) intercambio comercial y financiero; seis ejes horizontales que confluyen en las ciudades biotecnológicas, lo cual garantiza las inversiones y multiplica aceleradamente los empleos, éstos basados en el oxigonio de: bienestar, crecimiento y desarrollo (BCD).
Las ciudades biotecnológicas, son aquellas que apuntan hacia la consolidación del cosmoestadismo, como estadio superior de la teoría económica, en un estadio superior al capitalismo. Sus sentidos axiológicos están en plena armonía con el rompimiento de los forzados esquemas de los Estados en relación con prácticas excesivamente burocráticas en sus constituciones, así como cerrados esquemas impositivos; y disolver la ausencia de planificación en las distintas áreas de conformación productiva de bienes y servicios. O sea, apuntan hacia la demolición de los antiguos Estados en sus epicentros de economías centralizadas que en muchas ocasiones, terminan con el fracaso absoluto de inversiones públicas; o de estrangulamiento financiero de la inversión privada; lo que se traduce en falsas expectativas de crecimiento económico, porque el mismo, en caso de lograrse, sólo se apunta por un beneficio estadal; pero nunca articulado con el aumento per cápita sobre las condiciones de vida de los ciudadanos y la sociedad.
Igualmente, las ciudades autónomas, al tener una consistencia de decisiones sobre sus espacios del devenir económico, se mantienen en equipolencia con las leyes que originadas en los Estados y sus sistemas de justicia, sean ampliamente horizontales en la connotación que cuando existan auténticas discrepancias entre los Estados y éstas, o en sus integrantes, no existan presunciones fácticas que pudieran alterar los procesos de inversión y multiplicación de esquemas de avances pactados en el hexágono societario.
En consecuencia, Próspera, al tener vinculaciones con diversas empresas en áreas asociadas con la producción agrícola e industrial, cripto-activos, medicina, informática, turismo, educación y ciencia, construcción y arquitectura, ambiente, comercio, y políticas públicas, todo queda bajo la creación de una ciudad de alcance global, y con un radio de acción biotecnológica no solo en América Latina, sino para el resto de los continentes, donde incluso, existe una extensión de su organización en África; lo cual permea las formas de innovación de este tipo de ciudades, las cuales sólo necesitarían de los Estados en sintonía con el cosmoestadismo, de todas las articulaciones jurídicas y comerciales que permitan tales asentamientos en aquellas zonas necesarias de empleos y desarrollo económico y social.
Las ciudades en gobernanza autónoma representan el más viable espacio de organización geopolítica para que el cosmoestadismo como estadio superior de la economía neotecnológica y de otros procesos de múltiples inversiones y aceleración de los procesos de intercambios productivos, encuentren diferentes gamas de asociaciones estratégicas conforme sean las potencialidades de cada región o territorios.
En síntesis, la suprageocomunicacionalidad y el cosmoestadismo son parte de las fundamentaciones que sustentan la creación y multiplicación de las ciudades autónomas, como Próspera con el propósito de seguir elevando, no solamente inversiones, sino un desarrollo social concreto, que impacte cada sociedad, y donde la ciudadanía sea integrada como un todo desde la libertad cognitiva, desde el enfoque de una democracia que valore los derechos, y donde sus grupos humanos se conviertan en una multiculturalidad de ideas, beneficios y eudaimonia.