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Descubren un chorro de materia que abarca el doble del tamaño de la Vía Láctea

El hallazgo proporciona información clave sobre el momento en que aparecieron los primeros chorros (jets) en el Universo y su impacto en la evolución de las galaxias
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Un equipo de astrónomos, con el apoyo de varios telescopios, ha identificado un chorro de materia que se originó cuando el Universo tenía solo 10% de su edad actual. Este fenómeno se extiende al menos 200.000 años luz, lo que equivale al doble del tamaño de la Vía Láctea.

Este hallazgo proporciona información clave sobre el momento en que aparecieron los primeros chorros (jets) en el Universo y su impacto en la evolución de las galaxias.

Los cuásares, núcleos extremadamente luminosos de galaxias distantes, están alimentados por agujeros negros supermasivos que generan una intensa radiación. Estos cuásares emiten potentes chorros de materia energética, los cuales pueden ser detectados por radiotelescopios a grandes distancias. Aunque este fenómeno es relativamente común en el Universo cercano, ha resultado mucho más difícil de encontrar en el Universo primitivo y distante.

El jet de radio recientemente descubierto, que cuenta con dos lóbulos, es el más grande observado hasta ahora en el Universo temprano. Este descubrimiento resulta crucial para comprender mejor el momento y los mecanismos de formación de los primeros chorros de materia gigantes.

El cuásar J1601+3102, responsable de alimentar este chorro, surgió cuando el Universo tenía apenas el 9% de su edad actual, según un estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters.

La escasez de jets de radio en el Universo primitivo se ha atribuido a la radiación de fondo cósmico de microondas, una especie de neblina de radiación remanente del Big Bang que atenúa la luz de radio emitida por objetos tan lejanos.

Según Anniek Gloudemans, una de las autoras del estudio, "se puede observar desde la Tierra aunque esté muy lejos, solo porque se trata de algo muy extremo", según un comunicado del Laboratorio Nacional de Investigación en Astronomía Óptica-Infrarroja (NOIRLab), institución que participó en el descubrimiento.

Además, la científica destacó que este objeto "muestra lo que podemos descubrir combinando el poder de múltiples telescopios operando a distintas longitudes de onda".

A pesar de este avance, aún quedan muchas incógnitas sobre por qué los cuásares radiobrillantes como J1601+3102 son diferentes de otros, así como las condiciones necesarias para la formación de jets de radio tan potentes y el momento exacto en que surgieron los primeros en el Universo.

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