
A Mita, mi madre, In Memoriam.
Cuenta la historia que en la década de los años ochenta del siglo XVIII, Barcelona perdió el mando de las tierras que están ubicadas al oeste del río Unare, en razón de lo cual pasaron a ser provincias de Caracas.
Fue el 7 de junio de 1827, cuando por diligencias legítimas de los señores Calixto Vicente de Armas, Vicente María y Carlos Armas, Manuel Itriago, Rosalino Ron, Esteban Francisco Marrero, Bartolomé Rivas, entre otros no menos prominentes guanapenses de la época, solicitaron en nombre de su pueblo-para entonces provincia de Caracas- su categoría de Municipio y de Parroquia Eclesiástica por ante el Alcalde Municipal de la Concepción de Píritu y de conformidad con las leyes vigentes para la fecha. En mayo de 1821, el general Carlos Soublete, vicepresidente de Venezuela en campaña, visitó a Guanape, girándole convocatoria desde este pueblo al jefe del Ejército de Oriente, José Francisco Bermúdez; al general Pedro Zaraza, jefe del Estado Mayor de los Ejércitos del Alto Llano; al coronel Felipe Macedo, comandante en jefe de las columnas de operaciones; y el comandante Calixto Vicente de Armas Cañas, abrirá las puertas de su casa a esa oficialidad del nuevo estado libre, que durante tres días asienta allí su sede y recibe la generosa y patriótica hospitalidad del pueblo de Guanape.
En esa ocasión, y casa aún en pie, pernoctó el general Carlos Soublette.
Es así como desde entonces data la vida civil de este noble pueblo, y así consta en acta que reposa en el Registro Principal del estado Anzoátegui, con sede en Barcelona, la ciudad capital. De modo que dentro de pocos meses, Guanape celebrará el centésimo nonagésimo octavo aniversario de su fundación, en el marco del cual el Centro Cultural y Deportivo Guanape fundado en 1985 como asociación civil sin fines de lucro, organiza una programación deportiva y cultural para la ocasión, dándole así a la fecha la importancia histórica que se merece, para beneficio, entretenimiento y complacencia de toda la comunidad, de los invitados y visitantes.
La importancia de los pueblos se aprecia por su tradición histórica, no por su caudal de votos. Lo uno es permanente, lo otro es transitorio. Guanape presenta un amplio aval en ambos sentidos. En Guanape, en 1821, se reúnen los generales Carlos Soublette, vicepresidente de Venezuela en campaña; José Francisco Bermúdez, jefe del Ejército de Oriente y Pedro Zaraza, jefe del Alto Llano, lo cual refiere que el pueblo de Guanape fue punto de partida para gloriosas acciones de guerra en la lucha por la independencia de Venezuela.
Después de tan importantes hechos históricos, se lamenta de tristes condiciones de existencia que le impiden su progreso, a pesar de toda la hospitalidad que brindó a nuestros libertadores, además de ser tierra tributaria de la Cuenca del Unare.
Aquí nacieron los escritores y poetas Jesús Saume Barrios, Rafael José Muñoz (el poeta Muñoz), el célebre autor de “El Círculo de los Tres Soles”, Juan Manuel García, entre otros no menos relevantes figuras meritorias que han contribuido con aportes importantes a la sociedad.
Conviene resaltar, además, que el próximo 2 de febrero se celebran las fiestas en honor a nuestra santa patrona Virgen de la Candelaria. Uno no vuelve a Guanape porque Guanape nunca ha dejado de estar en uno, revuelto en la saliva y en la sangre de uno, sin dejar de nombrarlo ni de sentirlo nunca como propio y legítimo.
De allí la urgente necesidad y la perentoria tarea de toda la ciudadanía y de las autoridades, para que Guanape alcance mejores condiciones de existencia, disfrute de servicios públicos en óptimas condiciones, se apoyen a las instituciones públicas y privadas asentadas en la comunidad, y se le dé reconocimiento al valor histórico que esta noble comunidad representa en el oriente venezolano.
Afirmó el poeta Andrés Eloy Blanco el 23 de junio 1948 (hace ya más de 75 años): “El municipio es el gobierno de la casa, es el gobierno del ama de llaves, de sacar las cuentas del mercado, de limpiar la telaraña, no sólo de las paredes y los techos, sino también la conciencia ciudadana en el manejo del diario”.
Nuestro pueblo no puede seguir solo celebrando fiestas y enterrando a sus hijos. Guanape no se aferra a este recodo de un valle de muerta prosperidad, entre el cementerio de sus aguas idas y el cementerio de sus hombres muertos.