
El Comando con Venezuela en Chile entregó este jueves una carta a la Nunciatura Apostólica, solicitándole a la Iglesia católica que “auxilie” a los cinco opositores que llevan casi un año asilados en la Embajada de Argentina en Caracas, bajo la custodia de Brasil.
“La gravedad de la situación nos llama a traer esta misiva, que también se va a entregar en todos los países donde funcionan los Comandos con Venezuela, para que la Iglesia interceda por nuestros compañeros, pueda darles un salvoconducto y garantizar sus vidas”, expresó Alexander Maita, director del Comando en Chile.
Hoy nos dirigimos a la Nunciatura
Apostólica solicitando intervención humanitaria a favor de nuestros compañeros asilados y torturados en la Embajada de Argentina en Caracas.
En video @alexmaitalopez director del Comando en Chile denuncia la grave situación. Argentina y Brasil… pic.twitter.com/OIt05UCqsr— freddyzur (@freddyzur) February 20, 2025
Maita solicitó a la Nunciatura Apostólica que “pueda nombrarse una comisión de la iglesia de la comunidad diplomática en Venezuela acreditada en Caracas para que haga una visita y nos dé una fe de vida de nuestros compañeros”, afirmando que a la fecha son 1.800 detenidos de los cuales se desconoce su estado, por lo que esperan que este llamado internacional sea ideal para empezar a actuar.
Durante la entrega de la carta, que fue fotocopiada y sellada como recibida, estuvieron presentes veinte militantes del partido Vente Venezuela, liderado por la dirigente política María Corina Machado, así como miembros de otros partidos opositores y personalidades como Luis Manuel Marcano, vicepresidente de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Venezuela.
Opositores en embajada afrontan crisis y vigilancia constante
Desde el 20 de marzo, los opositores Claudia Macero, Magalí Meda, Pedro Urruchurtu, Humberto Villalobos y Omar González permanecen en la embajada argentina tras recibir órdenes de captura por supuestas conspiraciones contra el gobierno venezolano.
Desde diciembre han denunciado la constante vigilancia policial alrededor de la sede diplomática y la falta de servicios básicos como luz, agua y alimentos. La situación se agravó el miércoles, cuando reportaron el colapso de la última planta eléctrica operativa, dejándolos incomunicados.